
Por Rodrigo Bruera | rbruera@redaccion351.com
La vida permanentemente nos llena de sorpresas. El destino, exista o no, siempre nos tiene preparado algo que nos marca el desarrollo de nuestro existir. Suele decirse que las oportunidades “se dan una sola vez en la vida” y que, si uno se las pierde en ese momento, nunca podrá volver por ellas. La historia de Carlos “Queque” Costa es una mezcla de suerte, destino y azar, con lucha, perseverancia y por sobre todo, esfuerzo. Este joven cordobés de 19 años, oriundo de Villa Carlos Paz, está viviendo algo que nunca se imaginó: formar parte de un equipo de Rally.
Carlos Costa nació el 6 de enero de 1992 en Villa Carlos Paz. Hizo su escuela primaria y secundaria en el Colegio Bilingüe Dante Alighieri, de la ciudad serrana, y aprendió el idioma inglés en un instituto especializado. Por esas cosas de la vida, por haber estado en el momento y lugar indicado, por estar despierto, por un poco de suerte, por haber estado preparado, su vida cambió. Fue en el año 2007, cuando estaba con su familia disfrutando del tramo La Cumbre-Agua de Oro, del Rally Argentina. En un momento, el Mitsubishi Evo8 que manejaban los australianos Kevin Shaw y John Allen tuvo que parar debido a una falla técnica.
Ante la decepción de los tripulantes, “Queque” se acercó, como muchos otros espectadores, a ofrecer ayuda. La diferencia estuvo en que el joven sabía hablar el idioma inglés y pudo comunicarse con ellos. Les ofreció parar en un lugar cercano, perteneciente a un amigo de su padre, y allí guardaron el auto hasta que la asistencia técnica llegó. Mientras tanto, almorzaron con los extranjeros y se forjó una buena relación. Durante los días que duró el evento, ofreció todo tipo de ayuda relacionada con la traducción de inglés a español y en cuestiones de logística. El sueño de un chico fanático del Rally, se había cumplido. “Haber estado adentro de la carpa de un equipo, compartir almuerzos, estar dentro de los autos, fue una experiencia fantástica” manifestó a Redacción 351.
En el año 2008, se contactó con el manager del equipo Neil Allport, quien decidió contratarlo para ser el traductor oficial del Indonesia Rally Team. A partir de 2009, forma parte del RallyArt New Zealand, cuyo piloto y copiloto son Eyvind Brynildsen y Denis Giraudet. Por si esto fuera poco, en 2009, teniendo en cuenta su buen conocimiento del idioma italiano, viajó al Rally de Cerdeña para hacer la traducción a dicho equipo técnico. Demasiado para un joven de 17 años, ¿no?
Debido a su buen trabajo y a la gran relación que construyó con los miembros del equipo, el joven fue llamado para viajar nuevamente al Rally de Cerdeña, que se disputó del 5 al 8 de mayo pasados. Sobre este último viaje, Carlos contó:
“Este viaje fue una casualidad, igual a la del primer viaje. Estaba en la facultad, con la rutina de siempre. Nos avisan que faltó un profesor, voy a un bar a tomar algo y me conecto a internet para ver los mails. Veo que estaba conectado el manager del equipo, con el que estuve trabajando y con quien me fui en 2009. Hacía un ratito me había llegado un mail en que me pedían si quería ir con ellos al Rally de Cerdeña. Empezamos a hablar sobre la propuesta y me confirmaron. Llamé a mi papá, le conté. Tenía que estar allá el sábado, a más tardar el domingo; y era viernes ese día. A las 5 de la tarde conseguimos el pasaje. El sábado a las 10:30 estaba viajando. Fue raro el viaje porque fue como violento, no me pude preparar mentalmente. La experiencia del viaje fue fantástica. Llegué a Cerdeña, primero al aeropuerto de Olvia, recorriendo lugares que antes había visto. Y fui al Parque de Asistencia, me encontré con los mecánicos, con el piloto que había conocido en 2009. No podía creer que había llegado en un día y medio, que 36 horas antes estaba en Argentina, y ese día estaba encontrándome con él en la recepción del Hotel de Olvia. Me di cuenta que se valoró la agilidad que tuve en organizar todo cuando me llamaron.”
Hoy, “Queque”, como lo conocen sus familiares y amigos, alterna entre la facultad y los viajes, que si bien no son permanentes, debe estar preparado, porque de un día para otro, puede recibir un mail que lo coloque en un avión a cualquier parte del mundo.
La ayuda de algunos, la indiferencia de otros
El joven serrano no duda en agradecer permanentemente la ayuda de sus padres. Desde el primer momento recibió un gran apoyo de ellos, lo que le permite seguir adelante con mayor entusiasmo y no sentirse sólo durante sus viajes. “Tengo que agradecer lo que me enseñaron en mi casa, porque el espíritu emprendedor que tienen mi papá y mi mamá fue lo que me llevó a mí a no soltar esta oportunidad que ví”. Está claro que el apoyo familiar es fundamental, no sólo para un joven sino para cualquier persona que emprenda un proyecto tan importante como este. Carlos cuenta que cuando era pequeño su papá viajaba mucho y que prácticamente fue criado por su mamá. “La odiaba cuando me obligaba a ir a inglés, hoy se lo agradezco y reconozco de por vida”, agrega. Además, el joven considera fundamental el apoyo recibido por parte de Sergio Vigano y Alejandro Perselo, que siempre estuvieron y están para tenderle una mano cuando la necesita.
Pero no todo fue tan fácil para él, o al menos no todos le hicieron las cosas simples. Pese a ser un digno representante en el extranjero del Colegio Dante Alighieri de Carlos Paz, “Queque” no contó con el apoyo de las autoridades de dicha institución, que se comportaron de manera indiferente. Por otro lado, el joven consideró que después de sus viajes se dio cuenta de “quiénes eran realmente amigos y quiénes no”, haciendo referencia a que algunas personas de su entorno no le habían dado el apoyo que él necesitaba.
Entre la casualidad y la causalidad
La historia de Carlos Costa está teñida de algunos componentes de casualidad, como el hecho de haber estado en un Rally como espectador y haber terminado siendo el traductor de un equipo de Rally a los 15 años. Sin embargo, la casualidad, el azar y la suerte, no pueden con todo. Si “Queque” no supiera hablar inglés, si no hubiera ido a un colegio bilingüe en el que le enseñaron italiano, pero por sobre todo si no hubiera tenido la fuerza, las ganas y el gran esfuerzo que día a día demuestra, difícilmente hubiera llegado donde está.
La búsqueda de nuevos horizontes
Carlos, teniendo en cuenta su experiencia en el Rally, ya lleva su emprendimiento propio. En primera instancia construyó una página web (www.rallysolutions.com.ar) en la que ofrece transmisión permanente en vivo vía Livestream cuando se lleva a cabo la competencia; y por otro lado, ofrece un servicio de logística integral a los equipos de producción que vengan del extranjero, el cual incluye alquiler de hoteles, automóviles particulares y traducción.