• Milton Arias
  • Milton Arias
  • Milton Arias

Milton Arias

2018

Qué interesante es navegar este denso y especiado guiso cósmico, que no para de ser revuelto.

Primero caigo crudo a la superficie, y después me toca rascar el fondo donde más quema el hierro de la olla con una uña frágil.

Y desde allá, a los manotazos como buen ahogado, empujando lenteja por lenteja, garbanzo por garbanzo con lenguaje de cuerpos y de voces, salir cocinado, pero todavía desesperado por que apaguen la hornalla a tiempo y no terminar quemado, triste e incomible.

Fue tiempo de retirada, fue tiempo de ebullir el alma y contener la pava para que no reviente.

Fueron días de quemarse la lengua y soplarse la herida.

Ahora más viejo y menos zonzo, quiero mirarte de frente y descubrirte otra vez en tu otredad, que espero que también haya aprendido.

No para llorar la leche, si no para ir a ordeñar la vaca.

 

2018

Foto: Teté Salas.

Todo se diluye.
Lo lindo y lo feo, lo bueno y lo otro. Todo.
La música, como la palabra, también.
La música, querido Pablo, no es nada.
Es un fantasma del agua que vamos reviviendo al mismo momento que va muriendo.

La música no existe, querido Pablo. Sólo los restos húmedos de un vapor humano.

Y lo lindo es eso último. La composición gaseosa de las emociones humanas detrás. El fantasma detrás del fantasma. El código que descifra el código. El imaginario de la frontera atravesada en un abrazo, y descubrir que el abrazo y la frontera, son los padres.

 

2016

Foto: Sergio Manes.

Entienda, mi cumpa, que el silencio también habla.

Sobre la piedra,
cavan un hoyo eterno,
las gotas frías.

 

2014

¡Mañana es mejor, corazón!

No tengas miedo. Mañana no es más que un hoy en construcción.

Un hoy con instantes de deseo apilados uno sobre el otro, como un reloj de arena que se mueve cíclicamente entre dos dimensiones.

No te desesperes, sólo pensá, deseá.

Quiero que mañana sea un hoy entretejido con deseos de amar. Un tapiz de infinitos colores, y no de los amarretes treinta y dos bits del monitor.

Mañana no va a haber gente sacando provecho de otra.

Mañana los vínculos van a ser honestos y no interesados.

Mañana mi trabajo va a ser el tuyo también.

Mañana mi casa va a ser la tuya.

Mañana mi familia va a ser el otro.

A pesar de Jose Manuel, mañana va a ser mejor.

A pesar de la policía, mañana va a ser mejor.

A pesar de Monsanto, mañana va a ser mejor.

A pesar de los fondos buitres, mañana va a ser mejor.

A pesar de Clarín, mañana va a ser mejor.

A pesar del olvido y la indiferencia, de la muerte, a pesar de las infecciones que se llevan Gordos Josés, a pesar de los gobiernos que desaparecen estudiantes americanos (si, todavía, en 2014), ¡mañana va a ser mejor!

Hacele caso al Flaco, que no se equivocó nunca en nada:

«Hoy te amo ya, y ya es mañana.»

Por un mañana construido de puentes amarillos.

Por un mañana para nosotros, los negros de alma.

Por un mañana con huevos, sin amnesia.

Por un mañana sin apuro.

No tengas miedo. Mañana siempre va a ser mejor.

 

2013

No tengo más que sentimientos de agradecimiento. Porque vivo en un pueblo que crece, se retroalimenta, se busca, se encuentra, se pierde, se concibe y se pare cada día un poco mejor. No me falta música, vino y amor… No necesito nada más. No me falta una zanahoria en frente que me haga caminar. A pesar de los dedos negros, que digitan negras cuerdas en negros cuchitriles administrativos. Siempre van a estar ahí, pergueñando el caos, y nosotros siempre vamos a estar acá, pintándolo de colores.

A pesar de las pérdidas, que en realidad no son pérdidas, son legados vivientes, resultados de amar, amar, amar hasta morir. Porque hay calles que todavía no las caminé. Porque hay corazones que todavía no los oí.

No tengo más que una reverencia sagrada hacia la vida y la muerte. Este acto de desnudarse en público que es hacer música, es eso: mi forma de tributar la vida y la muerte. Acá estoy. Gracias.

 

2012

¡Vamo! ¡Vamo! ¡Vamo! Por ahí, a algunos alumnos, al minuto 47 de la clase se les empieza a aflojar el gomín, entonces les digo: «¡Vamo! ¡Vamo! ¡Vamo!”

A esta altura del año a mí me pasa lo mismo… Entonces me digo a mí mismo: ¡Vamo! ¡Vamo! ¡Vamo!

Es que mi trabajo no es mi trabajo, es mi vida misma.

Marqué tarjeta en el Hospital Misericordia hace 30 años y todavía no tuve franco. Y es una satisfacción atrás de otra, pero también a uno se le afloja… Entonces es lindo darse vuelta y mirar la manufactura, para volver a laburar con el horizonte nítido: en el último año, 3 discos, 1 dvd, unas 80 presentaciones en vivo, y una horda de pibes que están saliendo a la vida a hacer música, amando la música…

Y uno diría: «no es tanto»… Y no… No es tanto… Es más, no es nada.

Así que para el año que viene, me hago una promesa a mí mismo: Todo al doble… ¡Hiperinflación de música!

Mode 300 On: «This is Córdoba culiaaa..!»

Ver más