De Fiesta

Amor Continental a Toch

31-10-2014 / Agenda, Reseñas
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Este sábado 1 de noviembre a las 21.30 horas en Studio Teather, la banda presenta su último disco, un puñado de canciones para dividir cabezas. ¡Imperdible!


Amor Continental a Toch

Por | redaccion351@gmail.com

¡Vieja del agua! ¿Cómo andás querido? ¿Todo tranquilo?… See loquito, bah, qué se yo, remando… Che, cuchame una cosita. ¿Viste que el otro día te pasé el disco nuevo de los Toch? ¿Lo escuchaste? ¿Abuso no? Qué pendejos hermosos… Bo… ¡No sabés lo que pasó! Tengo un amigo, el Chompi, no sé si te acordás, un chango grandote. Estaba el otro día en el cumple del Chicho, creo que te lo presenté.

Qué pasa, a este pibe lo conozco hace una banda. Hicimos la primaria y la secundaria juntos en el pueblo, nos vinimos a Córdoba juntos, salimos a echar moco juntos… Un hermano. Cada vez que te lo encontrás te cuenta cada historia… Bo… ¿Qué te quiero decir? El martes estábamos ahí en la canchita de las vías jugando al fútbol, como todos los martes viste, un calorón tremendo… Resulta que de bien que estaba el loco jugando, pum, al suelo mal. ¡Ni las manos puso! ¿Nada eh? Muerto. Ni convulsiones, no temblaba, nada de nada. Clavó la pala. No te puedo explicar el cagazo que nos pegamos. ¡Posta que pensamos que el loco se había muerto! Había uno que estudia fisioterapia o algo así que le empezó a hacer resucitación viste, así presión en el pecho, respiración boca a boca, toda la gilada. Yo lloraba como un pelotudo imaginate, en la puta vida le pasó algo así.

Como a los cinco minutos, no sé, ponele que habrán pasado cinco minutos, de repente el loco abre los ojos, los revolea un poco, se agarra la frente y dice «¿Qué pasó?» Pero no preguntó onda «mierda casi me muero», no no. El loco preguntó como si hubiera estado viendo un partido de rugby que no entendés qué carajo cobró el árbitro? Así… ¡Calculá nosotros! Cuando le contamos, el loco no nos creía. «¡Se te apagó la tele mal boludo!», le decíamos. Bue, ahí nomás paramos, imaginate que ya habíamos puesto la carne, teníamos el fernet, todo. ¡El Chompi se quería quedar a comer! El flaco que lo resucitó casi lo clava de la desubicación, ¡cómo se iba a quedar! Nos dijo de llevarlo a una guardia, yo pensé en vos, como no habías ido a jugar pensé que seguro estabas laburando. No lo pudimos convencer che… «Total no me van a hacer una tomografía ni una resonancia o no sé qué carajo a esta hora» nos dijo. Aparte vos lo veías y el chabón perfecto eh? Como si nada. Bue, comimos, jugamos al truco, al final lo terminamos agarrando para la cagada toda la noche… Una inconsciencia haberlo dejado comer, no sé, pero bueno, no hubo forma. Cuando terminamos lo llevé a la casa, el loco vive con la novia. Le contamos lo que había pasado, la loca lo miraba de una forma… No como sorprendida… Le levantó una ceja como diciendo «otra vez Chompi…» Bue, me fui.

Al otro día lo llamo para ver cómo andaba, me invita a tomar un café. Veinte años hace que vivimos en Córdoba, jamás fuimos a tomar un café. Bo, salimos del laburo, un calor insoportable, qué café… ¡Birra! Caímos ahí cerca de la Cañada y el loco me contó…

A ver… Vos me vas a decir si esto que te voy a contar lo escuchaste alguna vez. Te juro que no fumé nada, no tomé nada, este loco tampoco. Es como un cuento que leí una vez, pero que pasa en la realidad. ¿Viste el cuento ese de Cortázar de la autopista, que hay un embotellamiento que dura como tres o cuatro días? ¿Te acordás que hace un tiempo pasó en China? Bueno, esto es igual. ¡El Chompi superó el cuento! Cuchá: ¡el loco se pone a vivir otra historia y básicamente se olvida del cuerpo y vuelve cuando quiere, o cuando le agarran ganas de mear ponele!

No no, pará boludo, pará… ¡Dejame que te cuente! Resulta que el loco tiene como dos cabezas. Una atada al cuerpo digamos, como cualquier cristiano, y vive la vida normal y piensa y habla normal, todo normal. El cuerpo, todo el cuerpo por supuesto, refleja lo que el loco piensa en ese momento. Ponele, está haciendo una pizza, vos lo ves que está cortando el queso, listo, está cortando el queso para ponerle a la pizza. A lo mejor está pensando en algún quilombo que tiene, pero además está cortando el queso. Una parte de la cabeza le está ordenando a la mano que agarre el cuchillo y corte el queso. Muy bien. El otro día el Chompi estaba jugando al fútbol. Corría, iba para donde iba la pelota, se ponía para cabecear en los corner, nada, normal. Vos de afuera lo veías y ¿qué ibas a pensar? Que el loco era uno más que estaba jugando al fútbol ¿no? Bárbaro, resulta que el infeliz este ¿sabés lo que hace? De repente se pone con la otra cabeza que dice que tiene a vivir otra realidad. Esté donde esté, en el momento que se le cante, activa la otra cabeza y siente que está en otro lado haciendo otra cosa. Pero no es que el chabón se lo imagina como yo te puedo decir que en este momento, mientras estoy hablando con vos, me estoy imaginando a mí mismo en Río de Janeiro encaravanado y mientras me lo imagino estoy viendo perfectamente a la Claudia, una compañera de laburo, que está acá al lado mío, haciendo un informe pedorro y yo le cebo un mate y ella me pasa un criollo y la loca ni se entera de que yo, mientras hablo con vos, me estoy imaginando en Río echando moco. No. El Chompi es distinto. Me mira la Claudia… Perate ya te cuento.

Si el Chompi estuviera acá conmigo, y yo le pidiera que se vaya a Río y me traiga una caipirinha, el loco se prende un botón interno ponele, deja el cuerpo muerto al lado mío y cuando se le cante volver, abre los ojos y me cuenta que se largó a llover en Río, ¿me entendés? Tampoco me va a traer la caipirinha, no, pará gil… No es que el loco se teletransporta. Donde vaya, no puede tumbar una maceta ni entrarle a un sanguchito, pero con ver, oir y olfatear, le basta y le sobra para contarte en qué anduvo con lujo de detalles. ¡Mirá la boludez que me tiró! Me dijo: «no es que yo me piro y donde me pire la gente que anda por ahí ‘me ve’. Cómo me va a ver si yo dejé el cuerpo donde estaba. El otro día por ejemplo me fui al Museo del Prado, quería ver ‘Las Meninas’. Escuché un rato las barbaridades que decían los turistas que se quieren hacer los que saben de arte, anduve un rato y chau, me pegué la vuelta». ¿Vos me entendés lo que yo te estoy diciendo? Tiene como un gps ponele.

Ahora, mirá el riesgo que corre. ¿Viste la típica de cuando estás en un lugar y te querés ir a la mierda y buscás el botón abajo de la mesa? Bueno, el loco tiene el botón en la cabeza. El problema es que deja el cuerpo inerte en cualquier lado y no puede controlarlo mientras se tomó el palo. Suponete que está en su casa, se va con la otra cabeza a Edimburgo al recital de Bloc Party, justo en ese momento le tocan la puerta para decirle que salga que viene un terremoto. El loco no escucha la puerta eh?… Mientras anda haciéndose el fantasma por ahí, ni idea de si el cuerpo corre algún peligro. Por ahí se cuelga en el viaje y vuelve porque le parece que tiene que ir al baño. Pero si se le está por caer un pedazo de techo arriba y el loco justo se fue a ver la final del mundial, cagó fuego.

Sí claro, sabés la cantidad de cosas que se me ocurrieron para preguntarle…  Pero bueno, parece que viene con esta historia desde que era pendejo. Siempre lo hizo solo, o de noche, cuando todos dormían, como para no alarmar a nadie. Pero el otro día, el martes, el forro lo hizo en la canchita… ¡Delante de todos! Me dijo que se aburrió del partido, se acordó del disco nuevo de los Toch, que yo sé que le gustan muchísimo, y para hacernos pasar un momento de mierda porque según él siempre lo llamamos para jugar cuando falta alguno, apretó el botón ese que tiene y picó champión. ¿Sabés que me dijo el otario? Que quería ver si por las dudas estaban ensayando los Toch para el recital del sábado, porque este sábado presentan el disco nuevo ahí en Studio Theater.

Claro, el loco es un enfermo de los Toch. Sacá la cuenta que para Año Nuevo, se quedó solo en su casa, porque tenía ganas de quedarse a esperar el primero de año escuchando música y chupando solo y como vive en un edificio de Nueva Córdoba, el loco cuchá lo que hizo, ¿podría haberse ido a cualquier lado no? ¿Sabés qué? Yo en su lugar me voy a pasar Año Nuevo a la concha de la lora, pero no, él dice que en esas fiestas no le gusta echar moco. Bue, entonces qué hizo, bajó a la calle, miró las ventanas de los pisos y se dio cuenta de que los únicos que estaban en todo el edificio eran los locos del piso doce y él, que vive en el tercero. Entonces, subió, puso el tema ese «Cosas se han ido» tipo once y cuarto de la noche, se destapó una sidra, abrió un pan dulce, se fumó un atado de puchos y dejó pasar el tema ese al recontra mangazo hasta que se hicieron las doce que subió a la azotea a ver los fuegos artificiales. ¿Te das cuenta?

Ahora dice que se quiere tatuar la frase esa que dice «Y vuelve a gritar tu nombre su alteza la melodía…» Pore guaso ta locazo.

Vos te preguntarás por qué te estoy contando todo esto. Bueno, cuchá, como este sábado el Chompi va a ir al recital, mirá lo que quiere hacer. Cuando suban los Toch al escenario a presentar el disco… Eh?… Ah, «Amor continental» le pusieron, sacala a bailar, ¿viste el tema ese «Te fuiste sin saludar»? ¡Y el de la Niña Rasta y el de Famatina? Bah, están todos buenos… Bueno, ¡cuchá! Cuando suban los Toch, el loco quiere apretar el botón, y ponerse con la otra cabeza ahí entre medio de los loquitos de la banda para ver el recital desde ahí, para verse su propio cuerpo entre medio de la gente. Entonces quiere saber si a lo mejor viene alguna pepa como para que, mientras el loco ve el recital desde el escenario, al lado de los músicos, al mismo tiempo puede disfrutarlo ahí entre la gente, pero con algo de la cabeza original digamos, como para controlar el cuerpo y poder hacer pogo y esas cosas… Sí, qué se yo… Te juro que cuando me contó todo esto no supe si cagarme de risa o largarme a llorar, pero bueno, a loco, loco y medio.

¿Qué decís? ¿Habrá alguna pepa? ¿Vos me podés averiguar?

Dale te espero… ¡Ah!

Ahí te paso los datos del recital.

Toch presenta «Amor Continental».

Sábado 1 de noviembre – 21.30 horas.

Studio Theater -Rosario de Santa Fe 272. 

Entrada: $50 en Edén. $60 en puerta.