Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com
Cuando después de lavarte los dientes y enjuagar el cepillo te mirás al espejo, y eso blanco que te quedó en la barba no es dentífrico sino simples y valerosas canas, te tomás un par de segundos antes de arrancar el día, te rascás un poco el mentón peludo para ver qué onda con vos y levantando apenas una ceja te decís, por ejemplo, «es el rock vieja».
Tenés un amigo que toca la batería. Ni debés acordarte de la primera vez que lo viste abollar platos. Habrás pasado las mil y una noches de la vida que te gusta vivir, con ese pibe a dos metros, desmejorando paredes, amansando vecinos.
Habrás escuchado discos que tomaron pastillas de chiquitolina mientras dormías y se disfrazaron de micros de tu guitarra. Antes y después de cada cepillada de muelas, de cada relojeada de canas y de cada nuevo calendario, fueron torciendo el puente y las cuerdas para un sonido que de repente, con los años, se ha multiplicado en canciones y todas, multiplicadas en parlantes, rebotan contra un montón de orejas andantes, corajudas en su trabajo de mandar información a los hemisferios, que devolverán, vía cuerdas vocales, lenguas, dientes y labios, una respuesta inmediata, a lo perro de Pavlov, pero ilustrado: «¡Escuchá los Lautremont! ¡Poné más fuerte!»
Hoy tenés el mate lleno de felices amistades. Vos y el Conde de los parches. Ustedes, o sea vos, Lautremont. No te engrupieron. Se nota en los discos. No hubo milonga entre magnates, ni locas tentaciones. ¡Se nota en los discos! Los viajes no se comen. Pero si se comieran, tampoco te los comiste. ¡Se nota en los discos!
Se nota, tantísimo, en tu último disco, Lautremont. Y en tu propia definición:
ISLA es un disco de rock. Está basado en cuestiones rítmicas con las que el dúo juega a su manera, adaptando diversos estilos y claves cercanas a lo latino, lo afro y lo tribal así como también al funk sin ser literales, ya que la metamorfosis y la deformidad son características constantes en el grupo.
Isla es una ciudad, un estado mental, una fantasía. Un disco autóctono, cordobés. Una forma de ver a la ciudad como una isla que es, a su vez, el lugar desde donde uno hace las cosas con total convicción y sin pensar que estamos donde no debiéramos. Un auténtico acto de perseverancia y de fe.
¡El resto es mandarse al octógono de canciones y que el rock te haga tirar la toalla!
Lautremont – Isla
Hay un dato geográfico tan a favor que capaz le pone el pecho al dato cronológico en contra. Estás en Córdoba Lautremont. Tus muelas de Vieja Sound y Camusso andarán cargando violas, cajas, fierros, platos y pedales para llevar a Belle Epoque. Nosotros, que también estamos en Córdoba, sabemos de sobra que Lima 373 es Lima entre Salta y Maipú.
Sólo restan horas para que «Isla» explote en vivo.
Antes y después de subir al escenario, sabrás tomarte algo con amigos y escuchar, después o antes, a los Bardo Guanaco y a Viaje a Ixtlán, dos bandas que hacen eso que tiene nombres variables y el mismo apellido de tus discos.
Es el rock Vieja.
Agenda:
Lautremont presenta «Isla».
Sábado 2 de julio – 23.45 horas.
Club Belle Epoque – Lima 373.
Entrada: Sin cargo a las primeras 100 personas. Luego: $100 con consumición.
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