• Chango Pirola

Chango Pirola

2018

Recopilar el tiempo de un año artístico es como componer. Es encontrar lo que en ese tiempo uno fue construyendo, sumando, compartiendo, aprendiendo, en fin, descubriendo nuevas sensibilidades.

En una canción uno confluye todo eso que es, junto con el paisaje de tierra sonora que uno trae por origen. El 2018 fue el tiempo para empezar a andar y desandar más intensamente mis propias canciones, junto a las otras de otros, pero fue el año del tiempo de mis composiciones, de mi tiempo como cantautor.

Año intenso en participación en ciclos, proyectos colectivos, de compartir conciertos como invitado por colegas de una trayectoria de ya hace mucho tiempo, como fue con el Quinteto Tiempo (50 años de música vocal), en el CPC Argüello.

El Ciclo “Pampa de Agua» (en La Bici del Ángel, el Centro Cultural Graciela Carena y Cocina de Culturas) en abril, julio, setiembre y noviembre, junto al querido Cocho Pedraza. Un ciclo con invitados, entre ellos Chiquito Catramboni, el Dúo Cuyo de Mendoza y las cordobesas de Anatema.

Mencionaba al inicio del tiempo de mis composiciones. En mayo tuvieron su vuelo también en el Ciclo de Cantautores en el Cerro Colorado, hoy  registradas en un disco compartido con cantautores de todo el país. Mis canciones que también anduvieron por San Marcos Sierras en julio, por la Feria del Libro en setiembre y por Villa Giardino y Capilla del Monte en octubre.

Decía de proyectos colectivos. Así fue en setiembre el Encuentro Poético Musical “Ese río que no termina”, celebrando a Juanele Ortiz, en memoria de poeta entrerriano Juan Laurentino Ortiz, encuentro en Cocina de Culturas junto a Fabián Zampini, Marcela Machado, Gustavo Bustillo y Emmanuel Lover, con mi dirección, producción y musicalización de poemas.

Año de mi  labor docente como Director de Coros y la profunda experiencia con el taller Coral “Voces de Libertad” de la Penitenciaria de Bouwer; encuentros corales con el Coro “Blanca Polentini” y el Encuentro Internacional “A tres Banderas”, desarrollado en Brasil, Paraguay y Argentina.

Así transcurrió el 2018. Nunca sin perder su horizonte del arte como acción colectiva, solidaria y aquerenciada en la realidad que siempre necesita decir, tomando conciencia del contexto político, social y cultural, hoy tan abrumado por políticas de Estado desalmadas en su concepción del prójimo.

Hasta el 2019.

Como decía Yupanqui, “que nos vaya bien a todos.”

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