• Lucrecia Rodrigo

Lucrecia Rodrigo

2018

Foto: Julián Malano.

2018 ha sido un gran año en lo personal, mas allá de la dura situación por la que atraviesa nuestro país, nuestra cultura, una trata de sobreponerse de la manera que pueda.

Un disco siempre es un momento de crecimiento, aprendizaje, desafío a seguir creciendo. Este año que pasó se trabajó mucho para lograr «El baile pampa», mi segundo trabajo discográfico con tanto respeto, amor, compromiso, pensando siempre en mi región, en las personas que aman la música popular argentina, y en especial en los bailarines, que le dan cuerpo y alma a nuestra música.

Siempre de manera independiente por lo que el resultado tiene una satisfacción enorme. Quedamos muy conformes todos los que participamos de este trabajo.

Además he recorrido gran parte del país, como jurado oficial de varias Sedes de Pre Cosquín: Chubut, Catamarca, Santa Fe, La Pampa, San Luis y Córdoba. Es una enorme responsabilidad de la que tomo el aprendizaje y el intercambio cultural como eje principal, además de disfrutar y conocer a excelentes artistas que tiene nuestro país y eso da esperanza.

Cada día agradezco y reafirmo haber elegido este camino, esta profesión que es la música, para mi vida, para mis días. Es una elección a veces difícil pero cuando las cosas se hacen con convicción una se siente tranquila, que está en el lugar correcto, obvio que con sacrificio, esfuerzo y dedicación, como cualquier trabajo.

Por segundo año, vuelvo a estar presente en el Festival  Mayor de Folklore de Cosquín, sobre el escenario Atahualpa Yupanqui, el día Miércoles 30 de enero, durante la quinta Luna, en esta ocasión con un espectáculo llamado “Pampas” junto a la cantora Nacional Ángela Irene. Para mí es un orgullo que Cosquín vuelva a convocarme y sobre todo compartiendo con una cantora de larga trayectoria, referente de nuestra provincia, como Ángela. Que la comisión haga referencia a dos generaciones de cantoras de una misma tierra a quienes las une el amor por nuestra música, es un gran reconocimiento.

Siempre llevando la música y el nombre de mi provincia y del pueblo que me vio nacer, Ingeniero Luiggi, canto lo que canto por el lugar donde nací.

Nunca olvido que me fui de mi tierra hace casi 19 años detrás de este trabajo, cantando en la peatonal de Córdoba  junto a mi hermano, y aquí me quede. Es duro el desarraigo pero en la distancia se aprende a amar la tierra de otra manera, desde su música: “para el que mira sin ver la tierra es tierra nomás».

Soy una agradecida a esta vida que me tocó, día a día. De todo el camino andado tomo lo mejor, de cada persona, lugar, momento.

Quiero agradecer especialmente a quienes por su labor hacen que nuestro trabajo se conozca en cada lugar de este hermoso país.

Todo en este camino es una motivación, esta es un aliciente del éxito, que lejos está de ser sinónimo de cima, sino de extensa llanura, vastedad infinita de satisfacción y gozo.

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