Literatura

Romina Flores San Martino. «Luz… Luz-andro… Lisandro»

20-07-2016 / Lecturas
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Seguimos compartiendo textos de autores cordobeses. Esta vez, un cuento de quien, desde su blog «Cielo», regala miradas sensibles del mundo.


Romina Flores San Martino. «Luz… Luz-andro… Lisandro»

Invitación de Romina

Cuando me habita la palabra, los recuerdos que me regalan las personas mágicas se eternizan. Lisandro me llenó de Luz… De tanta Luz que la quiero compartir. ¡Felíz día a los que están en las estrellas!

Luz… Luz-andro… Lisandro

Me gusta buscar el significado de los nombres… Mágicamente, siempre concuerdan con sus dueños. Lisandro significa “hombre libre”, “el libertador”.  Después de conocer a uno especial, creo que además, el nombre proviene de la palabra Luz.

Lo conocí un 14 de febrero, en un bar. Yo estaba celebrando el día de los enamorados con mis amigas y él esperando que toque la banda de los suyos. De esa noche recuerdo dos cosas con claridad: los pétalos rojos artificiales que inundaban el lugar y me distraían, y el momento en que lo vi aparecer. Tenía una energía que se expandía hasta cada rincón, una sonrisa demasiado grande para ser real y dos alas, casi tan largas como la remera que llevaba  puesta. No entendí nada. Me hipnotizó.

Unos días después, me entero por mis amigas que lo conocían, que había muerto en un accidente sin sentido. Como un chiste, una ironía de la vida… O de la muerte, como una maldad del destino, como esas cosas que no estamos preparados para entender.

Pasaron algunos años y me habló uno de sus amigos, desde lejos. Por casualidad… o causalidad. Así fue como reencontré a Lisandro, que se acercó para que le mande un mensaje, una sonrisa y un abrazo a él y a su mamá.  Al tiempo apareció para que le desee feliz cumpleaños a su hermana. No es como los demás, me inunda de presencia y se va. Sin pedirme con palabras, sin sufrimientos, viene y se va. Siempre fugaz, siempre alegre, calándome hasta los huesos con paz, una paz hiperquinética, una felicidad dulce.

Hoy no me puedo dormir acordándome de él. Mientras tengo presente el sonido de su risa me levanto a escribirle. Porque nunca tuve tiempo de hablarle. Quise escribirle para decirle Gracias por lo que me enseñó y para pedirle que en la próxima vida nos reencontremos. A lo mejor un 14 de febrero. Con más tiempo para compartir. Seríamos grandes amigos.

Lisandro es una brisa fresca, intermitente, fugaz y veloz como su paso en la Tierra, es la sonrisa que quisiera tener, la alegría que me gustaría contagiar. Es libertad, como el  significado de su nombre. Y sobre todo… Es Luz.

En la Tierra también hay ángeles y tuve la bendición de conocerfugazmente,  a uno.

 

Te invitamos a visitar Cielo, el espacio de Romina Flores San Martino.