• Santi Baravalle

Santi Baravalle

2020

Foto: Juli Baravalle.

Como pensarán y dirán muchas personas, este año fue un año muy raro y loco. Un año inesperado, un año que nadie hubiera planificado. De hecho, todos los planes y proyectos que hayamos podido tener a comienzos de año se desdibujaron para dar lugar a otro tipo de miradas y proyecciones.

Con el cambio de paradigma me surgieron algunas reflexiones profundas a cerca de la vida, de lo que soy, preguntas como: ¿Realmente estoy haciendo lo que quiero hacer? Parece una pregunta sencilla, pero cuando todos los planes y rutinas se vinieron abajo, empecé a tener más tiempo para mí mismo y me di cuenta de que muchas veces llenamos ciertos vacíos haciendo cosas sin pensar en por qué hacemos lo que hacemos, casi sin detenernos y sin darle lugar al silencio para escuchar si estamos bien con nuestra vida. Tenemos que mantener la mente ocupada en algo, por que si no lo hacemos, empiezan  a manifestarse otros pensamientos, otros sentires, afloran otras emociones…

El cambio de rutina trajo nuevas modalidades, nuevos proyectos, nuevas formas de vincularse y de pensarse tanto en el plano de la música como en el de la vida social.

Volviendo un poco en el tiempo, en agosto del 2019 tuve la posibilidad de viajar a México y experimentar nuevas formas de hacer música, conocí personas nuevas y junto a ellas tuve la oportunidad de compartir diferentes proyectos musicales y laborales. Cuando partí para esas tierras, acababa de dejar grabado mi primer disco de canciones llamado “Proyecciones”, bajo el pseudónimo de “Banti”. Durante los meses siguientes terminamos la mezcla y el master y en noviembre del 2019, estando en Tulum, se publicó oficialmente en las plataformas digitales.

Los tres primeros meses del 2020 los viví en México, pudiendo trabajar a pleno con diferentes proyectos musicales, incluyendo mi proyecto de canciones. A finales de marzo, a raíz de la pandemia, me volví para Argentina. México fue muy provechoso en términos creativos ya que desde ese momento hasta el día de hoy, no he dejado de componer músicas que en algún momento decidiré mostrar.

Una de las grandes reflexiones del 2020 fue ser consciente de la necesidad de bajar las revoluciones. Y esto implicó un gran cambio en mi forma de proyectar y vivir la música. Creo que los artistas de la música veníamos a un ritmo muy acelerado (hablo en plural porque es algo que veo en el resto también). Preocupados por generar contenido cada vez más rápido, exigiéndonos subir más y más música, videos o lo que sea para mantener “vivas” las redes sociales, porque «si no lo hacés te quedás atrás y la gente no te ve, no te sigue», «y no te olvides de invertir en publicidad», «estaría piola que hagas un curso de marketing o que trabajes con alguien más”, “que la sesión de fotos», «que a tu perfil de Instagram le falta una onda», «que la estética esto y que la imagen lo otro» y así podría estar un buen rato…

Además de todo esto, uno tiene que subsistir tocando en vivo, dando clases, talleres, o en algunos casos laburando de otras cosas. Uno tiene que alimentarse, descansar, hacer ejercicio para mantener un buen estado de salud física, mental y espiritual. Y entre todo ese mar de información y planificación, entre las rutinas diarias uno se olvida de lo esencial: la Música y el proceso creativo.

Surgen otras preguntas: ¿A qué le damos más importancia? ¿En dónde depositamos la mayor parte de nuestra energía? ¿Estamos al servicio de las redes, de la industria, o estamos al servicio de la música?

Yo entiendo que puede haber mil y una situaciones y posibilidades diferentes. Que cada persona puede decidir lo que le plazca. Pero lo importante acá no es pensar en qué quiere el otro, sino pensar en qué quiere uno mismo. ¿Qué quiero yo? ¿Quién soy yo? ¿Qué quiero mostrar? ¿Estoy haciendo lo que quiero en lo más profundo de mi ser?

El 2020 fue para eso, para dejar de pensar tanto y dejar que la música y los proyectos fluyan. Disfrutar del momento de creación y no preocuparse si eso se publica en la inmediatez o no. Las cosas tienen sus tiempos, uno tiene sus tiempos y esta bueno aprender a respetar su curso natural, no forzar nada.

Resumen de cosas que hice en este 2020

Producción musical

Me empecé a involucrar más en la producción musical para otres. Inicié en este terreno en 2019 con la producción de dos EPS: «Abrazarme » de Pili Mercado y «Los dos lados» de Nahuel Romagnoli.

Produs del 2020 que aún no fueron publicadas o que están todavía en proceso: «Sedado» de Manque Medina (producción en conjunto con mi hermano Joaquín Paniego); el disco de Ema Oliva (producción aún en proceso); «Pintando Perros» de Brenda Sorbera (participación como pianista en tres temas de este disco que se va a estrenar en 2021).

Producciones en cuarentena coordinadas por otro gran músico y hermano, Juan Belén: «El Temporal» de Nuna Malta; «Fina ropa blanca» (cover de Luis A. Spinetta); «What you won’t do for love» (cover de Bobby Caldwell).

Proyectos personales.

Banti: mi proyecto de canciones. Si bien no he publicado nada en 2020, ha sido un año de mucha productividad en términos creativos. Estuve componiendo muchísimo y ya tengo varias ideas para los próximos lanzamientos. Siempre utilicé el piano como herramienta principal para componer, pero este año se me dio más por agarrar la guitarra y componer desde ahí. Así que se vienen algunas canciones nuevas con otra impronta para el 2021. También he estado produciendo material con sonoridades más electrónicas. El desafío y objetivo para el año que viene es seleccionar cuáles de todas estas creaciones nuevas quiero mostrar.

Candy Flux: este es un proyecto de música electrónica que tenemos junto a Joaquín Paniego (Pani). Consiste en la improvisación en tiempo real y en el live looping. En diciembre publicamos nuestro primer live set que está disponible en nuestro canal de YouTube.

Este año me empecé a interiorizar con la música electrónica y me di cuenta que me encanta tocarla. Fue un proceso hermoso de estudiar y aprender sobre los diferentes géneros de música electrónica, cuáles son los recursos que utilizan y caracterizan a cada uno de ellos. También me llevó a un divertido trabajo de diseño sonoro y planificación de cómo llevarlo a cabo de manera práctica en el vivo.

Otras facetas

Música para video juegos: desde el año pasado vengo trabajando en la composición de música para un video juego llamado “Roots of Pacha”. Ha sido un descubrimiento maravilloso y una hermosa experiencia llena de crecimiento y aprendizajes. El juego planifica su lanzamiento para finales del 2021. En Youtube se ver un trailer del juego para el cual compuse la música.

Acordeón: me compré un acordeón y empecé a estudiar este bello instrumento con el gran maestro Juan Sans. Ha sido una incorporación novedosa en mi vida. Siempre me llamó mucho la atención este instrumento y por fin tuve la oportunidad de cumplir el sueño de tener uno propio. De a poco se va incorporando en mis músicas y en las del resto. Nuevo compañero de vida.

Taller de Composición: durante algunos meses cursé un taller de composición online con Ezequiel Cantero, gran músico, guitarrista y compositor de Buenos Aires. Fue hermoso compartir en grupo nuestras creaciones. El objetivo era componer una música por semana basado en alguna propuesta o regla. Esto me mantuvo durante varios meses activo en este oficio de componer y experimentar con la música.

Si bien el año 2020 fue un año raro y difícil para muchas personas, tuve la oportunidad de aprovecharlo al máximo y conectarme con otras cosas. Y encima nos despide con la excelente noticia del Aborto Legal. Aprovecho para darle las gracias a todas las mujeres que luchan día a día para conquistar nuevos derechos y transformar positivamente la sociedad.

¡Mis mejores deseos para todes!

 

2015

Este 2015 estuvo cargado de experiencias nuevas. Tuve la posibilidad de tocar mucho en el círculo de los bares de córdoba. A veces en formato dúo, trío o más… Por suerte, esto se ha dado con diferentes músicos cada vez. Cada una de las personas que me acompañó en esos momentos me aportó inmensidades y me ayudó a crecer como artista en este último tiempo. Me ayudaron a reforzar la idea que siempre tuve acerca de que, cuando uno ama y confía en lo que hace, lo más probable es que el otro reciba algo bueno de ello y que esa actitud genere cosas de las más lindas e inimaginables.

Además de tocar, estuve muy activo en materia de producción y composición de canciones. Hoy en día tengo más temas de los que me imaginaba que podía tener y es por eso que ahora en el verano continúa un proceso de selección y pre-producción para grabar un disco propio. Lo veo como un gran desafío, ya que pretendo escribir varios arreglos y hacer algo orquestado de manera poco convencional, utilizando instrumentos de otras partes del mundo. Siempre me gustó experimentar y creo que el lugar para volcar todas las ideas e imágenes sonoras que tengo en mi cabeza es a través de un disco.

¿Qué pienso de la actualidad?

Creo que como sociedad, estamos atravesando un momento muy duro. La brecha social que existe en Argentina y América Latina es más evidente que nunca y pujan descontroladamente intereses económicos que plantean una distribución desigual de bienes. Creo que debemos fortalecernos espiritualmente, llenarnos de amor (no del que te venden sino del verdadero… Ese que es tan difícil de explicar pero que se siente). En este sentido, creo que los artistas tenemos un rol y un compromiso cada vez más grande en la sociedad y tenemos que dar nuestro mensaje. Elevar nuestra voz y sumarnos a la resistencia, a la defensa de nuestros derechos como músicos y nuestros derechos como personas. Dar nuestra voz acerca de cómo queremos vivir.

La música tiene un poder más grande del que creemos. La música está allí, en cada rincón de la ciudad, en el medio de un bosque, en el canto de las aves del mundo, revelándose, manifestándose… Y aunque a veces pase desapercibida, no podemos vivir sin ella, así como ella no puede vivir sin nosotros que estamos para concebirla como tal. Esa interacción que se comparte y se expande por necesidad entre las personas, tiene un potencial que trasciende lo superficial de la vida.

Les dejo la letra de una canción que hice hace poco y que pueden escuchar una versión casera y espontánea (ver Extra):

«Vengo, voy… Quiero seguir. Me gusta sentir.

Compartir, crear una canción. Lúcida expresión.

Viajo por ahí… Recibo el calor. Siento el amor.

Para todos soy una canción: Lúcida expresión.

Muchas gracias por confiar, muchas gracias por estar.

Ser sin miedo vas, amando lo que vendrá…

Vengo, voy… Quiero seguir. Me gusta sentir.

Compartir, crear una canción. Lúcida expresión.

Muchas gracias por confiar, Muchas gracias por estar.

Ser sin miedo vas, amando lo que vendrá…

Amando lo que vendrá…»

Les deseo un muy feliz año.

 

2014

“Estado de seres andantes capturando su hacer, visualizan en el futuro sus raíces crecer. En múltiples direcciones se reflejan sus acciones, establecen en el presente puntos y conexiones…”

¡Este 2014 me trajo gratas sorpresas!

Empezando por el lanzamiento y presentación en vivo de “Espíritu Animal Joven”, primer producción discográfica de Nuna Malta (grupo que integro y formo parte componiendo, tocando el teclado y cantando; mi segunda familia y escuela de vida).

Siguiendo el año atravesado por la producción de un ciclo hermoso llamado “Como en casa”, llevado a cabo en el Teatro de la Luna durante tres días seguidos.

Luego salió a la luz la producción del primer corte de video de la banda donde se muestran bellas imágenes de lo que fue la presentación del disco mencionada anteriormente.

Todo eso producto de un apasionado trabajo llevado a cabo en conjunto con todos y cada uno de los chicos de la banda, en una constante búsqueda de desarrollo personal y grupal.

El fin de año me agarró un poco de imprevisto con algo que, desde hace ya mucho tiempo venía latiendo en mis adentros: se trató de mi debut personal como músico solista, exponiendo canciones propias, sueños propios y acompañado por mis hermanos y amigos del alma. Casi en simultáneo se da una peculiar situación, el nacimiento de Lucio, mi primer sobrino, quien con su llegada cambió totalmente mi vida y la de mi familia entera. Antes de nacer, le compuse una canción que, considero, fue el motor primigenio que me llevó a expulsar un flujo de creatividad enorme, lleno de emociones y vivencias increíbles, soñadas. Creo que con el nacimiento de Lucio nacieron muchas otras cosas en mí además de amor.

Fue un año muy movidito, llevé a cabo un proceso de producción musical y artística muy intenso, un año muy sentido que se llevó por delante todos los miedos e incertidumbres y me abrió nuevos caminos en el mundo de la música. En este estado, surgió la necesidad de compartir la música y dar lugar a experiencias únicas. Fue muy lindo ver que estaba realizándolo en conjunto con personas queridas, que gustosamente aceptaron ser parte de mi ser musical. Este hecho fue una muy buena forma de darle cierre a este año que en realidad queda abierto.

Todo esto resultó ser una motivación muy grande para arrancar el 2015 con una carga de energía y amor importantes, para seguir transitando este camino de construcción (y de-construcción) personal, para seguir produciendo, buscando y aprendiendo cosas nuevas y por qué no, para empezar a proyectar la grabación de un disco solista.

El piano y la voz como instrumentos principales de conexión, producción y proyección; la apertura a complementar mis canciones con otras sonoridades y tímbricas; la curiosidad, la experimentación y la improvisación colectiva e individual; el folklore argentino entremezclado con la música brasilera y latinoamericana en general y un pequeño gran sabor proveniente de Armenia. Todas estas son ideas y conceptos que dan a conocer, en parte, el mundo y el paisaje que vivo con mi compañera de vida: la música.

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