Por Ana Cielo Sciascia | asciascia@redaccion351.com
Fotos: Luciano Domene
El jueves pasado 1 de septiembre, Córdoba tuvo la primera fecha del Zona Rock 2011. El festival arrancó con la fuerza y potencia de Eruca Sativa, continuó con el sonido invariable de Salta la Banca y luego El Bordo cerró la previa con una porción de realismo social. Finalmente Divididos conmocionó con una propuesta experimental y un vivo con espíritu de los años 60.
Con la llegada del ocaso, Eruca Sativa abre el festival envueltos de euforia compartida con el público de sus orígenes, inicios no muy lejanos en el tiempo. El trío comienza el repertorio con “Desátalo” y “Paraíso en retro”, canciones de su último disco “Es” (2010) y luego “No pueden”, del disco “La Carne” (2008), agrega una pequeña muestra de rap por Gabriel Pedernera en batería.
El show continua enérgico y dinámico con “Esto es una señal”. “Para que sigamos siendo” resulta el detonante y éxtasis de la noche, con voces guturales por Lula Bertoldi en voz y guitarra. Con ese tema, el mensaje y agradecimiento del trío: “gracias a toda la gente que trabaja acá y a ustedes, para que sigamos siendo”. Cuando el público corea las canciones se acortan las distancias. Así artistas y público son arte y parte del show.
Al llegar al final de la presentación “Magoo», “La carne” y “Para nadie” se suman a la órbita del rock profundo. Eruca Sativa deja en suspensión los latidos de un virtuoso y potente show.
Zona Rock también presenta a Salta la Banca. El grupo comparte canciones con letras referidas a distintas problemáticas actuales. Sus sonoridades monótonas, dan descanso al sistema perceptivo. Luego, El Bordo sube al escenario y escribe crónicas urbanas con altas dosis de contenido social. Cada canción es un relato de vida, un sonido y una melodía distinta. El público acompaña al público en todo momento.
Divididos llega al escenario cuando en Quality Espacio no queda ni un espacio vacío. Inicia la presentación con “Salir a asustar” y continúan con “Hombre U”, “Mantecoso” y “Muerto a laburar” partes del último trabajo discográfico “Amapola del 66”. Sin pausa y entre relajadas y excelentes zapadas recorren su último disco.
No quedan afuera los clásicos “Qué tal” y “Acariciando lo áspero”. El show sigue con una aplanadora interpretación de “Sucio y desprolijo” en homenaje a Pappo. “Cielito lindo” se suma al repertorio y para aprovechar un descanso, Mollo anuncia una campaña contra la minería y a favor del cuidado del agua.
Cuando el final se acerca, llega “Amapola del 66”. En referencia al tema y al nuevo disco Mollo dice: “amapola es una flor después de tanto tiempo, y una expresión de vida”. Sin dudas, la letra lo dice: “no es reedición, es redención”. Divididos a través de la experimentación y zapadas da importancia al recorrido de cada canción. Un show con rastros del rock de los sesenta y un mensaje enigmático hacia el rescate del presente. Queda la sensación de vida, aire, luz, esperanza y redención «para que sigamos siendo».
