• Santiago Rojas Huespe

Santiago Rojas Huespe

2016

Fue un año de cambios. Quizás todos los años son de cambios. Pero hay momentos en que se cierran y se abren ciclos que consideramos importantes en nuestras vidas. Tanto personales como profesionales. De esta manera, completé la maestría en piano en la Buchmann-Mehta School of Music, Tel Aviv University – Israel. Además de brindar conciertos en Israel y Argentina, fui premiado en el Concurso Ami-Maayani 2016 (Israel) y recibí un Beneplácito del Concejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba a la trayectoria. Estos reconocimientos fueron muy gratificantes. Y es así como nuevos aires me trajeron de regreso a Córdoba, haciéndome repensar mi trabajo. Nuevos proyectos surgieron rápidamente:

Tres en el espacio de Casa Balear-La Menorquina, Córdoba:

-La Camerata Balear, orquesta de cámara conformada por jóvenes y talentosos músicos cordobeses que tendrán una activa participación con perfil solista. El primer concierto fue el 22 de Diciembre en la Explanada del Cabildo. El ciclo de conciertos en diferentes espacios de Córdoba continuará durante todo el 2017, con atractivo repertorio y novedosas propuestas para la inclusión del público.

-El Coro Balear, coro que se abocará a un repertorio de tinte hispano-americano, que comenzará a funcionar en 2017.

-La Compañía de Ópera balear, un grupo de músicos abocados a ofrecer ópera en pequeña y mediana escala para todo público.

Además, conciertos que me llevarán a Israel, Italia y México, además de Argentina. Y una amplia actividad en el trabajo como pedagogo, compositor, pianista y director de orquesta.

Pero creo que lo más importante en esta época del año es decir un corto pensamiento, estando feliz por el pasado, el presente, y el futuro:

Les deseo que el año 2017 sea próspero, en el que encuentren felicidad, paz y amor.

 

2015

El año 2015 fue un año de estudio profundo en el piano, en la composición y en la dirección de orquesta. Continuando mi maestría en música (piano) en la Buchmann-Mehta School of Music, Tel Aviv University – Israel, estuve abocado completamente a mi pasión: la música clásica.

Importantes conciertos como solista y camarista tuvieron lugar en Israel, pero también en Argentina, de los que disfruté en compañía de mi hermano, el violinista Fernando Rojas Huespe y el violonchelista Enrique Maltz (miembro de la Filarmónica de Israel). Además tuve el honor de recibir el Premio de las Américas en Israel 2015 como joven valor destacado, por el que agradezco especialmente a la OLEI Raanana.

Este reconocimiento ha sido reconfortante y ha renovado mis energías para emprender a futuro nuevos proyectos que incluyen el terminar mis estudios de posgrado, el brindar conciertos como pianista y director en América y Europa, componer y retomar la pedagogía. Pero no todas fueron alegrías. También hubo noticias tristes como el fallecimiento de la pianista Lidia Mazzieri, querida Maestra que acompañó mis años de estudios en la Universidad Nacional de Córdoba. No puedo dejar de mencionarla ya que he compartido maravillosos, recuerdos en los que ella vivirá y que guardaré junto a otros de seres queridos que se fueron este año.

Todo lo vivido en este 2015 me hizo recapacitar en un punto: muchas veces creemos que nuestras acciones no afectan al resto. Pero no es cierto. En cada relación que establecemos transmitimos nuestro conocimiento y nuestro ser. Aún más si respecta a nuestra profesión. Por ello, creo que es importante saber ser críticos, pero de nosotros mismos. Saber que siempre aprendemos y que nuestra meta debe ser perfeccionarnos hasta el último día de nuestras vidas.

Una vida sin objetivos, sin algo por qué luchar, no es vida. Simplemente ser conscientes de nuestras limitaciones y entender que el transformar nuestro entorno, empieza por nosotros mismos. Superarnos día a día. No me voy a extender, ya que sólo delíneo la idea.

Para finalizar, comparto una frase que no tiene desperdicio y que tiene que ver con lo que pienso: “Para conseguir grandes cosas, dos cosas son necesarias; un plan y no demasiado tiempo.” (Leonard Bernstein).

 

2014

El año 2014 fue un ciclo de muchos cambios en la búsqueda del arte y de la profesión. Si bien no acostumbro a repasar en voz alta mi actividad, puesto que pondero la humildad como valor primordial que un artista debe conservar, compartiré con ustedes inolvidables momentos que transité este año, para dejarles al final mi verdadero aprendizaje.

En cuanto a lo académico, agradezco el título de Licenciado en Perfeccionamiento Instrumental por la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) y el comienzo de una beca para realizar la Maestría en Piano en la Escuela de Buchman-Mehta de la Universidad de Tel Aviv (Israel) en cooperación con la Orquesta Filarmónica de Israel. Inevitablemente pienso en quienes me enseñaron desinteresadamente. A ellos, Norma Sevlever, Lidia Mazzieri, Marita Zimmer, Jorge Fontenla, mi profundo agradecimiento. También a mi familia, en especial a mis padres, de los que recibí y recibo todo el apoyo para cumplir las metas.

Además muchas presentaciones públicas tuvieron lugar entre las que se destacan: Concierto como solista junto a la Orquesta Sinfónica de la UNC, conciertos junto a mi hermano Fernando (Dúo Rojas Huespe) en Buenos Aires para los ciclos de conciertos B’nai B’rith y Fundación San Rafael, en las ciudades peruanas de Huánuco, Huancayo (con la Orquesta Sinfónica Juvenil de Huancayo) y Lima, y presentaciones en Tel Aviv (Israel).

En cuanto a lo pedagógico fue un gran año de trabajo con mis alumnos, logrando hermosos resultados que se mostraron en conciertos. No olvido las clases magistrales en el Instituto Amadeus de Córdoba y en Perú para el Instituto Alomias Robles de Huánuco y la Municipalidad de Huancayo.

Refiriéndome a lo intelectual, una gran hazaña fue la elaboración de un escrito (o libro) que denominé «Un siglo de música para piano»-Chopin, Liszt, Brahms, Ravel, Rachmaninov. También me trajo felicidad la presentación de una «Pequeña Fantasía para piano a cuatro manos y orquesta», de mi autoría, que ejecutó la Orquesta Infantil de Huancayo junto a alumnos del CHEA Perú.

Pero toda la actividad artística fue resultado de una idea que muchas veces olvidamos buscando la perfección técnica: la música es un lenguaje y como tal transmite un mensaje. Nuestro trabajo (el de los intérpretes, la palabra lo dice) es recrear el mensaje del compositor. ¡Qué tarea tan difícil! Entender lo que quiso decir al bajar la música al papel (un sistema de notación que no logra plasmar en su totalidad el contenido sonoro), agregarle nuestra comprensión y retransmitir el mensaje. Interpretar… Para pensar y no olvidar al momento de hacer música.

¡Mis mejores deseos para este fin de año, esperando que el próximo sea igual o mejor!

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