2018
Construir/Deconstruir/Volver a construir y así cíclicamente…
Danza Fértil Ensamble es un proyecto de danzas folklóricas en constante producción. Y a veces también, en profundos silencios.
Bajo la dirección de Florencia Gómez, vamos cada día repensando la producción escénica de lxs bailarinxs folklóricxs, de nosotrxs mismxs, en contacto y ebullición con lxs compañerxs de otros colectivos y grupos de danza.
En 2018 continuamos apostando a diversos espacios de formación, aquellos que nos encuentran bailando chacareras deseosas de peñas y aquellos en los que reflexionamos sobre nuestra condición de artistas y todo su trajín escénico, laboral y corporal.
Ávidos de encuentros y cruces nos entreveramos con artistas visuales, con músicxs, con teatrerxs, con gestorxs culturales de diversas índoles. Agradecidos por cada encuentro, le ofrendamos nuestra gratitud también a los espacios que nos refugian: la Facultad de Artes/UNC que invadimos una y otra vez, a la Casa Laberinto que es un oasis en pleno centro del caos citadino y al Patio de la Pirincha, espacio de resistencia cultural en Cosquín.
Crecemos. Creemos. Pero más de una vez sentimos el agobio de políticas públicas que no nos nombran, de la presión de mercantilizar cada movimiento, de las lógicas que premian a los méritos efectivos y efectistas y se olvidan de los procesos, de las personas, de los cuerpos, de las ganas, de aquello que hace que la cultura folklórica no sea una imagen estática de Molina Campos sino la vitalidad de una ronda hermanada en un patio, pulsando una guitarra y bailando cuecas con un repasador como pañuelo.
Estamos vivxs. Hacemos una danza vital y atenta donde repercute el transcurrir de los días y de las ideas. Estamos ante un cambio de paradigma y nos lo llevamos en la piel.
Este 2018 indagó cada palabra, cada estructura, cada movimiento. ¿Por qué la zamba es la danza del amor? ¿Por qué ese amor sólo era válido para un hombre y una mujer? ¿Por qué el varón debe conquistar a la mujer? ¿Por qué ella debe taparse la cara? ¿Por qué seguimos reproduciendo en nuestras danzas una lógica patriarcal, heteronormativa y coercitiva?
Nos propusimos una contraofensiva: el Deseo, a partir de allí, cada danza, singular y subjetiva.
Todxs, Todes, Todos, Todas bailando para fertilizar estas tierras para que el fruto nos abrace sin miedos, ni juicios.
Cada nombre, cada cuerpo, cada idea compartida en una danza, en un mate o en un vino, se queda prendado en nosotros para este 2019.
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