Derechos de las mujeres

Marcha de las putas en Córdoba

9-10-2011 / Política y Sociedad
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Más de un centenar de personas marcharon para repudiar la violencia de género en todas sus formas.


Marcha de las putas en Córdoba

Por | mmuniz@redaccion351.com

Fotos: Facundo Martínez l fmartinez@redaccion351.com

La tarde del 7 de octubre transcurría cual típico viernes en la ciudad de Córdoba. El centro reflejaba la última jornada laboral y la cercanía del fin de semana largo: importante tráfico, expresiones de cansancio en el rostro de la gente y caminatas a paso muy ligero para disfrutar, por fin, del hogar.

Sin embargo, en la plaza Colón, algo irrumpió en el panorama citadino. Era un centenar de personas que, convocados por La Marcha de las Putas, se preparaban para llevar las consignas del encuentro por las calles de la capital cordobesa.

Así, pasadas las 18.30, la sirena del megáfono y el baile de los murgueros, que ya ensayaban pasos desde hacía rato, encabezaron la partida. Como puerta de entrada, el cartel con la leyenda “La Marcha de las Putas”. Entre las banderas de algunas agrupaciones y las representantes de Ammar (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina), circulaban torsos desnudos con mensajes tales como “yo sí te respeto”, “yo también soy tu puta”, “puta promiscua” y “puta, pero no tuya”.

Además, formaban parte del escenario numerosos carteles que expresaban el objetivo de esta convocatoria: repudiar la violencia de género en todas sus formas (física, psicológica, sexual, económica, patrimonial y simbólica), tal como lo establece la Ley nacional 26.485 de Protección Integral a las Mujeres. De esta manera, las frases “mi voz y mi cuerpo no se violan”, “soy puta, soy mujer, soy lesbiana, soy humana” o “mi cuerpo también es mío” hablaban de prácticas sociales en las que se naturaliza la discriminación, la agresión, el acoso o el abuso.

Tan pronto como ocupó media calzada, la marcha generó asombro o extrañeza en los transeúntes, los policías y algunos y algunas que, asomados desde los edificios, chusmeaban el andar de los marchantes. Sin embargo, lejos de proponerse brindar un espectáculo callejero, vacío de contenido, quienes circularon desde la plaza Colón hasta el Patio Olmos pretendieron visibilizar aquellos prejuicios que guían la conducta cotidiana.

En relación con ello, una de las participantes expresó que por mes mueren, en Córdoba, dos mujeres víctimas de violencia de género y se reciben, diariamente, 31 denuncias por esta causa. A pesar de ello, se escucha con frecuencia: “Algo habrán hecho”.

Luego, sentenció: “No existe ningún justificativo para la agresión. Ni nuestra forma de vestir, nuestra manera de hablar y caminar, ni lo que decimos, ni o que pensamos. Por ello, elegimos llamarnos putas. Así le quitamos el miedo a la palabra y borramos su connotación negativa, nos oponemos a los mandatos culturales de las diferencias y decimos que es posible una sociedad basada en la equidad”.