• Martín Cuesta

Martín Cuesta

2016

Espléndida.

Es un espléndido día,
Tu cara se ilumina con la mía,
Resabio de los dioses que murieron
Y nunca vieron al sol.

Desesperados,
Marchitan los espejos sin halagos,
Suspiran las palomas de una plaza,
Que nunca conocí.

Y puede que muchas veces,
Lastimen mis palabras incongruentes,
Mis nenas que se fueron para siempre,
Para siempre volver.

Dirimir secretos debajo de la mesa,
Orgasmos que gastamos solitarios
Por miedo o traición piadosa.

No hay lugar,
Para la excusa vaga y pasajera,
Tus ojos encandilan la miseria
De lo que duele vivir.-

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