• Ignation

Ignation

2021

Se va un año complejo, de duras despedidas e inesperados logros.

A veces los sueños se logran cuando menos los esperamos, o cuando pareciera que las esperanzas se marchitan. Por suerte la música nos acompaña y con ella la profundidad de las cosas.

En un año de idas y vueltas, de restricciones que agudizan la precarización del sector musical, con la despedida del «Perro» Emaides y un municipio que prefiere prohibir lo que desconoce, tal vez sea hora de retomar la esencia, habitar los sonidos y escuchar nuestros sentires, olvidarnos del manual de «cómo ser alguien con éxito en el arte hoy en día» y confiar en la música, en la expresión y el poder de la interpretación, confiar en que el público puede percibir y entender el arte, olvidando esa idea de que mi arte es para tal o cual público, salvando cualquier distancia que se nos ocurra que tengamos y que al final queda demostrado que son suposiciones nuestras… Dejar de masticar la receta new age y confiar en nuestras ideas nuevas, si al final, en un mundo tan masticado, lo original siempre tendrá su reconocimiento.

Tal vez no sea económico, tal vez no sean las reproducciones web y los tiempos no sean los que figuran en el guion de producción, pero acariciar el alma de la audiencia con la confianza y el poder de una buena interpretación, son cosas que nunca podremos cotizar en su totalidad en moneda. Mas no por eso perdió su valor sagrado, que alimenta las fantasías y da perseverancia y porvenir a los días, en una sociedad en que la tecnología pareciera estar aplastando todo e interpelando cada fragmento de nuestras vidas.

No hay que perder las fantasías. ¿Acaso no fueron fantasías las que construyeron en sueños la realidad que hoy vivimos? Desde las «libertades» y evolución de la sociedad, hasta los mismos avances tecnológicos y viajes al espacio, cosas que la gente soñó en un pasado como algo utópico y hoy en día vivimos con la naturalidad de un sueño que fue logrado y se instauró en la sociedad.

Por eso, perseguir la luz en tiempo de oscuridad es más profundo que una frase trillada, es no pagar con la misma moneda a quien nos lastima o agrede, es sonreír y admirar lo hermoso de la vida en momentos difíciles, es atravesar nuestras emociones en pos de seguir creciendo y abandonar las viejas prendas que nos atan a lo que creemos que es nuestra personalidad y nunca podremos cambiar. Es mirarnos a las caras y agradecer que aún tenemos nuestras vidas para seguir creciendo, soñando y ordenando nuestras fantasías para plasmarlas en los oídos y corazones de la gente, que sedienta está de algo que te llegue a lo profundo, que invite a la reflexión y que te haga sentir representada sin voz extranjera, sin tanto rollo impuesto de un mercado sin precedentes que ni él mismo sabe hacia dónde se direcciona.

Lo valioso de una interpretación auténtica radica en plasmar nuestras vivencias, así que si tienes algo para decir, en buena hora, encuentra la forma y cuenta un poco de tu vida en tu arte, si a ti te gusta, probablemente nos guste al resto. Claro que es un contexto difícil, pero si bajamos los brazos sólo les daremos el gusto de conseguir resignación donde alguna vez juramos en nuestros corazones que nunca nos resignaríamos. El dinero puede ser una herramienta necesaria, pero antes del dinero había vida, fantasías y muchas otras cosas que hoy, en 2021, parece super importante no perderlas.

Si la sociedad que nos crio ya no existe más, digamos que lo perdido se ha ido y lo nuevo hay que hacerlo.

Muchísimas gracias a mi equipo de producción y a mi banda por apoyarme en este tiempo complejo y alimentar nuestras fantasías de músicas instrumentales, que también dicen cosas y se sienten.

Mi sincero agradecimiento y amor para ustedes. Esto recién comienza.

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