Agustín Bazán

Agustín Bazán

2020

Foto: Matías Monko.

En enero de 2020 llegué a Argentina luego de haber estado en el lugar más sagrado del planeta, en Israel. Volé 15.000 km. para pedirle a D’s de todo y más.

El 2020 me trajo en su primer mes un sinfín de grandiosas noticias y proyectos laborales que aquel fatídico 20 de marzo se cayeron estrepitosamente cuál camino de dominó. Sin preguntar, sin avisar, sin dejar espacio a nada.
Sobreviví pero me costó vivir.

Con el enorme impulso del 2019, el 2020 inicia su recorrido como un torbellino de nuevos proyectos y propuestas innovadoras y superadoras en todo punto de vista.

Ni bien llego a Córdoba recibo un par de llamados por teléfono e invitación a reuniones para empezar a producir la llegada de Microteatro a Córdoba. Ese formato internacional de obras de teatro de 15 minutos, en 15 metros cuadrados para 15 personas llegaría a Córdoba en el mes de abril de la mano de Emilio Bruno en la dirección general, Marcelo Arbach en la dirección artística y conmigo en la producción ejecutiva. Convocamos a más de 40 directores y directoras del teatro cordobés para que comiencen a ensayar los textos que nos mandaban desde Buenos Aires. La propuesta, innovadora y atractiva, sería un antes y un después en ciertas dinámicas de producción del teatro cordobés, situado en pleno Cerro de las Rosas y conviviendo con una moderna experiencia gastronómica. Microteatro Córdoba prometía un gran año.

A su vez, mi querida “75 Puñaladas” venía de un gran año de funciones y realizamos una temporada de dobles funciones en Espacio URDA.

A mi arista artística se sumaban proyectos de actuación como la propuesta de Elencos Concertados para hacer “Lúcido” de Rafael Spregelburd junto a Trinidad Vassia, Ana María Tenaglia, Ariel Odorizzi y la dirección de Kike Giungi.

Mi primer proyecto como director tomaba forma con la obra “Llanto de perro” de Andrés Binetti. Proyecto que nació como tesis del post grado en Dirección de Actores y Puesta en Escena del Seminario de teatro “Jolie Libois” de Matías Jalil en el año 2018 y que luego el elenco quiso retomar el proyecto de manera comercial, pero Jalil ya estaba radicado en Buenos Aires por lo que me invitaron a realizar la reposición. Estrenaríamos en junio en La Nave Escénica.

El Festival de Teatro Adolescente “Vamos que Venimos” Regional Córdoba ya se encontraba en plena preparación, ya había funciones programadas de “Rancho, una historia aparte” de Julio Chávez y mucho más.

Hicimos teatro hasta el 14 de marzo y luego nunca más. Todo funcionó de maravilla y en menos de una semana todo esto, y mucho más, se suspendió por tiempo y espacio indefinido.

El 2020 prometía ser un gran año y hasta osaba aparentar que iba a superar al 2019. De un momento al otro, cuando las luces más brillaban, los artefactos estaban todos prendidos y funcionando al 100% y acababan de llegar nuevos accesorios… Se cortó la luz. De golpe. Explosión. Se acabó todo. En un segundo.

Estuve mucho tiempo a oscuras, sin siquiera una vela. La primera luz al final del túnel fue un mensaje de Facu Domínguez invitándome a ser parte del proyecto “Leer en casa”. Volver a preparar un texto, elegir un espacio, ensayar, preparar la luz, etc. Hacía rememorar con cierta melancolía esa práctica de la cual hicimos vida y ahora parecía tan temeraria.

Movilizado por la necesidad de volver a sentir el hermoso contagio de los colegas, los espacios y el arte comencé a charlar con ellos a través de vivos de Instagram. Desde la cuenta de MGP Producciones conversé con Pablo Tolosa y Lorena Jiménez y desde mi cuenta, bajo el título de “Merendando con Agustín Bazán” y luego “Cenando con Agustín Bazán”, conversamos con Marcia Urbisaglia, Matías Jalil, Cristóbal López Baena, Fabio Camino, Matías Jalil, Celeste Colella, Agustina Malpassi, Luchi Silva, Emilio Bruno, Maximiliano Pita, Sergio Zuliani y Sonia Daniel.

De a poquito la luz fue volviendo, muy tenuemente. Descubrí que muchos artefactos que tenía ahora están quemados por el gran apagón. Aún la luz es tenue y tiene picos y bajas de tensión, pero algo se ve.

Cuando fui hacia el tablero eléctrico a ver quiénes estaban arreglando semejante cortocircuito veo que no es ni más ni menos que gente. Redes de gente que me ayudaron a evadir el tan odiable distanciamiento social y que sea sólo físico. Nos encontramos virtualmente, charlamos, ideamos, pensamos, nos reímos.

El 2020 me encontró buceando en mis apuntes de actuación y dirección en mis años del Seminario, realizando un compendio audiovisual de entrevistas a hacedores teatrales argentinos que luego compartí en las redes y sigue disponible para todo el que quiera, etc.

Volé 15.000 km. para pedirle a D’s de todo y más. Cuando llego a casa veo que me mandó una pandemia. Yo que soy un promiscuo social, gritón, exagerado, intenso, que tengo shpilkes en el tujez, me tuve que quedar diez meses encerrado, quietito, calladito, sin mucho alboroto y sólo esperando.

Allá por septiembre de 2020 Fabio Camino me cuenta que ha adquirido los derechos del multipremiado musical porteño “Los Monstruos” de Emilio Dionisi y Martín Rodríguez y me invita a ser el asistente de dirección de Lautaro Metral en dicho espectáculo. Sin dudarlo comencé a asistir a los ensayos y al volver a pisar una sala sentía que mi cuerpo se recomponía.

Cerca del fin de año, cuando se avecinaba la apertura del teatro, comenzamos a pensar en volver con “75 Puñaladas”, así fue que empujados por la hermosa y acogedora sala Medida X Medida y MGP Producciones decidimos hacer temporada de verano en Córdoba Capital, algo que hacía mucho no se veía. Es así que el 2021 arrancó con funciones en MxM a sala llena, 10 funciones que nos revitalizaron el alma, el cuerpo y el corazón. A nosotros y al público.

Ya transitando el 2021 me encuentro ensayando “Llanto de perro” para estrenar en junio en La Nave Escénica, con las actuaciones de Nahuel Ramallo, Natalia Grassi, Noelia Mansilla y Ger Dé. Siendo asistente de dirección de Lautaro Metral en el musical “Los Monstruos” con las actuaciones de Antonella Oddi y Fabio Camino y muchos proyectos más con los que esperemos que quienes nos gobiernen entiendan que el arte es un lugar sano, seguro y esencial.

 

2019

“El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo.”  Roberto Arlt.

El 2019 fue para mí una especie de empleador que me llevó por distintos puestos laborales en la misma empresa para que conozca todas las aristas de lo que se produce y así decida, luego de las pruebas, en que puesto quiero quedarme.

El sábado 2 de febrero me levanté pasado el mediodía a consecuencia de una larga fiesta de verano. Cuando prendí el celular tenía llamadas perdidas de Maximiliano Pita, lo llamé y me pregunta si en media hora podía estar en la puerta del Teatro Real, sin saber cómo iba a hacer dije que sí. En media hora estuve allí, cuando llegué estaba todo cerrado. Me siento en la vereda y veo que de la esquina viene caminando Pita, su esposa, Ramón Gaona y, con una particular aura, Julio Chávez. Pita me comentó que había posibilidades de que sea el asistente de dirección de Chávez en “Rancho, una historia aparte”, la innovadora producción de MGP Producciones junto a la Agencia Córdoba Cultura con actores y equipo local.

Por otros proyectos necesitaba saber cuándo sería el estreno y cuando tendría la confirmación de mi trabajo así que le escribí al productor y como respuesta recibí el link de una nota en La Voz del Interior, Daniel Santos publicaba “Julio Chávez dirigirá una obra suya en Córdoba, con actores cordobeses” y comentaba “…también el asistente de dirección de Córdoba, que será Agustín Bazán.”. Un sueño se hizo realidad.

Marzo arrancó con las últimas funciones de “¿Qué pretenden de nosotros?”, el último espectáculo que realizamos con Tres Son Multitud (Nahuel Ramallo, Malaquías Gómez Páez y quien suscribe). Bajo la dirección de Sonia Daniel presentábamos orgullosos este divertido y polémico delirio teatral en María Castaña.

También en marzo fui convocado por Ricardo Bertone para trabajar en la 34° Fiesta Provincial del Teatro, allí me desempeñé como coordinador de actividades complementarias. Agradezco enormemente la entrega de David Piccotto, Vanesa Toranzo, Raúl Saggini, Daniel Dalmaroni, Cheté Cavagliatto, Jorge Pinus, Mabel Brizuela y Graciela Ferrari quienes dictaron charlas y talleres en este evento.

En abril comenzaron los preparativos finales para en mayo estrenar “Amantes Permitidos”, espectáculo que me encontró trabajando en su producción ejecutiva y prensa. Con dirección de Carolina Gallardo, texto de Patricia Suárez y las actuaciones de Luciana Mealla, Virginia Garrone, Franco del Río y Sonia Ferreyra tuvimos a lo largo del año 15 exitosas funciones y miles de alegrías que nos trajo esta hermosa comedia.

En junio pasé 5 horas de lunes a viernes en la sala Azucena Carmona del Teatro Real tomando notas sobre las directivas de Julio Chávez y asistiendo a él y a los actores en la preparación de “Rancho, una historia aparte”. Estrenamos el viernes 5 de julio. No sólo fue una experiencia artística y profesional sino de vida. Todos comentan “Seguro habrás aprendido un montón al lado de Julio”, y orgullosamente digo que aprendí tanto de él como de Lucía Nocioni, Trinidad Vassia y Raúl Sánchez, los grandiosos actores quienes con gran entrega, profesionalismo y generosidad hicieron un trabajo alucinante. Sin dudarlo también aprendí toneladas realizando la asistencia de producción a Maximiliano Pita, un ser excepcional si los hay, y descubrí que la producción de teatro comercial es un mundo tan maravilloso como caótico. Hicimos 42 funciones de este gran espectáculo que sin duda nos marcó para siempre.

Junto a personas y artistas grandiosos y concentrados en el C.C.I. María Castaña trabajamos durante todo un año para una semana grandiosa, en este caso fue del 20 al 24 de junio. Durante esos cuatro días llevamos adelante la 3° edición del hermoso Festival de Teatro Adolescente “Vamos que Venimos” – Regional Córdoba, un evento que congrega a más de 300 adolescente de la región centro del país que alzan su voz mediante talleres de teatro, funciones y paneles de intercambio. Con más de 10 funciones y 20 talleres los adolescentes corren de una sala a otra del circuito teatral cordobés y en los espacios del Teatro Real para aprender, crear y manifestarse.

Durante todo agosto las mañanas me encontraban en largos ensayos en la hermosa sala Medida X Medida, allí estábamos gestando un espectáculo que superó ampliamente las expectativas que teníamos. Malaquías Gómez Páez dirigiendo, Victoria Bonel produciendo y asistiendo y junto con Vittorio Cucinelli actuando en septiembre dimos a luz a “75 Puñaladas”, una comedia policial que nos impactó por la respuesta del público, la repercusión de la prensa y la alegría de hacer funciones con localidades agotadas. En el 2020 continuaremos con esta obra que tiene mucho por recorrer.

Finalmente, la última etapa del año la pasé ensayando en las aulas del Seminario de Teatro “Jolie Libois”. Allí cursé un post grado en Dirección de Actores y Puesta en Escena. Sin el enorme trabajo actoral de Cecilia Matta, Vittorio Cucinelli, Noelia Mansilla, Ger Dé, Lucía Argañaraz y Abril Bianco y sin el fundamental trabajo de Nahuel Ramallo en la asistencia de dirección, nada hubiera sido posible. Hicimos dos funciones, el 9 y 10 de diciembre en la sala Azucena Carmona, allí nació “Una familia común”, espectáculo con el que me recibí de la mencionada especialización.

Durante este año mi empleador, el teatro, me llevó por la producción, la gestión, la asistencia, la dirección y la actuación. Enamorándome cada vez más de él, su gente y su magia.
No tengo más que agradecer a todas las personas nombradas y a quienes faltan de nombrar. Mientras más dura sea la realidad aún más es cuando debemos resistir y seguir creyendo en un mundo mejor, seguir haciendo arte.

Por un 2020 de prosperidad, amor, paz y fortuna.

 

2018

«Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias…»

El 2018 me encontró sorteando nuevos desafíos teatrales y de gestión cultural. En el 2017 estudié una diplomatura en política y gestión cultural, lo que me llevó a llenarme de ganas de ahondar en la producción y la gestión concretamente teatral.

La oportunidad de saciar esas ganas me la dio Camila Messad, directora de la obra «Nunca lo había pensado (sucesión de voces in/finitas)».

Arrancó el año y comenzó la etapa final de producción y los preparativos para el estreno de la obra. Es así que en marzo estrené mi primera producción teatral, una experiencia altamente enriquecedora en todo sentido.

Continúa el año y en abril crece la intensidad de trabajo y gestión para llevar adelante la segunda edición del Festival de Teatro Adolescente «Vamos que Venimos» – Regional Córdoba.

Con un equipo de altísima calidad humana y profesional, nucleados en el C.C.I. María Castaña, nos embarcamos en la aventura de gestionar este Festival tan complejo y esperanzador. Nuestros ánimos estaban cada vez más apagados debido al gran desinterés y desacompañamiento de varios organismos públicos y privados; pero esto sirvió de empuje para demostrar nuevamente que el teatro es un transformador social y los adolescentes un gran vehículo para esto. Los viernes a la mañana sabía que siempre tenía una larga reunión, pero con muchas medialunas. La casa de Celeste Colella era nuestra oficina y entre mates y té comenzábamos a dar forma al calendario anual de Jóvenes Teatristas de Córdoba.

Abordamos durante el año tres actividades que nos visibilizaron y solidificaron. Charlas sobre prensa y difusión, instituciones culturales y el armado de carpetas fueron los encuentros que propiciamos desde el colectivo para brindar capacitación y formación a los hacedores más jóvenes.

Las mañanas de los miércoles eran un mundo aparte, un mundo en el que costaba comprender qué era ficción y qué era realidad. Con la dirección de Sonia Daniel, los Tres Son Multitud ensayábamos un nuevo espectáculo. En septiembre dimos a luz a “¿Qué pretenden de nosotros?». Un espectáculo que significó un gran desafío desde lo actoral y lo escénico. Con el meta-teatro como eje transformábamos las convenciones teatrales en la revolución de tres actores que se encuentran encerrados en un estudio de televisión y no saben ni cómo ni porqué. En su afán de intentar librarse se encuentran obstaculizados por los recursos teatrales más disparatados. Realizamos cuatro bellas funciones en la querida María Castaña, espacio que también nos acogió durante el proceso creativo.

Ya finalizada la época de gestiones y funciones, la segunda etapa del año me encontró inmerso en largos ensayos en las aulas del primer piso del Teatro Real.

Por la mañana ensayaba, junto a Nicolás Cucinelli, la tesina del post grado de dirección y puesta en escena de Malaquías Gómez Páez. El debut de Malaquías como director dio fruto en una obra que estrenamos en el 30° Encuentro de Teatro de Embalse y en dos funciones en diciembre en la sala Azucena Carmona; dicho espectáculo presentaremos en cartel en el 2019.

Y por la noche vivíamos intensos ensayos, bajo la dirección de Ricky Ceballos, de nuestro trabajo final de Actuación III, trabajo con el que mis compañeros y yo nos recibimos del Seminario de Teatro «Jolie Libois».

El 2018 fue un año duro, complejo y desafiante, pero estas características (aparentemente negativas) fueron directamente proporcionales con el aprendizaje, el desarrollo y, sobre todo, con el cariño humano con el que me contextualicé en todos los ámbitos de trabajo y estudio.

El epílogo de este 2018 es un enorme GRACIAS (así, en mayúsculas y negrita) a todos, todas, todxs y todes lo/a/x/es que me enseñaron, compartieron y acompañaron en la creencia de que el teatro y la cultura es mi forma de aportar un ínfimo granito de arena a la posibilidad de un mundo mejor.

Por la vida… ¡Lejaim!