• Memi Vietto

Memi Vietto

Foto: Vanina Bravo.

2016

Hace poco más de diez años que me voy metiendo, sin darme cuenta pero cada vez más de lleno, en este mundo musical, un mundo en el cual he descubierto que viví siempre pero no tenía el coraje para animarme a ser parte de ello, de ese espacio mágico en donde convergen las emociones y que creía que era para unos cuántos elegidos.

Además de la posibilidad de concretar proyectos personales y compartir increíbles noches junto a grandes amigos y músicos de todo el país, de las cuales tuve la suerte de ser parte, debo rescatar de este año el haber aprendido que estos elegidos en realidad son, ni más ni menos, los que se convencieron de que tienen mucho para decir, e hicieron algo al respecto.

Mi mayor deseo de aquí en adelante, es que el miedo no nos paralice y podamos concretar todo lo que nos propongamos, porque todo lo que se haga con dedicación y entrega siempre va a estar bien hecho.

“Los artistas son de las personas más dinámicas y llenas de valor sobre la faz de la Tierra.

Tienen que lidiar con más rechazos en un año que lo que la mayoría de las personas en toda su vida. Cada día se enfrentan al reto financiero de vivir con trabajos temporales, con la falta de respeto de la gente que cree que deben obtener trabajos “reales”, y su propio miedo a no volver a trabajar nunca más…

Cada día tienen que ignorar la posibilidad de que esa visión a la que han dedicado toda su vida es un sueño muy lejano. Con cada año que pasa, muchos de ellos miran mientras las demás personas de su edad obtienen los valores de una vida normal -el coche, la familia, la casa, el nido…-

Pero ellos se mantienen aferrados a su sueño sin importar los sacrificios. ¿Por qué? Porque los artistas están dispuestos a dar su vida entera a un momento -a aquella línea, risa, gesto, o a aquella interpretación que le robe el alma al público. Los artistas son seres que han probado el néctar de la vida en ese momento detenido en el tiempo, cuando entregaron su espíritu creativo y tocaron el corazón de alguien más.

En ese instante, estuvieron más cerca de la magia, del cielo y la perfección de lo que nadie jamás puede estar. Y en sus corazones saben que el dedicarse a ese momento vale mil vidas más.”

“La vida del artista”, David Ackert.

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