Alegría Ahora

93. «Tengo hambre, Seño»

18-07-2024 / Alegría Ahora, Política y Sociedad
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¿Cómo enseñar qué alimentos necesitamos para estar fuertes sino podemos ingerirlos? Sería una burla.


93. «Tengo hambre, Seño»

En nuestro espacio semanal de historias vinculadas a la Escuela de Amor Político Alegría Ahora, un testimonio de hace cuatro años. Parece escrito en estos días. Ya no hay pandemia para intentar justificaciones.

93. «Tengo hambre, Seño»

Mónica Lungo, miércoles 8 de abril de 2020.

El ciclo de música que nos conecta como Humanidad.

“Tengo hambre, Seño”.

Lo escribo, escucho las voces que me lo dicen, los ojos que nos miran pidiendo calmar esa necesidad básica, elemental que nadie debería atravesar…

Y me lleno de vergüenza: somos una sociedad que naturalizó el hambre. Qué espanto.

El año pasado tuvimos estudiantes que se descomponían por la falta de comida. Y todo explotó cuando sostuve en mis brazos un bebé que temblaba de hambre…

La alimentación siempre fue reforzada en la escuela, pero nos dimos cuenta que teníamos que ponerla en el centro.

Todos los proyectos pedagógicos y talleres tuvieron y tienen como eje la alimentación. Comenzamos a enseñarles a cocinar, a escribir las recetas, a experimentar sabores, a proyectar nuestra huerta, a soñar con escribir un libro de comiditas.

Y comenzamos concretamente a alimentarnos.

¿Cómo enseñar qué alimentos necesitamos para estar fuertes sino podemos ingerirlos? Sería una burla.

Gracias a muches, en 2019 nuestra cocina estuvo siempre activa. Ya somos varias personas que cocinamos y cada vez más les estudiantes lo hacen. Para algunas personas fue la primera vez que prendieron una cocina… Hasta eso enseñamos: a usar una hornalla…

Gracias al abrazo que no se cortó en verano, pudimos sostener durante todos los viernes de diciembre, enero y febrero, guardias para entregar alimentos.

Llegó finalmente marzo y la alegría del reencuentro, que se cortó rápidamente por la pandemia. Antes del aislamiento nos dimos cuenta de que teníamos que enfocar en una campaña de aporte económico, porque se iba a poner más feo de lo que ya estaba…

Llegó el aislamiento. La sacudida. La desesperación del encierro. Extrañar lo importante. Repensar qué clase de sociedad queremos.

El vacío existencial exponenciado.

Y llegó también la chispa de la Humanidad más hermosa, la Humanidad que pulsa generosidad: la música de Guadalupe Gómez y Julio Gutierrez en el techo de su casa, debajo del cielo. Nuestra compañera, nuestra maestra de canto, ofreciendo su magia. Fue conmovedor . Nos recordó la tozuda esperanza que pulsa la escuela.

De esa chispa preciosa nació «El ciclo de conciertos para la escuela Alegría Ahora.»

Desde el 24 de marzo -sí, en homenaje a la Memoria- todas las noches hay música maravillosa que convoca a unirnos e invita a realizar un aporte económico que nos permita seguir alimentando a cada estudiante y sus familias.

En este momento podemos reforzar con buenos alimentos (no comida, no sólo fideos y arroz: Alimentos) a los 43 estudiantes y sus familias, que multiplicando sus miembros llegamos a 400 personas, de las cuales 300 son niñes y bebés.

Tenemos asegurados dos meses. Gracias a ustedes que hicieron los aportes económicos.

Y gracias a cada artista que se sumó y conectó Humanidad.

Cada noche es una ceremonia. Nos mandamos mensajes al grupo del equipo de la Escuela, recordando que ahí nos vemos, en la chispa que hacen especialmente para nosotres.

Casi ningún estudiante puede verlo. Pero saben que a las 9 de la noche, hay música que está sonando para la escuela.

«Tengo hambre».

Ojalá nos decidamos a borrar de nuestra sociedad estas palabras.

Sí, en el mayor abismo es cuando hay que tener Fe en la Humanidad.