Por Adrián Baigorria.
Foto: Julio Audisio.
Fue la edición más extendida del Festival Internacional de Jazz de Córdoba. En primer lugar, es invaluable el sostén de un evento de tal jerarquía en una ciudad que no sea Buenos Aires. Caso único en el país. En segundo lugar, nuevamente, con la totalidad de los shows gratuitos, incluyendo varios en Río Cuarto, Villa María y San Francisco. Más que loable.
Con las mieles de la política económica del Peluca es imposible ver jazz internacional en el interior. Entonces, resulta más que valioso haber disfrutado de cuatro shows de jerarquía sin oblar un morlaco. El notable quinteto del contrabajista polaco Wojtek Mazolewski, los exquisitos piano tríos españoles de Lucía Rey y de Abe Rábade y el cuarteto del tremendo baterista italiano Roberto Gatto engalanaron las noches del Teatro Real y engolosinaron los oídos ávidos de escuchar ese jazz internacional que es ‘another level’…
La acústica de la capilla del Buen Pastor fue finalmente domada para la buena escucha del jazz y ahí, dotada de sonido y de los pianos del querido Miguel Puch, disfrutamos de varios sets impecables, con destaque para el gran Eduardo Elia, el descomunal Germán Nager, Mariano Vélez y el debut festivalero del ajustado trío de Rolo Rossi. Hermoso ámbito el de la capilla. Propicio para la escucha íntima.
En la explanada del Paseo de il Buono Pastore pudimos disfrutar de las big bands de las escuelas musicales de la ciudad y de varios notables compositores que empiezan a mostrar música propia de calidad. Destaco al pianista Nacho Pereyra y su hermoso piano trío, al guitarrista Martín Moretto y su jazz moderno con aires de todo lo absorbido viviendo varias décadas en New York (la meca del jazz), y al prometedor contrabajista Agustín Palacios.
También se pudo disfrutar del gran pianista Andrés Coppa, de la heterodoxia de la Desatanudos, del ya clásico Blue Velvet Quartet y de otras formaciones nuevas, como los promisorios Fruta Negra (liderado por el trompetista Manu Farías) y de Vlado, una sólida formación nueva con mucho swing y músicos de vasta trayectoria.
Párrafo aparte para el bello Coro Gospel Kumbaya y las Soul Bitches que cerraron la última noche del espacio al aire libre con su contundente y moderno mix de soul, neosoul y r&b ante un público numeroso y eufórico. Gran acierto.
Otros destaques fueron la hermosa apertura con el guitarrista Obi Homer al frente de su trío y estupendamente acompañado por una big band, con base en la Banda Sinfónica, y, en la noche de cierre precediendo a los tanos, nos solazamos con el exquisito guitarrista Horacio Burgos junto a la delicada voz de Dani Dalmasso.
En los ásperos tiempos que corren, cabe felicitar y agradecer a la producción y organización del Festival y a la Agencia Córdoba Cultura por sostener tan jerarquizado proyecto, ya que enriquece la vida cultural de la ciudad y de las almas sensibles a la black music. Y nutre a algunas orejas desprevenidas que pasan, escuchan y se dan cuenta de que pueden empezar a navegar en las aguas del jazz y de la música negra afrodescendiente.
¡Hasta la próxima!
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Compartimos nuestro segundo programa emitido el martes 26 de junio desde Radio UTN, con entrevistas a Adrián Baigorria, a Jenny y Germán Náger, más comentarios sobre distintas presentaciones.
