Opinión

¿Por qué una foto?

19-08-2014 / Lecturas
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¿Qué es la fotografía? ¿Qué pasa con los avances tecnológicos?


¿Por qué una foto?

Por | dnicodemus@redaccion351.com

Debo aclararle que ante todo, encaro estas palabras con unos mates y animándome a unas masitas con dulce de zapallo y esquivando unos higos en almíbar. Lo que voy a escribir sobre fotografía no es más que lo que se me venga a la cabeza en este momento así que ¡nada me avala!

Intentaría imaginar por qué sacamos fotografías tratando de meterme en la piel del que lo hace de acuerdo al uso o gusto por las imágenes.

Me imagino que un fotógrafo reportero, un tipo que se larga a tomar imágenes en un conflicto bélico, lleva dentro una afinidad con el riesgo, con la situaciones extremas que le brinda una cierta adrenalina que va más allá de si está sacando fotografías o no. Debe ser como una especie de tratar de mostrar, de descubrir, de dejar en evidencia algo que el resto o la mayoría, no sabe, no ha visto, no conoce. Quizás sea lo mismo que sintió Cabezas al fotografiar a Yabrán, el dejarlo en evidencia, mostrárlo, descubrirlo. Esa búsqueda por conseguir la fotografía, la mejor, la que mejor refleje lo que se quiere mostrar.

Pero me interesa tratar de pensar más en por qué tomamos fotografías la mayoría de los que no somos profesionales.  Hubo un momento en la historia en que la fotografía dejó de ser algo de elite o de exclusividad para algunos y se masificó en la producción de imágenes. Fue algo que vino de la mano de la automatización y de la aparición de la cámara Kodak. Esto permitía que el común de la gente tomara fotografías olvidándose de todo el trabajo que significa revelar las imágenes ya que de eso se ocuparían los laboratorios.

Hoy, la automatización de la fotografía digital llevó aún mas allá esa masificación.  Podemos tomar fotografías con una cámara web, con un celular, con una cámara digital, olvidándonos de su paso al papel, de su revelado por así decirlo; la imagen es algo virtual que podrá durar el tiempo que dure el amor entre ella y el dueño del equipo que la tomó. Con la misma velocidad y decisión con que se obtuvo, desaparecerá porque la falta de espacio en la memoria lo requiere, quizás para llenar ese espacio con una nueva imagen.

Personalmente suelo sacar fotografías cuando viajo y a veces saco menos de lo que debería. Las que saco son una especie de diario digital o porque representan algo que al mirarlo en un futuro me trasladará a ese espacio.  He aprendido a no sacar fotografías en situaciones dónde necesito tener una llegada mas pura con lo que esta sucediendo, sin nada que me separe, sin una barrera entre medio, en este caso la cámara.

¿Sacamos fotografías porque valen la pena?

No deberíamos penar para fotografiar, en todo caso deberíamos empezar a llamar las cosas con otras palabras. Sacamos fotografías porque nos gusta atrapar momentos, porque necesitamos contar con imágenes cosas que estamos viviendo. La usamos como lenguaje.

Tal vez nos sea más difícil abrazar a los amigos, decirles en la intimidad, fuera de la virtualidad que los queremos y que estamos felices de compartir con ellos el momento que está pasando. Pero si lo decimos con una foto en Facebook ,  automáticamente se la transmitimos al mundo o al que sea y sellamos ese momento efímero en la virtualidad, en una plataforma también un tanto efímera.

Facebook se ha ocupado de eso (me asusta pensar si esto hubiese existido en los 70) de funcionar como una especie de  plataforma de desnudez, dónde publicamos nuestra vida diaria, nuestro pasado y hasta nuestras ganas de futuro y ahí va la fotografía metida. Mostramos al mundo en dónde estamos, dónde caminamos, mostrándonos autorretratados, siempre sonrientes o no, pero al fin de cuentas controlando la situación, quizás buscando una aprobación después de aprobarnos a nosotros  mismos.

Por eso me gustan las fotografías instantáneas, las no preparadas, las que nos muestran como somos, despeinados, enojados, fuera de pose, descuidados y con las defensas bajas.