Texto y fotos: Florencia Reartes | freartes@redaccion351.com.ar
En el ingreso a la sala, una mesa con catálogos invita a los presentes a adquirir un ejemplar para saber más acerca del artista y su obra. El primer texto es de Ana Luisa Bondone, directora de la Escuela Superior de Bellas Artes Dr. José Figueroa Alcorta. Después, fotos del artista, sus obras y su – extenso- currículum vitae. Hacia el final, una sección titulada “Taller abierto: la cara oculta”, más fotos y un texto del artista Aníbal Buede.
La sala es amplia y la distribución de las obras, más la iluminación, permite apreciar los personajes que van apareciendo. Si uno inicia el recorrido hacia la izquierda, se encuentra, en primer lugar, con una de las obras que recibió Mención Honorífica en 2010 y Premio de Pintura Banco de Córdoba del Museo Superior de Bellas Artes Evita Palacio Ferreyra.
También, hay al inicio un fragmento del texto escrito por Ana Luisa Bondone que da cuenta del arte de Pereyra: “Juega con las posibilidades de la técnica elegida. Rompe el cuerpo único del bastidor tradicional, lo fracciona en piezas que combinan planos limpios de color puro (amarillo) con módulos de paleta cromática (rojo, azul, verde), donde se percibe el gesto, el trazo de la mano del pintor en brochazos contundentes o en sutiles veladuras”.
Y el recorrido sigue a través de un colorido paseo de rostros que dan forma – y nombre- a esta muestra de Enrique Pereyra. Identidades diferentes en cada obra.
Silvia Olave, ex alumna del artista y docente de la Figueroa Alcorta, expresó: “Su obra tiene algo de expresionismo abstracto y algo de figuración”, para ponerle palabras técnicas y, luego, explicó que “cuando dibuja uno puede darse cuenta que es una cara”.
“Me gusta que la obra tenga siempre cosas por descubrir”, declara el artista en su catálogo y Aníbal Buede, desde su texto, agrega: “Su obra es generosa porque no te enseña nada, te deja en un terreno descampado y… arreglátelas como puedas, macho. Te pregunta quién sos… un detalle adorable”.
Siempre rodeado de colegas, amigos y alumnos, el Negro Pereyra, como lo llaman los mas cercanos, disfruta de la muestra, se saca fotos con los presentes y conversa con unos y otros. Esa es su vida, será que ahí se define una de sus identidades: la de artista.
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