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Josefina Casco presenta «Mariposario»

15-09-2017 / Agenda, Reseñas
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La cantante y compositora llega a Córdoba para recorrer las obras de su primer álbum en tres conciertos, junto a Leandro Alem, Hernán Zelaya y Gisela Lascano. Compartimos la invitación.


Josefina Casco presenta «Mariposario»

Por | redaccion351@gmail.com

«Mariposario». Juguemos con «Mariposario», con esa imagen de vuelo frágil, multiplicado, de esa dirección movida por alguna brisa, que parece distraer el rumbo, pero no, porque la vida es corta y sería más o menos conveniente encontrar al menos un rumbo, con las variaciones bienvenidas que sepamos abrazar.

Cada ratito de escucha parece movernos, por simple inercia de un hábito casi nunca despojado, a encontrar proximidades que dimensionan experiencias previas, nombres conocidos como posibles guías para demarcar acercamientos. Ideas madres que rodean una obra. 

¿Cómo es, cómo sería escuchar desatendiendo los muchos recorridos transitados? Las horas incontables, los días, los años de pasar y pasar por nuevas obras para volver al mismo puñado de nombres que facilitan la tarea quizás innecesaria de seguir demarcando. 

¿Sería posible pensar en la grandeza de esos pocos músicos sagrados por fuera de nuestros hábitos, de nuestras comodidades, de ciertos dogmas que no dejamos de alimentar cada vez que volvemos a eso que hemos dado en llamar «los grandes referentes»? 

¿Hasta qué punto esas profundas emociones que hemos vivido, y que agradecemos tanto, promueven la búsqueda de nuevos hallazgos que innumerables artistas intentan acercarnos con sus discos, o sus presentaciones, hasta que el simple devenir agrega un estante o una carpeta al archivo de las canciones que ya nunca, o casi nunca más sonarán en una radio, en un hogar, en una guitarreada, en un celular, por imperio del «una que sepamos todos» o «la canción del año»?

Cada presentación de un nuevo disco es una invitación a esa pregunta ampliada por cómo escuchamos, o cuán dispuestos estamos a recibir nuevas músicas y -este es el desafío- sostener la atención cuando se apagaron las luces y los aplausos, y cada quien volvió a la rutina de sus días. 

¿Cómo podrá hoy un artista quedarse a vivir en los días de aquellos corazones abiertos a la escucha de las infinitas posibilidades que ofrece un aparato de bolsillo, mientras, al mismo tiempo, «los grandes referentes» o los éxitos de estación siguen haciendo sombra?

Se dirá que los mejores, tarde o temprano, combatirán esas sombras con luces propias suficientes para meterse en las vidas de muchos que andan por ahí, como mariposas. Sobran ejemplos para reafirmar y para refutar cada hipótesis posible. Sobran muestras de fama incomprensible, de talentos ignorados, de apellidos eternos, de ídolos caídos, de estribillos con fecha de vencimiento, de búsquedas luminosas que luego de décadas congregan a miles de personas en un estadio o a veinte espectadores, más o menos amigos, en un bar.

Un sentimiento va ganando fuerza con los años, casi como respuesta única a preguntas interminables: la felicidad de escuchar por primera vez, y de tomarse el tiempo para volver a escuchar sin andariveles propios o incorporados. Sin referencias, para desoír de una vez por todas ese hábito impuesto de ordenar por géneros antes que por abecedario, o por gustos, o por nada. 

Como cualquier otra felicidad que nos llega, este es un disco para escuchar sin referencias, sin direcciones. Se llama, justamente, «Mariposario» y es de Josefina Casco, artista de Buenos Aires que compartirá su música entre nosotros por estos días. 

Josefina Casco – «Mariposario»

 

 

¿Qué dice Josefina sobre sus años?

Alrededor del año 2002 inicié un vinculo profundo con la música, de búsqueda, exploración y estudio. Inmediatamente me sentí conmovida por la música folclórica, el canto con caja, las tonadas venezolanas, la música de raíz negra de Colombia, Brasil, Perú, las cantoras bolivianas… Todas ellas tienen un sonido que trae la fuerza de la tierra que pisa el cantor, cuya belleza no reside sólo en un modelo estético, si no más bien en las fibras que estas voces tocan en el oyente, en la vitalidad y la grandeza que despiertan en quien escucha. Así me inicié, cantando con estas voces en soledad, tomándolas como parte de mi sonido, me nutrí, me reconocí y aun me reconozco en ellas.
Paralelamente, me vi influenciada por infinitas músicas del mundo ligadas a sonoridad de Oriente, en sus escalas, en su carácter, su timbre y sus métricas, y también por algunas rarezas indefinibles como Bjork, Meredith Monk, Maria Joao, Bobby McFerrin, Caetano Veloso, a quienes admiro profundamente por el riesgo artístico tomado.

Buenas noticias para los amantes de las referencias. Josefina misma se encargó de enumerarlas en su espacio, junto a su origen, sus estudios y las formaciones de los músicos que la acompañan. Problema resuelto para quienes necesiten saber si hace folklore, jazz, rock, cumbia, tango o lo que fuera. Para quienes eligen un tipo de música según sus momentos del día o de su ánimo, Josefina puso «Libertad» a la cabeza de la lista de temas que integran «Mariposario». Y lo que suena es un vuelo de su voz, y un piano para cerrar los ojos y ver volar miles de voces. Y un primer verso: «Vine al mundo para cantar, escuchando las voces del viento». Y asomando, unas percusiones. Luego: «Este es mi regalo, esta es mi ofrenda, es lo que tengo para dar». 

Ahí espera la felicidad de la melodía, del sonido y el sentido de todo. Esas palabras exactas, esos coros que siguen el paso a paso para quitar los velos, para dejarse escuchar. Es decir que Bjork, Meredith Monk, Maria Joao, Bobby McFerrin, Caetano Veloso y vaya a saber cuántas maravillas más, alumbraron esta canción y vaya a saber cuántas más. ¿Alguien necesita saberlo? 

Sólo recorrer los tres primeros nombres: «Libertad» – «Canto Raíz» – «Infinitas Formas». Y su voz entre el piano de Hernán Zelaya y las percusiones de Leandro Alem. Y luego un clarinete en «Reina Negra» y «Agua sin final», con cuencos de cuarzo. Un roncoco en «Cantos Alegres», con todos esos golpes, con esa poesía, otra vez, «para escuchar mejor» y «Alegres cantos de viejas madres de tiempos ñaupa». ¿Cuántas veces vamos a dejar sonar estas canciones frágiles y bellísimas?

Josefina Casco – «Infinitas formas»

 

Hay que descubrir el timbre de la voz de Josefina, su fraseo, su gestualidad en vivo, las energías que suelte su canto y lo que suceda en cada corazón cuando se crucen las voces en los coros de «Río abajo» o «Umbral» después de que fluyan las estrofas por los instrumentos. 

Josefina Casco – «Umbral»

 

Este viernes ofrecerá la primera oportunidad de ver y escuchar a Josefina, junto a Leandro, Hernán, y Gisela Lascano. Hay un llamado de su viaje a los corazones que por aquí anden, dispuestos a descubrir-se en sus creaciones.  

Agendá: 

Josefina Casco Grupo en Córdoba.

Viernes 15 de septiembre – 22 horas – Los Siete Locos – Achával Rodríguez 371.

Domingo 17 de septiembre – 22 horas – Gondwana Bar – Paraguay 396.

Sábado 23 de septiembre – 22 horas – Cielito Lindo (Los Hornillos – Traslasierra).