2020
Foto: Mónica Martínez.
Me detengo un instante de todos los caminos y vuelvo al adentro, a rebozarme de todas las emociones y sentires que habitan en este cuerpo ahora inerte.
Sumergido en la profundidad del silencio y la autocontemplación veo lo limitado del pensar y las complicaciones que trajo hasta hoy que ya repuesto y despojado de juicios me desplazo nuevamente al mundo de las ideas, al de les hombres creadores de la razón y el olvido.
Ya no lo entiendo. ¿Dónde quedó el camino? ¿O sólo fue un sendero que me perdió en este laberinto de infinitas posibilidades? Las «verdades» a las que nos aferramos por vivir ya no me contemplan, cuando el sentir es más fuerte que el pensar la vida se integra en presente infinito.
Todo está en calma afuera, los ríos brotan de las montañas y van por la pendiente que les regale vida y movimiento, los mares se agitan en calma con los espasmos de la tierra, la luna continúa sus ciclos al igual que los astros y todo al rededor.
Gracias vida por un año más en la tierra.
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