#NIUNAMENOS

Ellas somos todos

7-06-2015 / Política y Sociedad
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El miércoles 3 de junio miles de cordobeses acompañaron la consigna nacional contra la violencia de género.


Ellas somos todos

Por Manuel Arias | marias@redaccion351.com

Fotos: Facundo Cargnelutti

 

«Cada 30 horas muere una mujer por el sólo hecho de serlo. La mayoría es asesinada por sus parejas o ex parejas, en sus propios hogares».

La voz de la mujer que leía estas perturbadoras cifras retumbaba a lo lago de una avenida Colón repleta de carteles, banderas de diferentes signos políticos, pancartas y pintadas en el pavimento.

El 3 de junio no fue un día más. Más de 50 mil personas decidieron darle un marco impactante a una de las movilizaciones más convocantes de la última década. Familias, militantes, miembros de ONG, familiares de víctimas, chicos de escuelas, niños, abuelos. Presentes, activos, conscientes, comprometidos.

El 3 de junio no fue un día más, les decía. Y no lo fue en especial para las víctimas de esos temerosos que, disfrazándose de hombres, ejercen sobre sus víctimas una violencia continuada, repetida, feroz, inhumana.

Nuestra provincia aún no se adhirió a la ley nacional 26.485, de Protección Integral de las Mujeres. Increíble. En un momento histórico de cambio de políticas públicas a favor de la equidad entre géneros, estamos obviando una legislación vital para lograrlo. A su vez, es necesario que exista un registro único y oficial para la confección de políticas públicas.

Marchamos por Marta Núñez. Por Paola y Martina. Por Marisa Cárdenas. Por la aparición con vida de Yamila Cuello. Marchamos, gritamos, aplaudimos, nos silenciamos y reflexionamos, por ellas, por todas, por cada una de las mujeres que fueron, son y esperemos dejen de ser el chivo expiatorio de un mal que se expande en nuestra sociedad todos los días: el machismo arcaico, bruto y avasallador. El que se enseña desde la televisión, desde los anuncios publicitarios, en las canciones y películas.

Colón y Cañada, luego Colón y General Paz, para terminar en la explanada del Patio Olmos, una multitud pidió justicia. Una tarde que rápidamente se volvió noche, con luces que iluminaban los rostros de cordobeses decididos a apoyar la lucha de miles de personas que no se animan aún a usar su voz para denunciar lo que les pasa. El 3 de junio fuimos una sola voz, sin distinciones, sin género, sin violencia.