• Cecilia Troilo

Cecilia Troilo

2016

Año 2016: el encuentro de mis dos pasiones “la música y el campo aeroespacial”.

Esta ha sido una etapa de nuevos descubrimientos personales, el principio de una aventura que no había vislumbrado y que ha sido el comienzo de una madurez anhelada y de la cual estoy plenamente agradecida.

Si bien las horas de sentarme a componer se redujeron, el tiempo de vivir experiencias de las cuales cantar se multiplicó inmensamente.

Este año lo dediqué a tratar de componer diferentes ritmos de otros folklores del mundo, pero este difícil trabajo aún no ha llegado a su fin. Mi deseo para el año 2017 es poder mostrarles este producto terminado, y lograr llegar a sus corazones. También me dediqué a componer para una persona especial que llegó a mí inesperadamente y desde ese día me ha entregado su amor.

El 2016 me trajo felicidad y mucho trabajo, me trajo el cariño de la amistad sincera de amigos que ya tenía y de mis alumnos, me trajo la posibilidad de ser partícipe en el descubrimiento del espacio y la tecnología aeroespacial, y de poder conocer a gente maravillosa que está haciendo cosas increíbles para la humanidad, y jóvenes que desean convertirse en actores en el ámbito espacial, el cual ha conquistado tantos corazones alrededor del mundo. EL año 2016 se lleva toda esta experiencia, y me deja llena de semillas para sembrar a partir del 2017.

Si tuviera que definir este año que ha pasado en simples palabras, ellas serían: pasión, plenitud, amistad, encuentro, aviación, tecnología espacial, madurez y por supuesto, la llegada del verdadero amor.

Les dejo con ustedes un enlace donde encontrarán una de mis nuevas canciones, de estilo bossa nova: “Mi menina de la noche”.

 

2014

Llega el final del 2014 pero es el principio de una hermosa nueva etapa.

Durante estos dos años se abrieron caminos repletos de aventuras, de gente increíble, de aprendizaje, y la realización y presentación de primer trabajo discográfico llamado “Amor en el Pueblo”.

Este disco lleno de alegría y colorido, recorre con sus canciones los diferentes géneros del folklore argentino, distinguido con mi toque o estilo propio de composición. Habla de amor; habla de paisajes; habla de fe; de las cosas sencillas que vivimos con los diferentes amores de nuestra vida: amor romántico, a nuestra familia, a nuestra tierra y a nuestros compañeros de vida y amigos.

Hay un antes y un después en mi vida como compositora, cantante y persona. Entre los colaboradores que han hecho realidad este proyecto se encuentran: Gerardo Schiavon en producción e interpretación instrumental; Daniel Andrada en quena; Luis Palacio en violoncello; Ignacio Coria en violín; Juan Manuel Nieto en percusión y, por supuesto, Daniel Kogan, en cuyo estudio se hizo tangible esta magia.

Debo agradecer a Elvira Ceballos por su apoyo y generosidad; al maestro Ariel Paltrinieri, quien me ayuda a embellecer mi voz; a Hilda Herrera por brindar su sabiduría del folklore e inspirarme a componer; y a mis amigos y músicos: Lautaro Pellene; Natalia Martínez; Facundo Orellana y Sebastián Cañari.

El 2015 comienza con la misión de llevar mi música a través de los senderos de esta patria exuberante, contagiando regocijo y cariño.

¡La vida es una fiesta, la fiesta del amor! ¡Pongamos lucecitas en cada rincón del corazón!

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