2020
Veinte veinte, el misterio y la rebelión de la normalidad. Se abrieron las puertas de un mundo incierto; me fui a Barcelona unos días antes del estallido de la pandemia. Vivimos apretados, escribí todo sobre mi vida, cantamos, jugamos a las cartas, gritamos por el balcón y producimos dos canciones con lo que había, junto a Fermín Ríos: “Bailo solo” y “Sembrar”.
Durante el encierro publique «Parpadeo», mi primer material, un puñado de canciones compañeras.
En este contexto, les artistas nos fuimos adaptando a las posibilidades; a la incertidumbre no había como apalearla más que con canciones nuevas. Luego «Serendipia». Mi profesión se volvió callejera; me pasé el año tocando en distintos lugares de España. Conociendo gente, formé un dúo con Fred Loubeau, un saxofonista francés, con el que tuvimos la dicha de poder presentarnos en muchos lugares y ser hermosamente recibidos: guitarra, saxo y voces. De esa manera entrelazamos música de los dos continentes.
Después formamos un dúo junto a Iñaki Ramos, donde afilamos un repertorio propio y pudimos presentarnos hasta que volvió el toque de queda. Sin embargo, trabajamos hasta fin de año en la orquestación de las nuevas y viejas canciones de mi repertorio. Grabamos una canción consolidando así un trío con Seba Verde, un verdadero compañero de caminos que estuvo en la etapa final del amado proyecto De a pie, que a su vez grabó en «Parpadeo» y ahora nos encontramos en otro continente con este nuevo proyecto que dará sus frutos en 2021. Un camino que vertiginosamente recién empieza.
En paralelo, desde el espacio la caracola (espacio inmigrante) formamos “Arte Sin Fronteras”, un grupo de danza y música con compañeres increíbles. Es una grupalidad de investigación usando el arte como lenguaje de trasformación y lucha colectiva a esta poscolonialidad. Actualmente, continuamos trabajando en una obra que retrata la ilegalidad de las personas y las fronteras como eje estructural del control social.
Sigue quedando pendiente la publicación de algunas canciones que estuve produciendo antes de venirme, pues, sigo trabajando con eso que mueve la conciencia, los pies y las fibras más personales.
2019
El 2019 fue una transición hermosa. Comencé a componer las canciones nuevas a fines de septiembre y concretamos la grabación los primeros días de diciembre, todo un desafío frente a la autogestión y el tiempo.
En los meses venideros publicaré mi primer material como solista, con canciones que serán una ventana a los paisajes más internos. Muchas palabras, por cada una un acorde y en su compases el movimiento del cuerpo. Lejos de encerrarse en conceptos canónicos de los géneros de la música, las canciones viajan por distintos ritmos.
Estas canciones junto a muchas más que quedaron fuera por falta de presupuesto. Nacieron como arte sanador, en un momento donde, o me dedicaba a esto o empezaba a hacer otra cosa de mi vida. Así tiré la moneda del azar y vinieron para quedarse. Y como por arte de magia aparecieron las amistades que se sumaron a este sueño que ya no me pertenece.
Seis cuerdas mudas,
Echando luz al vacío,
Se anudan y se desnudan,
Quemando todo lo mío.
Infinitas palabras,
Van tomando mi espalda,
Se inmolan frente al sentido,
Y van creando los mundos.
Donde habitare en la tempestad de lo que elegí.
…Decirle que se vienen muchas cosas nuevas para estos tiempos…
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