2017
El 2017 me resultó un año un tanto particular, de muchas virulencias en la gente y poca humanidad, de mucho agite mediático (la desinformación informativa), «que nos robaron el dinero del país por un lado, que cierran fuentes de trabajos, jubilados saqueados, muertes innecesarias por el otro, etc.”
Esto me llevó replantear muchas cosas a la hora de subir a un escenario. Quienes hacemos música testimonial tratamos de reflejar lo que le pasa a la gente, a nosotros mismos. Hoy no resulta fácil ya que creo que estamos bajo un sistema de mucha vulnerabilidad que nos tiene presionados sin pensamiento propio y con pocas ganas de escuchar al otro.
Siento que así transité el año desde enero en el Festival de Cosquín, participando de las peñas oficiales invitado por la comisión del Festival, haciendo presentaciones con la banda en diferentes lugares, acompañando artistas amigos como músico invitado, y participando en presentaciones de libros. Pude compartir un espectáculo con dos gigantes como Elvira Ceballos y Juan Iñaki, y tener presencia en todo acto de manifestación pública que sentí necesario.
Para 2018 deseo que nos humanicemos más, y poder seguir plasmando lo que nos pasa a través de la música y hacerlo en absoluta libertad democrática. También poder terminar el proyecto del cuarto disco.
Foto: Yuliana Brutti.
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