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Soledad García: “éramos luchadores que defendíamos los derechos de los trabajadores y la vida”

3-10-2013 / Política y Sociedad
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La testigo relató detalles de su detención en el Departamento de Informaciones y brindó homenaje a la lucha de Eduardo Requena, su compañero de vida.


Soledad García: “éramos luchadores que defendíamos los derechos de los trabajadores y la vida”

Por | nsiadis@redaccion351.com

Fotografía: gentileza Manuel Bomheker y el Diario del Juicio

Soledad es una histórica militante sindical, social y política. “Mi padre fue luchador político peronista. Milité en la Juventud Universitaria Peronista y luego en agrupaciones de izquierda”, recordó.

En el año 1975, Soledad militaba en la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba. “Cuando se produjo el “Navarrazo” muchos sindicatos estaban intervenidos. Nosotros en el ´75 confluimos en una coordinadora que luego se llamó “Gremios en  lucha”, expresó.

“Nosotros éramos luchadores que defendíamos los derechos de los trabajadores y la vida, una vida distinta de la que se estaba viviendo.”

El 9 de marzo de 1976 Soledad se dirigía a una concentración en barrio Ferreira junto a Rafael Flores, un compañero del sindicato del caucho. “En un momento nos rodearon varios autos, bajaron personas vestidos de civil que nos detuvieron y nos trasladaron al Departamento de Informaciones D2”, declaró.

Al llegar a informaciones, Soledad relató las condiciones a las que fueron sometidos. Los golpes y torturas fueron constantes durante los 15 días que la testigo permaneció secuestrada en el lugar.

“Las torturas fueron terribles: la mojarrita, el submarino, los golpes y vejaciones. Lo peor de todo era la falta de límites, yo me pregunto si no tenían madre, hermanas. No entiendo cómo podían hacer eso estas bestias. Eran los dueños de la vida y la muerte”, recordó.

La tarde del  22 de marzo fue trasladada a la cárcel de San Martín en donde logró reencontrarse  con Rafael Flores. En la Unidad Penitenciaria N°1 permaneció detenida hasta que fue trasladada a la cárcel de Devoto. Finalmente, el 10 de junio de 1980 debió exiliarse en España.

“Nunca me dieron la libertad, sino la opción. Que no era una opción, me tuve que ir del país obligada. Mi opción era seguir viendo el cielo cuadriculado o el exilio”.

Eduardo Requena

Eduardo era docente de Historia y Geografía, militaba en el Sindicato de Docentes Privados y era miembro de la Junta Ejecutiva de Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina.

Eduardo fue secuestrado en el bar Miracles el 23 de julio de 1976. Estuvo en cautiverio en La Perla y aún continúa desaparecido. Soledad, su compañera de vida, le brindó un homenaje a su lucha y compromiso social.

 

Ángel Villanueva

“Tito” Villanueva es hermano de Ana Villanueva, asesinada en junio de 1976 en un enfrentamiento fraguado.

Tito hizo declaraciones sobre la relación de amistad entre Ana y Graciela Geuna, una sobreviviente de La Perla. “Yo a Graciela la conocí  fines del ´73. Graciela y mi hermana fueron muy amigas, inclusive continuaron sus estudios universitarios juntas. Ambas militaban en la Juventud Universitaria Peronista”, recordó.

Ana Villanueva

La última vez que Tito vio a Graciela fue en su casa en abril de 1976. Luego de ese día, fue secuestrada y Tito perdió todo tipo de contacto con ella. “En 2006 tomo conocimiento de que Graciela estaba viviendo en Europa. En agosto de 2007 ella viene a córdoba y nos encontramos en el bar El Ruedo. Ese lugar había sido el último bar en el que había estado junto a mi hermana”, expresó.

Graciela le contó que fue secuestrada el 10 de junio de 1976. Luego de varios días de tortura la llevaron a una habitación en donde había dos personas, una de ellas era Barreiro y la otra Diedrichs. “Le dijeron que tenían la cartera de Ana y le mostraron las cosas que tenía adentro. Le muestran un papel que tenía diversas anotaciones referidas a cuestiones políticas. Diedrich le habría pedido a Graciela que interprete las anotaciones de Ana. Graciela se negó.

Ana Villanueva fue asesinada la mañana del 2 de junio de 1976. Fue secuestrada en la vía pública junto a Jorge y Carlos Oliva, por un patrullero de la policía. Se simula un enfrentamiento y los tres son fusilados. Al mediodía ingresaron los 3 cuerpos a la morgue del Hospital Córdoba.