Literatura

Claudia Tejeda. «Tasación»

3-08-2016 / Lecturas
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En nuestro espacio de celebración de la palabra, una poesía bellísima de la autora de «El rayo imperfecto» y «Un ojo con patio», entre varias obras.


Claudia Tejeda. «Tasación»

Ilustración: Quint Buchholz.

Reseña

Claudia de Lourdes Tejeda nació en Alta Gracia, Córdoba, Argentina. Poeta, narradora formada en talleres literarios. Ha obtenido reconocimiento en varios concursos de poesía y cuento. Sus obras han sido publicadas en varias antologías. Participa de mesas de lectura y encuentros nacionales e internacionales.  Está a cargo de AMA América Madre filial Alta Gracia. Desde el año 2011 organiza las acciones de adhesión al Festival Internacional Palabra en el Mundo en su ciudad. Coordina la Noche literaria en “El café de las malas compañías”.

Libros editados: “De hiedras y grietas” (poemas y relatos); “Como racimo de abejas” (narrativa breve); “Andamios de pan” (poesía); “El rayo imperfecto” (poesía); “Anisacaterías” junto a Carlos Medina -(poemas ilustrados); “Un ojo con patio” (poesía).

Invitación

Cuando muere el padre, las conversaciones adquieren otros sustantivos legales, los metros cuadrados de patio tienen valor catastral, los abogados entran en juego. La memoria de los rincones se vuelve un papel en los expedientes para la declaratoria de herederos.

Nunca antes me había tocado en carne propia la palabra Tasación. Y como me parecía insoportable, la hice poesía. Con este grito gané un concurso. La ilustración es de Quint Buchholz.

 

Tasación

Vendo casa

con vista a la infancia

cocina poblada de gorjeos

cuando  mi madre cantando

exorcizaba a la rabia

Con ventanas amables

al infinito

y alas por bisagras

 

Una tajada de sol

sobre el mosaico de la galería

y la sombra detenida

de mi padre

 

Vendo rincones irrecuperables

un escondite de muñecas

y una escalera imposible

para reponer estrellas malogradas

con oficio de farolera

 

Vendo el umbral

de luz intermitente entre beso y beso

el zaguán que fue campanario

el vértigo del balcón insomne

tribuna de ver la luna

El naranjo injertado hacia el fondo

que dio por fruto

una niña de ombligo

que se niega a entregar la llave

y el sudor de sus difuntos

frente al notario que regatea

recuerdos que no tienen precio.