• Máximo Endrek
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Máximo Endrek

2018

Cuando recibo la invitación a participar de este Anuario me gusta escribir acerca de lo que esté reflexionando en ese momento. Esta vez se me ocurrió escribir (o cronicar) lo que es un día, en lugar de un racconto de lo que fue mi año. Y qué mejor oportunidad de hacerlo el 25 de enero de 2019, donde el eje principal será la segunda sesión de grabación de un material que seguramente se convertirá en un disco a trío junto a Constanza Pellicci e Ignacio Roulet. Lo estamos grabando en el estudio INB del querido Matías Romero. 

Despierto, son las 9:00. Mi compañera, Andrea, ya se ha levantado. Escucho que está poniendo una pava para tomar los primeros mates matutinos. Mientras tanto reviso en mi celular los mensajes. Ya hay mensaje de Igna en el grupo que armamos para las actividades de este trío. Nos comparte un link muy interesante (que aquí les comparto) junto a un divertido comentario. Coti hace una referencia al artículo compartido. De paso, ya vamos coordinando donde encontrarnos para estar a las 15 en el estudio de grabación INB que está en Mendiolaza. Coti está en la casa de sus padres -me dice-, bastante cerca de la casa de Igna. Comparto unos deliciosos mates con la colorida compañía de Andrea. Me levanto. Me visto (o casi), la mañana promete un día caluroso. Recojo unas herramientas que dejé en el consultorio de Andrea, había estado poniendo ayer un vidrio que había hecho cortar especialmente en una ventana bandolera para colocar un acondicionador de aire y habían quedado ahí. Limpio todo, no sin antes repasar con sellador siliconado las juntas. Preparo unos mates nuevos para llevar a mi estudio. Es necesario para mí practicar, mover los dedos e investigar algunas ideas para la sesión de grabación. Saco el arco de su funda, las cerdas están ya pidiendo un cambio. Encima el calor y la humedad colaboran para peor.

Hola pá… -me dice Federica, mi hija. Buen día, hijita -respondo y agrego un beso. La resina también cumplió su ciclo. A las cuerdas les quedan poco tiempo y están carísimas. ¿Puedo comer sandía? -me pregunta Fede. Sí, pero antes comé algo más sólido: un pan con manteca o un huevo.

Me siento en mi banqueta (con la que hago bromas acerca de que va a terminar como la silla de Glenn Gould porque la tengo hace muchísimo tiempo). Escucho decir por radio que la temperatura es de 37º, son las 10. Coti, por otro lado nos dice que prefiere grabar en la sala del estudio de grabación, que no tiene aire acondicionado debido a que la sesión anterior lo hizo allí y su garganta le pasó factura, y de seguro hoy el aire acondicionado será indispensable, propuesta que tanto a Igna como a mí nos parece bien.

Paso el arco por las cuerdas para ir calentando. Me llama la atención lo “tapado” que está el sonido del contrabajo. Debe ser la humedad, espero que vaya mejorando. Paso el arco en distintos ángulos, “dibujo” al pasarlo en distintas figuras geométricas que generen diferentes sonoridades y ritmos. Sí, efectivamente está tapado el contrabajo. Por radio alertan por tormentas al sur de Córdoba. Estoy probando algunas ideas que quiero trabajar un poco más, no sé si saldrá algo de eso hoy. Casi las 11, sensación térmica 39º, porcentaje de humedad no alcanzo a escuchar pero debe ser alto. Terminamos de coordinar: pasaré por lo de Igna a las 14, a las 14:15 por Coti y partimos al estudio. Recibo un  mensaje de Sebastián, mi amigo del alma, contándome que está en Austria y que allí hace -1º en ese momento. Le cuento lo extremadamente caluroso que está por acá.

12:30. Ya tendría que ir guardando los instrumentos, el banquito, etc. Creo que antes de almorzar me voy a dar un  chapuzón en la Pelopincho. Mientras voy guardando noto que el arco está completamente húmedo por el ambiente. Me meto en la Pelopincho, el agua no está como me gustaría, pero ayuda a apaciguar el calor. Me seco. Suena Mark Ribot y Los Cubanos Postizos en el equipo de audio del living (recuerdo que los vi en vivo), creo que Andrea puso esa música motivadora para ordenar la biblioteca.

Cargo los instrumentos en el auto antes de almorzar. Nos sentamos a la mesa los tres, el menú: milanesa con ensalada, al carancheo. Realmente hace muchísimo calor. Veo a mis gatos Pinot y Merlot que apenas resisten la temperatura, parece que se estuvieran derritiendo. Entre bromas y otros comentarios Fede nos muestra que sabe escribir su nombre en coreano (se ha vuelto fanática del K-Pop y le atrae todo lo referido a ese país). A las 13:26 el almuerzo ha finalizado. Veo la hora otra vez. Querría salir ahora pero es temprano todavía. Estoy un poco ansioso. Es un calor del fin del mundo -dice Andrea.

13:32. Podría ir saliendo, aunque sigue siendo temprano. Levanto las cosas de la mesa. Pinot sigue derretido como los relojes blandos de Dalí.

13:40. Ahora sí es buena hora para salir. No se mueran -les digo-, les doy un beso a cada una y me voy. Ahora suena Two Foots Yards. Ya en el auto pienso que una vez que haya pasado por Igna y Coti podríamos ir al estudio por la calle Donato Álvarez. Pienso en el tiempo y que si uno decidiera escribir momento a momento su vida podríamos sacar la conclusión de que cada día es una extensa improvisación, luego pienso en el tiempo que emplea Pablo Arietti y la gente de Redacción 351 para cronicar los eventos de los artistas cordobeses, incluso el tiempo que utilizan para hacer este Anuario. Entonces, por qué yo no podría dedicarles éste presente a ellos. Ahora pienso en la primera sesión de grabación y la necesidad que me surgía de seguir buscando más posibilidades sonoras con el trío, porque en la muestra que nos llevamos luego de la primera sesión había escuchado en algunos tracks el germen de algo muy interesante. En realidad lo de hoy iba a ser la mezcla de aquello, pero como la necesidad (o las ganas) de seguir buscando no era sólo mía y ya que teníamos el estudio reservado, decidimos utilizar ese espacio para agregar material.

Llego a la casa de Igna. Toco la bocina. Se abre la puerta, sale Igna. La remera fucsia intenso que tiene puesta casi me encandila. Hace un comentario respecto al calor y las recientes noticias por el conflicto en Venezuela. Vamos a buscarla a Coti. Llegamos a la casa de los padres de Coti. Sale con el pelo mojado. Evidentemente estuvo en la pileta hasta hace pocos minutos. Es inevitable hacer referencia al calor. Vamos conversando acerca de la grabación anterior, del link que envió Igna a la mañana, entre otras cosas. Me indican otro camino para ir que es mejor al que yo había pensado. Tomamos un tramo de la Circunvalación para enganchar Monseñor Pablo Cabrera y seguir por la ruta E-53, que es mucho más rápida.

14:45. Llegamos al estudio. Le hago un llamadito a Mati para avisarle que ya estábamos afuera. Nos abre el portón. Al bajar del auto puedo sentir que la humedad allí es mayor aún, que hace al calor más pesado. Nos saludamos con un fuerte abrazo con Mati. Bajamos los instrumentos. La prolijidad de Mati siempre me sorprende. Dentro del estudio está todo listo. Si quisiéramos comenzar a grabar es ese preciso momento lo podríamos hacer. Entre bromas y risas hablamos sobre cómo podríamos llevar a cabo la grabación. Al parecer ninguno tiene una idea predeterminada, al menos en lo discursivo.

14:58. El contrabajo ya está en la sala asignada. Se escucha el saxo de Igna. Coti por su lado vocaliza tirada en el suelo, a la vez que hace movimientos corporales. Yo voy calentando un poco también. Al parecer el contrabajo se está “destapando”. Siento una especie de ansiedad o nerviosismo. Quizás sea por la época del año en la que estamos, las vacaciones y la expectativas que tengo. Comenzamos a probar el retorno por los auriculares de cada uno de nosotros para corregir los niveles de volumen. Finalmente logramos acomodarnos y escucharnos bien. Así, como por debajo de la tierra surge lo que luego sería la primera toma de la sesión. Nunca se sabe si lo que es una toma de prueba tal vez pueda terminar siendo un track para incluir en el trabajo final. Así, una a una, fueron surgiendo las diferentes tomas, con una fluidez especial y creo que es porque intuimos hacia dónde queremos ir. En qué iríamos o cómo nos dirigiríamos a allí o si efectivamente llegaremos, es quizás, y solo quizás, la pulpa de ésta sesión en particular.

16:15. Momento de descansar. Coti propone ir a comprar helado. Estamos todos de acuerdo, obviamente. De camino a la heladería nos fijamos que la velocidad de nuestros pasos es bajísima. Es posible que sea el calor, aunque yo creo que es porque aún estamos atravesados por lo sucedido en lo que va de la grabación. No hemos salido a la superficie todavía. La heladería está cerrada (lo sospechábamos, aunque no entiendo cómo alguien puede perder la oportunidad de vender helados en un día de tanto calor). Hay un kiosco abierto así que decidimos comprar unas galletas dulces y una bebida fresca. De vuelta en el estudio. Sigue fluyendo. Aparecen sonoridades hermosas. Estamos nuevamente sumergidos.

17:32. Paramos para escuchar un poco lo que grabamos. Me gusta mucho. Coti propone un último punto de partida para una toma más. Nos lanzamos entonces. Lo hacemos una vez más. Y otra vez más.

18:00. Fin de la sesión. Registramos 12 tomas. Guardamos los instrumentos en silencio.

18:13. Se corta la luz del estudio. Estamos realmente contentos, por lo registrado y por haber decido hacer una sesión más. Nos despedimos de Mati. El cielo ahora está gris pero sigue el calor. Camino de retorno. No abundan los comentarios. Estamos cansados. En la ruta E-53 el cielo se ve de un color gris catastrófico en la zona de de Córdoba. Hacia ahí nos dirigimos. El viento es cada vez más fuerte. Ingresamos a la zona oscura. Es de noche a pesar de que son las 18:25. Comienza a caer la lluvia. Cae cada vez más y más fuerte. Llegamos a la casa de Igna que se baja del auto a toda velocidad para no mojarse. Tomo el Boulevard Los Granaderos para llevarla a Coti a su casa. La calle a esta altura del partido parece un río. Los autos van lento. La lluvia no cesa. Llegamos finalmente a la casa de Coti que también baja del auto a toda velocidad. Las calles están cada vez mas inundadas. Pienso en parar y esperar a que baje el agua pero veo otros autos más bajos que el mío pasar sin problema así que continúo mi camino. Llego después de todo a mi casa. Entro el auto en el garaje por lo que pude evitar mojarme. En casa están Greta, hermana de Andrea, y Agostina, hija de Greta.

19:45. Paró la lluvia. Greta y Agos aprovechan para irse. Nos besamos con Andrea en la puerta de casa luego de despedirlas. Andrea pone a cocinar arroz yamaní, huevos duros y fideos para Fede. Estoy casi agotado pero aún así me tomaría una copa de vino. El cielo y la luz del día es ahora de un color anaranjado que hace que todo parezca una foto en sepia.

20:48. Está lista la cena. Fede me pregunta cómo me fue. Hermoso -le digo. Charlas, bromas y anécdotas de la tarde. K-Pop, por supuesto. Fede nos cuenta de algunas palabras que aprendió a decir en coreano. Terminamos de cenar. Levanto las cosas de la mesa. Andre y Fede se han ido a acostar. Me quedo fumando el último cigarrillo y tomando la última copa antes de acostarme también. Mientras tanto chusmeo Facebook. Veo que Pablo Arietti había posteó el Anuario de Eduardo Elía y me pregunto si veré mi diario para el Anuario publicado también.

22:30. Vino Martín, hijo de Verónica, otra hermana de Andrea, a cocinar porque en su casa se cortó la luz. Charlamos, entre otras cosas, de la grabación, las realidades del vivo y del estudio. Otra copa de vino. Hablamos de improvisación también.

23:34 Se va Martín. Finalmente, me voy a dormir.

Estamos improvisando en todo momento.

 ¡Gracias Redacción 351 una vez más! 

 Y gracias a la toda la hermosa comunidad artística por continuar la quijotesca tarea de trabajar con la belleza.

 

2017

¿Qué hacer con la idea?

Cuando nace una idea el cuerpo experimenta una sensación de felicidad particular, un alborotamiento sensorial brevísimo y colorido (como el ataque de un sonido) que nos indica que ella ha nacido. Luego, esa euforia sensorial puede ser más larga o más corta dependiendo de muchos factores.

Pero para ir acercándome al punto al que quiero ir, me pregunto: ¿qué hacer con esa idea? Sin duda lo mejor que podemos hacer es nutrirla, alimentarla y cuidarla para que pueda atravesar todo lo que tenga que atravesar hasta materializarla.

En este proceso de materialización se pone en acción un mecanismo muy interesante, lleno de palabras resonantes que me llamaron la atención porque pensándolas un poco, me pareció que todas giraban alrededor de «la idea», que todas trabajan en pos de la idea. Resistencia, rebeldía, subversión, revolución y sublevación. Ahí es a donde quiero ir realmente. Imaginar que todas esas palabras son actores con una función especifica en el proceso de materialización de la idea. Sería algo así: Cuando la idea nace, lo primero que va a ejercer es Resistencia ante las circunstancias  adversas. En su lugar de origen y ante todo lo que pueda apagarla, matarla, derrotarla, genera un reflejo de protección, un reflejo de defensa/ofensa que no permitirá que nada (ni nadie) la ponga en riesgo, eso es la Rebeldía. Luego, cuando al fin la idea comienza a moverse de su lugar es que comienza la Revolución. Arremeterá contra todo, intentará atravesar lo que se le cruce porque lleva consigo potencia que es su Subversión.

El quilombo ya está armado, está todo en marcha,  no se dará por vencida a menos que la dejemos ir antes de que vea la luz. De no ser así, seguirá resistiendo, se seguirá rebelando, seguirá siendo subversiva, luchará en esa revolución hasta lograr su único objetivo que es ser concretada y otras cosas nazcan nuevamente a la vez.

La fuerza o envión, o embrión que desarrolla desde su nacimiento, es la Sublevación.

Es inimaginable hasta dónde puede llegar la idea, cuál puede ser su dimensión. Así que lo mejor que podemos hacer es nutrirla y dejarla que haga lo suyo.

¡Cuiden sus ideas y dejen que se subleven!

¡Buen 2018 para todos y todas!

    

2015

Lo poético lo es todo.

Rechazaría toda invitación a las fiestas de las ideas si no participa en ellas lo poético.  Lo haría por el simple hecho de que no tendría sentido. Casi podría asegurar que de no estar lo poético ahí, no sería ni una buena fiesta, ni una buena idea. Aunque en el mismo momento de rechazar la invitación, envolvería mi cara un peso de duda que empujaría mis ojos hacia el suelo y me haría desistir de todo eso sólo para corroborar si, quizás en el lenguaje (que está en todas las fiestas y en todos lados) no se encuentra lo poético escondido. Porque es posible que aparezca o que uno lo encuentre por ahí, donde sea, y en ese caso, los colores, los sonidos, las imágenes, los aromas, el lenguaje, lo poético, la estética, la subjetividad, la memoria, los sujetos, la técnica, el tiempo se pongan a bailar (des)equilibradamente. Todo alrededor se sentiría acompañado por mí, yo me sentiría acompañado por todo, todos vibraríamos enredándonos y la fiesta de las ideas comenzaría a ponerse, de buena para arriba. Porque lo poético, es para mí el alma de esas fiestas. Lo poético lo es todo.

Quiero saludar especialmente a los artistas, a los trabajadores de la cultura y los cultores del trabajo para felicitarlos porque me enorgullece pertenecer a un ámbito tan rico y desearles un nuevo año lleno de ideas.

¡Salute!

 

2014

Les quiero contar un sueño. Estaba tocando. Era una sesión de improvisación  (tenía todo el aspecto de ser una de “Living / Leaving”), en donde había un saxofonista invitado, entre otros, pero este era un elemento importante en el sueño. Todo se desarrollaba con normalidad hasta que en un momento, este personaje comenzó a dirigir la improvisación, daba indicaciones al resto de los músicos de qué, cuándo y cómo tocar, lo cual me comenzó a disgustar. En un momento, no pude soportar más y detuve la sesión para explicarle que no era necesario que lo hiciera. Y continuamos con la improvisación.

Al rato, en medio de ese buceo entre sonidos, comienzo a percibir algo extraño, algo que me lograba sacar de esas profundidades y traerme a la superficie como si algo (o alguien) me despertara del sueño que estaba viviendo dentro del sueño. Definitivamente lo logra. Me saca, me despierta, me interrumpe, me despierta del sueño del sueño. Levanto la mirada y encuentro que eso que rompía a la música era una charla descomprometida y descuidada de este señor saxofonista con un personaje del público. En voz lo suficientemente alta como para irrumpir, para cortar. Mi reacción fue muy violenta al descubrirlo. Tanto que tomé un objeto que tenía cerca y lo tiré en dirección a este señor. Por supuesto todo dejó de ser música. Con mucho enojo decidí que no seguiría tocando porque ya no podía sostener el deseo de hacerlo. Me lo había quitado este señor y sus palabras. Pero a la vez, haciendo un intento por recobrar la paciencia, me preguntaba por qué no había podido incluir su charla, su voz, sus palabras (que al fin de cuenta contenían sonido también) como parte del hecho musical. Tomar el sonido de esas palabras como parte de un discurso musical. Esa pregunta me llevó a otro lado. ¿Qué faltaba en esos sonidos? ¿Por qué no había música allí, que conviviera con la que estábamos haciendo? Me desperté y me quedé pensando en eso.

Concluí que lo que faltaba, que lo que le quitaba la música a los sonidos era la falta de compromiso. Así, me atrajo la idea de que cualquier sonido se convierte en música desde el momento en que nos comprometemos con él.

Esa palabra “compromiso”, es lo que deseo y aconsejo a todos. Hagan lo que hagan, es un ingrediente fundamental para el amor. No puede haber música verdadera, amor y relaciones sin compromiso.

De cualquier manera: este es mi sueño.

Lo mejor para todos en todo lo que emprendan con compromiso en todos los tiempos que siguen.

Infinito agradecimiento a Mariano Vélez, Matías Romero, Guillermo Daghero y Manuel Coll que participaron generosamente en “Extraño hábitat”, disco grabado a mitad de año.

Además hice música junto a Ernesto Jodos y con Pablo Ledesma que fueron mis invitados especiales al Living / Leaving de este 2014.

 

2013

Cuando el tiempo suena a altos decibeles, y ya no es el sonido quien nos presume su aroma, es que los actores, en demasía, se han precipitado.

Crear un proyecto como Living/Leaving, estos encuentros de improvisación, free jazz, experimentación y noise con más de 60 artistas (en su mayoría músicos), a través de dos años y 16 sesiones. Llevar adelante un proyecto como solista más, que está en pleno proceso de grabación, que pronto se podrá mover fuera del estudio y del ensayo. Juntarse con otros para darle forma a ideas compartidas, como lo hacemos con Atención Terrícolas. Jugar con los niños del taller de experimentación con sonidos. Darle crédito al tiempo que sonará perfumado junto a Andrea Molas.

Seguir, sin la compañía de alguien. Muchos actores este año… Crear, llevar adelante, juntarse, jugar, dar crédito, seguir…

Construyamos un año que nos enorgullezca, que haga sentirnos bien.

 

2012

No quisiera perder el olfato. ¿Qué conexión existe entre el olfato y el alma? Porque pienso que su relación con el oxígeno tiene algo que ver. Son tantos los aromas y olores como cosas hay en el mundo.

Quiero decir que cada cosa tiene su olor, su aroma. A veces me doy cuenta de que no estoy olfateando, que no estoy oliendo. ¿Será posible no dejar de hacerlo?

Al menos es probable hacerlo cada vez que elijamos. Huelo poco. No suelo oler constantemente. Cuando decido oler, encuentro dificultoso definir lo que huelo.

O es que en realidad, no tengo la práctica.

¿Oler tiene que ver con el tiempo? ¿Escuchar tiene que ver con el tiempo?

La música sí. La música es en el tiempo.

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