2021
Acá estamos, vivos.
Gracias a la vida que aún podemos seguir disfrutando de la música.
Hay que salir a escena como sea. Cueste lo que cueste.
Como siempre.
2020
Mi búsqueda en la música es en parte intuitiva y en parte premeditada. A veces no sé lo que hago pero sí se adónde quiero llegar y esto me fuerza un camino de aprendizaje a prueba y error. No parar de caminar y fluir es la premisa.
Tuve la suerte de poder moverme y sentir la adrenalina de desprenderme de todo cual cohete viaja al espacio dejando partes de lado para lograr su objetivo.
El 2020 fue un año movido dentro de la quietud. Un año energético que me permitió trabajar en la producción de nuevas canciones. Arranqué con furia y publiqué dos nuevos álbums que invito a escucharlos: “2045” y “Terrasse”. Ahorita pronto sale un tercero que me llevó más tiempo y en el cual se involucraron más productores fortaleciendo el trabajo en equipo para lograr un resultado de mejor calidad en muchos sentidos, no sólo en el plano del sonido. En el 2020 encontré nuevos espacios donde mezclar las bandejas, este era uno de mis objetivos y tuve el placer de hacerlo en Barcelona y Granada.
Las cosas pueden ir peor así que agradezco poder seguir haciendo lo que me gusta, seguir motivado en el descubrimiento de nuevos y bellos sonidos. Y agradezco a mi abuela que me enseñó a encontrar belleza hasta en una piedra abandonada. Agradezco que la mente no me falle y me siga arrojando nuevas ideas. Algunas podré llevarlas a cabo, las otras quedarán en el olvido de lo que no fue. Lo importante es intentarlo, ser fiel y consecuente a los valores e ideales que nos conforman.
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