Por Diana Nicodemus | dnicodemus@redaccion351.com
Gastón es uno de los compañeros de la Asamblea Malvinas Lucha por La Vida. Este movimiento se constituye como forma de resistencia resistencia frente a la instalación de la empresa Monsanto en la localidad Malvinas Argentinas, Córdoba. Desde hace dos años está formado por vecinos del pueblo, de otros barrios y comunidades de Córdoba. Para hacer un cierre del año, Gastón nos cuenta en esta entrevista los hechos más importantes que vivieron.
¿Qué podrías decir de este año en relación a la lucha que vienen transitando contra Monsanto?
Este año comenzó muy bien para nosotros, el 8 de enero la justicia falló a favor nuestro en una acción de amparo y ordenó la paralización de la obra. A eso se le puede sumar la decisión de la Secretaría de Ambiente de rechazar el estudio de impacto ambiental presentado por la empresa. Acompañando esas acciones, debatimos la Ley de Ambiente en la Legislatura cordobesa, participamos de charlas en la Facultad de Medicina de la UBA con el Sindicato de Profesionales de la Salud, estuvimos en un Encuentro Latinoamericano realizado en Paraguay por la problemática de fumigaciones y el corrimiento del campesinado, fuimos parte de una exposición en la Universidad de Gral. Sarmiento y de la audiencia pública realizada en la Cámara de Diputados de la Nación por la Ley de Semillas.
¿Qué implicaron esos espacios para ustedes?
Son espacios donde contamos nuestra experiencia pero también aprendemos y hablamos con los vecinos para seguir informando sobre lo el proceso que pretendía realizar Monsanto en su planta y sobre los daños que se producirían a la salud. También hemos tratado de concientizar a los vecinos sobre sus derechos, sobre el derecho más allá de la asistencia sanitaria. Apuntamos a la prevención de enfermedades y al derecho que tienen los ciudadanos en las tomas de decisiones del gobiernos.
Eso en cuanto al trabajo realizado con los vecinos, pero el mayor conflicto con la empresa este año se ha desatado en la Universidad. Las diferencias entre el decano de Ciencias Agropecuarias y lo expedido por la Universidad a través del Consejo Superior en relación a los informes de impacto ambiental fueron otro foco de disputa. Gracias a las movilizaciones y debates se logró derogar el convenio.
¿Cuál es la situación hoy?
Es más tranquila que el año pasado, más que todo porque la obra está detenida y la empresa no ha presentado ningún tramite para avanzar. El gerente de asuntos corporativos dijo que hasta después de las elecciones del año que viene no iban a realizar ninguna presentación. Sigue existiendo un apoyo de los vecinos. Existe una excelente relación, es más en las ultimas encuestas realizadas por el CONICET se vieron los resultados: en caso de una consulta popular el 65% votaría en contra de la instalación de Monsanto y solo un 20% a favor.
¿Qué planes tienen para el 2015?
El año que viene seguiremos trabajando, seguramente habrá alguna movilización en los primeros meses del año. La realidad es que Monsanto ya se debería haber ido de ese predio. Esperamos que la Provincia y la Municipalidad notifiquen a la empresa que no puede estar ahí porque no es zona industrial y se está violando la Ley 9841 de uso de suelo de la provincia de Córdoba.
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