2015
Las canciones:
Desde aquella vez que le escuché decir al Cuchi Leguizamón que las canciones “Son una síntesis de emoción y sabiduría” (y me quedo con esta primera parte del concepto) tomé conciencia de la influencia que las mismas ejercieron sobre mi vida: me enseñaron acerca de lo cotidiano, a soñar, sobre la amistad, los miedos, el amor, la muerte, es decir: La vida. Todo Todo está atravesado por ellas. Desde Yupanqui a los Beatles, de Troilo a Nebbia, de Leguizamón y Castilla a Petrocelli y Toro, de Milton Nascimento a Violeta Parra, de Serrat a Falú y Dávalos, desde la “Zamba Para no morir” a “La bengala perdida”, desde “Debajo del sauce solo” a “Chamamé que se eleva”, desde “Yo vengo a ofrecer mi corazón a “Los dinosaurios”; no puedo dejar de nombrar “Naranjo en flor” y “En esta tarde gris” (que cantaba mi viejo jugando a ser Julio Sosa) sin importar cómo ven el género, la época en que fueron escritas, el ritmo, etc.
Si me dan a elegir una entre tantas y tantas, sin dudarlo elijo “Sólo se trata de vivir” y me despido cantando bajito…
“Creo que a pesar de tanta melancolía
tanta pena y tanta herida
sólo se trata de vivir…”
Cada uno tendrá la suya… Las celebro a todas con el alma.
Un abrazo cancionero y sigamos cantando que como decía mi abuela… “El que canta su mal espanta”.
Que el año que se viene venga con las alforjas cargadas de felicidad para todos.
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