Pablo Ramos – «Gorras»

20-10-2015 / Lecturas, Política y Sociedad
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Esta semana, la sección destinada a compartir escritos de autores locales tiene mucho de agradecimiento hacia uno de los comunicadores más cercanos a nuestras inquietudes, por su estilo inconfundible en la actividad docente y periodística.


Pablo Ramos – «Gorras»

Foto: Victoria Montenegro.

Pablo Ramos, el cordobés, es Licenciado en Comunicación y Doctor en Estudios Sociales; docente de la Escuela de Ciencias de la Información (UNC), y un referente de la radio desde hace más de dos décadas. Su estilo inconfundible ha encontrado espacios en emisoras como la FM UTN, Radio Revés, Rock & Pop y Curva. Muchos recordarán, por ejemplo, los tiempos de «Perdedores Hermosos», por citar algunos de sus notables programas.

Actualmente conduce “Subversiones”, de lunes a viernes por Nuestra Radio (102.3 FM), de 13 a 16 horas. Además, escribe en varios medios y ha publicado una novela, un libro de relatos y «Crónicas Subversivas», un compilado de las editoriales con que abre cada programa.

Compartimos aquí una de sus aperturas en torno a un tema que sigue interpelando a todos quienes caminamos a diario las calles de Córdoba.

¡Gracias Pablo!

Gorras

La criminalización de la pobreza.

El estereotipo machacando cabezas.

La inseguridad en el menú mediático de todos los días,

caldo de cultivo para el virus del fascismo moderno,

ese que estigmatiza sobre los cuerpos jóvenes,

ese que condena desde la paranoia culposa de las clases dominantes,

ese que discrimina en el trato cotidiano,

ese que cierra accesos y mutila derechos

en un estado policial al servicio del capital privado,

con medios que miran con el ojo del poder,

con un sistema judicial burócrata y oscuro,

en una ciudad sitiada y asfixiada.

Ya no era posible el silencio

y ahora sólo es posible el cambio.

Las gorras siguen marchando con alegría,

las gorras siguen embrollando resistencias,

las gorras marcan el camino de la libertad y la justicia

desde abajo, contruyendo otro pacto social.

Desde la periferia vienen llegando con nuevas ideas,

bajan de motos, de carros, de colectivos,

para decir la ciudad también es nuestra,

debajo de esta gorra hay un rostro,

hay una persona, hay un ciudadano.

La gorra se lleva puesta,

es el símbolo de una lucha

por ser reconocidos tal cual somos,

y no estamos solos,

porque sabemos que todos tenemos gorra o derecho a portarla

y que en cada joven discriminado, perseguido, torturado o asesinado,

perdemos la posibilidad de hacernos más humanos.

Hoy las gorras vienen señalando el paso libertario

y en su grito anida un futuro de cambio:

Faltan derechos, sobran policías.

Mi cara no es tu trabajo.

Tu código trata de desaparecer nuestra alegría callejera.

Tu seguridad nos limita, nuestra resistencia es infinita.

Más vale gorras embrollando que Policía matando.