Por Pablo Hamada | phamada@redaccion351.com
Foto: Gentileza educ.ar
A mediados de abril el gobierno nacional presentó el plan Program.AR, con el objetivo de acercar las ciencias de la computación a las escuelas de todas las provincias. Les preguntamos a tres programadores cuáles son las ventajas de que los jóvenes aprendan a realizar esta actividad desde temprano y qué procesos cognitivos se desarrollan a la hora de trabajar-jugar con códigos.
Leonardo Baraldi, diseñador y programador en Manifiesto Solutions señala que Argentina ocupa un lugar importante en el campo de la informática. Una de las causas reside en que en las décadas de los ’80 y ’90 era común que los más chicos estudiaran programación como actividad extra-escolar. Destaca que “los ingenieros y programadores más reconocidos realizan su tarea de manera entretenida y recreativa, porque pudieron asociar a temprana edad el concepto de la programación con el juego”.
La programación, según Leonardo, realiza muchos aportes a diferentes campos intelectuales: la lógica, la abstracción, fragmentación de los problemas y en el proceso secuencial de soluciones. Sobre el plan Program.Ar señala: “las ventajas son a largo plazo muy prometedoras, creo que debería ser opcional y se requiere contar con profesores que se enfoquen claramente desde lo lúdico, la sorpresa y el descubrimiento”.
Carlos Córdoba, desarrollador en la agencia Media 8, destaca que fomentar el pensamiento lógico ayuda a resolver problemas de una manera más simple. “El otro día en clases de física nos comentaban que muchas actividades de la facultad tienen como objetivo la aplicación de la lógica y la observación, quien sabe programar ya tiene esas prácticas incorporadas”. Según Carlos, aprender a programar le cambió el modo en que piensa otro tipos de actividades, ya que se vuelve común la identificación de factores que afectan cuestiones de su vida diaria.
Alfonso Catrón, socio fundador de Moodstudio, considera que una de las ventajas de aprender a programar desde chico es que dicha actividad se vuelve natural e intuitiva. “Yo empecé a programar a los 9 o 10 años, a mediados de los ochenta y con una ZX Spectrum 48k, escribiendo Basic y código máquina”, recuerda Alfonso. Cuando aparecieron las PCs los lenguajes cambiaron, pero recuerda que le fue fácil aprender las nuevas técnicas gracias a que desde chico había sido un autodidacta.
Alfonso también comenta que activa “el chip de programador” en ciertas actividades de su vida cotidiana, pero también aclara que le parece importante no dejar de desarrollar la parte intuitiva y emocional para compensar el excesivo pensamiento lógico: “a veces esa visión puramente lógica juega en contra cuando hay que optar por las cosas más arriesgadas, que por lo general son las más divertidas“.
Aprender a programar online
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