• Jorge Luis Reales

Jorge Luis Reales

2016

Farallón Negro es un Pueblo Minero, ubicado en Hualfin, Belén, Provincia de Catamarca.

Mis padres por una cuestión económica consiguieron trabajo allí, nos fuimos y me crie ahí. Viví hasta los ocho años hasta que regresé a la capital (San Fernando del Valle).

Farallón Negro es un lugar tan exótico como único, tan remoto que sentía que después de las montañas se me acababa el mundo. Mis amigos y yo, como casi todos, teníamos los cachetes quemados por el sol, el viento seco y el frío. ¡Qué frío! Siempre se acumulaba muchísima nieve, es que claro, estábamos en un lugar que era una mezcla de la Cordillera oriental de los Andes, con sierras subandinas y prepuna y puna, porque no cuento el calor que hacía allí cuando era verano, hasta que, claro, se iba el sol y la temperatura bajaba 20 grados.

Esta canción es todo eso, combinados con crecer al lado de voladuras, ver más camiones que gente, más piedra que tierra, más oro y cobre que agua.

Es increíble recordar que jugábamos al lado de cerros de colores. Recuerdo que todas las casas eran parecidas… Claro, vivíamos en un campamento minero… ¡No era ni un pueblo! Cuando me preguntaban de dónde era, lo único que sabían es que ahí se sacaba oro, que era un lugar donde al lado del oro y el cobre resguardado por las montañas crecían algunos sauces y algunos Itines…

Y los colectivos de ida y vuelta a Belén, esos Mercedes Benz viejos en que el chofer tenía pegado arriba del parabrisas una imagen de Jesús con la túnica de Boca, con mucha Guaracha de fondo, mientras el viaje se dividía en pasajeros a un costado y bolsos, cajas y hasta Gallinas! Del otro lado, todo esto bautizado por una incondicional vomitada debido a la altura.

En Farallon había piedras Huecas que al golpearlas emitían un profundo sonido. Recuerdo el sonido del agua deshielada bajando para regar las cosechas de algunos pastores convertidos en mineros que durante muchos días viven como dice el poema de Castilla… que “con el alcohol y la coca tapan la sed de amor y besos”, los mismos que en cada febrero nos llenábamos de agua y harina, porque ese carnaval quizás nos hacía olvidar lo malo, y estar esperanzados.

Tampoco puedo Olvidar los Misachicos, ritual de sincretismo donde se encuentran amistosamente los pueblos originarios y la conquista española, porque es un ritual donde la religión católica y los cantos con caja, Bombo, Acordeón y violín, confluyen a paso lento, subiendo la montaña buscando la yacurmama, que pedía el milagro de la lluvia para aquel campesino que quería sembrar como un semen dichoso la semilla de la vida para después repartirlas en los golpes de esas tacanas comunitarias.

Como no olvidar jugar en “El Arenero”, una montaña de color rojizo y verde donde tenías que elegir dónde pisar para no romper la cerámica milenaria esparcida (les cuento que mi tierra es un museo a cielo abierto). Años después comprendí que la zona de Hualfin es una de las capitales nacionales  de la arqueología.

Pero también cerca de ahí estaba Agua de Dionisio, un lugar idéntico al Cañón del Colorado, que ninguna autoridad provincial universidad o nación da a conocer, porque quizás es tan bello que temen que sea más visitado que el Talampaya, un lugar que atestiguaba que antes que los españoles, nuestros abuelos originarios sacaban lagrimas del sol, cuidaban y defendían con sangre y amor su tierra…. A tal extremo llegaba esa resistencia que cuando en 1627 el encomendero español Juan de Urbina descubrió un yacimiento de Oro en Área Catamarqueña, los Indios lo asesinaron junto a toda su familia y hombres.

Pero después, el saqueo comenzó, y no paró hasta ahora.

 

2014

2014, un año de aprendizajes. He tenido todo al lado de mi hermosa familia, mi Compañera Geo y mis dos hijas Uma y Mora. Las amo eternamente, le debo a ellas mi felicidad; por otro lado, a mis viejos y hermanas, ¡ahí siempre firmes!

Musicalmente hablando, ha sido un año de producción; de discos, maquetas, obras para guitarra sola, ensambles, orquesta y compaginación de ediciones de futuras de partituras.

He cumplido el sueño de tocar con uno de mis grandes referentes como Juan Falú, y también compartir experiencias siderales al lado de mis hermanos musicales varios: Román Dagna; El Negro Mazza; Mario Gusso; Neli Saporiti; Geo Broggini; Gustavo Aiziczon; Javier Pedrocca y Huayra Bustillo.

Quiero agradecer a todos y cada uno de mis alumnos por confiar en mi cada año y por enseñarme a aprender.

Colectivamente, hemos visto como han crecido en cantidad y calidad las propuestas, grabaciones, producciones e incluso estudios de grabación en nuestra bella y querida Córdoba. Hemos visto, además, los logros de otros compañeros en cuanto a los derechos que nos competen como trabajadores de la cultura.

Me veo en el 2015 terminando de una buena vez mi disco, mi carrera de composición en la UNC, y estrenando todo lo que este 2014 me tuvo trabajando.

 

2013

Se va el 2013, un año definitivamente bello y único, principalmente porque he sido padre y por segunda vez, y ya tengo 2 hijas mujeres: Mora y Uma, que me llenan el alma, porque 2013 también es el fruto del amor con mi compañera Geo, amor que también trasladamos a la música, porque tengo 27 años y diez años acá en tierra Cordobesa, tierra llena de hermosas personas y tremendos artistas.

¡Como catamarqueño me siento cada día más mediterráneo! Me ha dado tantas alegrías y aprendizajes… 2013 ha sido un año de cosechas, de tocar mucho, después del 2012 que me tuvo como ganador del Festival Guitarras del Mundo, el poder compartir fechas con Juan Falú y Gilbert Imperial, abrir el festival de Guitarras “Andes y Sierras” del amigo Luis Soria, y consciente porque retomé la recta final hacia la Licenciatura en Composición, y un último esfuerzo para poder terminar de una buena vez mi disco, que contará con un book de partituras del mismo; disco en el cual estarán mis compañeros de ruta, el negro Mazza, Román Dagna, Huayra Bustillo, Neli Saporiti y mi compañera de la vida Geo.

2014 te espero con ansias.

Ver más