2017
Año particularmente particular. Se vino lleno de música, amigos, encuentros y lucha.
A comienzos del año estuve viajando por México, aprendiendo y llenándome de ganas para volver a mi país tan manoseado. Entre tantos sentimientos arranqué a full con mis proyectos, planeando el año y fijando objetivos.
Con Acuyico Trío fue un año hermoso. La idea era sobre todo mover nuestro primer disco grabado hace dos años; y así fue. Tocamos mucho en Córdoba pero además pudimos viajar, dentro y fuera de la provincia. Tuvimos nuestra primer gira por Buenos Aires y fuimos recibidos con mucho cariño. Hicimos fechas en Capital, La Plata y Ensenada. Entre tantas tocadas, tuvimos la suerte de compartir escenario con grandes músicos locales y de otros lugares del país. En lo personal, hubo una fecha que fue particularmente especial, compartiendo canciones con el Mono Izaurralde, gran referente para mí y para la música de nuestro país.
En este año, también tuvimos la suerte de formar parte de un colectivo de músicos, los “Amontonados de Sierras Chicas”, integrado por Fer Romero, Diego Marioni, Romina López, Bachi Frairía, Nacho Ramia y nosotros, los Acuyico (Juan Ceballos, Soledad Ceballos y Nano Onetti). Eso fue una bocanada de aire fresco en muchos sentidos, humana y musicalmente; gente que admiro y con la cual generamos una hermosa amistad. La lógica de no estar solos en estos tiempos que corren; si pechamos entre varios, es más fácil.
Con los Amontonados tocamos mucho por Córdoba, viajamos a Santa Fe y tuvimos la posibilidad de participar en la “Peña de los Abrazos” que se realiza en el ECuNHI, (ex ESMA) en el marco del ciclo «Música de Provincias». Fue una experiencia particularmente fuerte para mí.
Por otro lado, con La Garrotera Cumbia Orquesta estuvimos trabajando mucho en nuestro primer disco, “Cumbiaterapia”, que después de muchas horas de estudio y gracias a haber sido seleccionado para recibir el fomento del INAMU, vio la luz en septiembre. En noviembre presentamos el disco en 990, segundo hogar de la Garrotera y de muchos músicos cordobeses. Hubo dos fechas especialmente importantes, una a nivel artístico y otra a nivel militancia. A mediados de agosto pudimos compartir escenario con una de nuestras bandas referentes, La Delio Valdez, mientras que a fines del mismo mes fuimos parte del festejo del día del niño en Barrio Yapeyú, organizado por la admirada organización social “La Poderosa”.
Fuera mis proyectos fijos, también tuve la suerte de participar en la grabación del nuevo disco de Fer Romero, haciendo arreglos, grabando algunas guitarras y clarinetes. Hermosa experiencia en un disco tremendo que se viene, cargado de cariño y de esa calidad musical y humana que tiene Fer.
Sumando a los gustos que me di este año, se estrenó en Córdoba la película “Otra madre” de Mariano Luque, a la cual tuve la tremenda responsabilidad de hacerle la música. Difícil a veces estar a la altura de semejante trabajo.
Mucha música compartida en el 2017, y la mayoría fueron en ese lugar tan especial que tiene Córdoba, Los 7 locos. Siempre me acuerdo de las anécdotas que mi viejo me contaba de Tonos y Toneles. Bueno, Los 7 locos es mi Tonos y Toneles. En este querido espacio, ya casi a fin de año tuve la posibilidad de tocar a dúo con Mery Murua, personaje hermoso al que admiro por su talento, su calidez y humildad.
Voy releyendo y parece mentira que todo esto haya entrado en un año. A veces uno no se da cuenta de todas las cosas lindas que van pasando, aunque cuesta aferrase a ellas viendo todo lo triste que pasa actualmente en nuestro país.
Como balance, creo que fue un año de muchas amistades, muchos viajes, mucha música, muchas alegrías. Siempre de pié y consciente de que son tiempos de resistencia, de salir a la calle, de no callar y de sostenernos entre todos.
La música de Córdoba está en un momento de altísima producción, pero también (creo yo) de una consciencia política. Hacer, resistir, acompañar y sostener.
¿Quién resistirá cuando el arte ataque?
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