
Por Diana Nicodemus | dnicodemus@redaccion351.com
Fotos: Salim José
Algunos habrán pensado que bajaban con antorchas para cazar brujas, otros esperaban el fuego haciendo barullo como los indios de Xuxa. Desde el centro de Güemes venían muchos a prender la gran hoguera.
Las llamas empezaron a arder y tal vez hasta se quemó algo en algún balcón. Pero eso no importaba, los cordobeses estaban bailando en la calle. Con bebidas espirituosas calentaban sus cuerpos, y con mucho coraje, uno por uno, fueron tirando al fuego lo que no querían que se repitiese.
La fiesta duró más de cuatro horas, las calles aledañas al Teatro La Luna mostraban la producción para la ocasión. Hubo representaciones teatrales, un circo, batucadas, murgas, máscaras, carrozas y telas.
Otro año más, otro festejo más, un solsticio nuevo, un cambio. Nuestra ciudad lo disfrutó como cualquier pagano lo hubiera disfrutado muchos años atrás.