2021
La transición puede ser como una relámpago de emociones en el discurrir del tiempo, pareciera que de un lado hacia el otro, de un ciclo hacia otro como cuando la fruta se convirtió en tierra y vuelve a nutrir la raíz del árbol que la floreció.
No es más que un eterno mensaje de los círculos que nos rodean: quizá podamos contemplar el caminar hacia esa transición como una espiral que puede subir o bajar, reconociendo las huellas que fuimos dejando para contemplarlas con otra sabiduría: no con la nostalgia de lo acabado, sino con el reconocimiento de lo necesario.
El tiempo huye pero… ¿Para qué correr? El tiempo no necesita de nuestras urgencias… Sigue perteneciendo al ámbito de la ilusión.
Habitamos el espacio de nuestras urgencias como si el factor tiempo nos cercara: no hay peor cárcel que los límites temporales… Abrirse al aquí y al ahora como un espejismo constante para reconocernos, ni acabados ni eternos: somos la constante fluctuación de las emociones que nos habitan, el tiempo de la vida quizá sólo sea transitarlas sin relojes…
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