2015
¡Qué año intenso! Creo que uno de los más gratificantes a nivel profesional y humano. Un año especial para mí pues cumplo 30 años haciendo música y, de esta manera, siendo feliz. De estos 30 años, 23 los caminé de la mano de la mujer de mi vida, Nancy, que ha sabido apoyarme, empujarme, sostenerme en una profesión en la cual el que está al lado no siempre se lleva la mejor parte.
Uffff cuánto para contar… 14 años al lado de un musicazo, amigo y compinche en todos los proyectos como es Damián Torres. Gracias por dejarme ser parte de tu vida musical y personal. Hemos realizado un trabajo maravilloso como “Abriendo cancha”, el disco de Damián Torres Quinteto, junto a tres de los mejores músicos que se pueden encontrar en Córdoba, con los cuales he aprendido como nunca, pero sobretodo hemos forjado lazos de amistad que, cuando se dan, no queda más que esperar el éxito (para mí, el éxito es poder disfrutar de lo que uno hace sin importar más que eso).
Creo que este año lo llevaré marcado a fuego en mi corazón pues como si fueran pocas las cosas lindas que me pasaron tuve la inmensa dicha de reencontrarme con mi hermano del alma, un ser maravilloso y especial, creo yo el músico más talentoso, humilde y bondadoso que conozco, Andrés Martín. Luego de 15 años, volver a tocar a su lado en un escenario fue una de las sensaciones más fuertes, emocionantes y gratificantes que me ha dado la profesión.
Doy gracias a la vida por tener el mejor trabajo del mundo, y doy gracias a la música por tener la mejor vida del mundo. Sólo se puede esperar lo mejor para el 2016, seguir tocando y disfrutando junto a las mejores personas que caminan junto a mí en el maravilloso mundo de la música.
¡Viva el Tango!
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