Por Nicolás Siadis | nsiadis@redaccion351.com
Fotos: Facundo Martínez |fmartinez@redaccion351.com
La cita tuvo lugar en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina y contó con la presencia de autoridades universitarias, de la comunidad boliviana de Córdoba, organismos de Derechos Humanos, representantes de la justicia federal y de los sindicatos. También participaron de la ceremonia las autoridades municipales y la comitiva presidencial boliviana.
El reconocimiento a Evo Morales no corresponde a logros o galardones académicos o científicos, responde al reconocimiento de toda una vida dedicada a la militancia, a la lucha por los recursos naturales y los derechos de los pueblos originarios. En ese sentido, Carolina Scotto, rectora de la UNC, se refirió a la lucha por la liberación de los pueblos latinoamericanos que el mandatario boliviano lleva adelante desde sus inicios en la actividad sindical.
“Esta institución busca, a través de los Honoris Causa, poner de relieve los valores y ejemplos de personalidades, cuya labor excede el ámbito académico (…) Con esta distinción, queremos realzar una comprensión de los saberes y las acciones sociales, políticas y culturales que modifican nuestra condición humana y nos alientan a transformar nuestras actuales condiciones de vida”, enfatizó la funcionaria.
Luego de la firma del libro de oro de la Universidad, Evo asumió el papel de orador en medio de las arengas del público. Al tomar la palabra, se reconoció sorprendido por la distinción y orgulloso de estar presente en esta casa de altos estudios.
Durante el discurso, hizo un recorrido por su vida, desde la infancia sumergida en la pobreza extrema hasta convertirse en el primer presidente indígena de América Latina. Repasó, obviamente, toda su juventud ligada a la militancia política en el movimiento campesino y a la lucha contra el imperialismo opresor de los Estados Unidos.
Ante un auditorio conmovido por sus anécdotas, Evo instó a los movimientos sociales y sindicales a involucrarse en la política y ser protagonistas del cambio social. También criticó a sectores del sindicalismo minero de su país y reconoció que la unidad de los países latinoamericanos es el único camino para lograr la liberación de los pueblos.
La fiesta se trasladó al comedor
Durante el transcurso de la mañana, cientos de personas comenzaron a ocupar el playón del comedor universitario. Así, militantes de partidos políticos, centros de estudiantes, integrantes de la comunidad boliviana en Córdoba y particulares asistieron al encuentro con Evo Morales, quién protagonizó un acto público en ese lugar.
La mañana fría no venció las ganas de brindar apoyo y reconocimiento a un símbolo de la lucha por la emancipación de los pueblos y la defensa de los derechos indígenas. Entre pancartas y consignas de lucha, el público aguardó ansioso el momento en que el mandatario subiera al escenario para dirigirse a la multitud.
Presentación mediante, Evo se acercó casi tímidamente al micrófono, maravillado por la postal que veía. Cientos de jóvenes flameando banderas y coreando el famoso “Evo querido, el pueblo está contigo”. Luego de un instante, sonrió y dijo: “Creo que me quieren más en Argentina que en mi país”, mientras los bombos y tambores no paraban de repicar al compás de la música autóctona de Bolivia.
“Es un orgullo estar aquí, en este comedor donde se gestaron numerosas rebeliones que aportaron a la liberación de los pueblos”, enfatizó el mandatario.
En esta instancia, el discurso fue a flor de piel. Despojado de las formalidades del claustro académico, Evo arengó nuevamente para que todos los sectores sociales acompañen activamente el proceso de transformación que atraviesa la región. Además, reivindicó la lucha de los pueblos originarios tras siglos de opresión, y remarcó: “Tenemos la obligación, en honor a la lucha de nuestros antepasados, de defender nuestra soberanía y luchar por la construcción de la patria grande”.
Mensaje a las organizaciones sociales
Para finalizar, remarcó el trabajo que llevan adelante los presidentes y ex mandatarios de los países de América del Sur y agradeció el apoyo que recibió de cada uno de ellos en “esta difícil tarea de gobernar”. Hizo una mención especial para Luíz Inácio Lula de Silva y Néstor Kirchner a quienes consideró sus maestros en cuestiones políticas.
La ovación del público acompañó, de manera casi romántica, cada una de las arengas de Morales, quien admitió que por el trato recibido, se quedaría a vivir en Argentina. Por último, volvió a remarcar la importancia que tiene la integración latinoamericana y el trabajo en conjunto para lograr la emancipación de los pueblos y construir la Patria Grande.
Así, pasó por Córdoba uno de los personajes políticos más fascinantes de la historia latinoamericana. Un indígena militante que nunca dejó de luchar por los derechos de su pueblo, pueblo que le dio la enorme responsabilidad de gobernar. Y ahora, desde su lugar de presidente, alza las banderas de los pueblos originarios por sobre la opresión y dignifica al hombre andino y americano.