En escena

Volver a Madryn

19-05-2017 / Agenda, En Escena, Reseñas, Teatro
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La obra de Rodrigo Cuesta sigue sumando funciones y reconocimientos más que merecidos. Podés verla los miércoles a las 21 horas en el Cuenco. Aquí una reseña.


Volver a Madryn

Por Alejandra Migliore.

El teatro de Rodrigo Cuesta, dicen los que más saben del asunto, es un teatro cinematográfico. Y no mienten. El dramaturgo y director se sirve de los recursos a los que el cine nos acostumbró, pero los apuntala desde el corazón más puro del teatro, haciéndolos latir. El teatro de Rodrigo Cuesta es un cine vivo.

De la mano de Alejandro Orlando, Hernán Sevilla y un joven Ignacio Tamagno, tres enormes de la escena, Cuesta nos sumerge en un universo materialmente despojado que sólo demanda entrega de parte de los espectadores. Los actores narran una historia, un policial, una comedia negra digna de tres perdedores que vuelven para contarnos lo que pasó.

El punto de partida es el testimonio; un diseño de iluminación sublime, a cargo de Samuel Silva y el propio director, refuerza esa atmósfera. Con algunas luces puntuales recortando haces perfectos en un espacio casi vacío, la obra logra la intimidad de lo más cercano. Ortega (Orlando), Diego (Sevilla) y José (Tamagno) se están confesando. Confiesan un crimen, un amor y un derrotero de fracasos. El público los absuelve porque la risa todo lo redime, pero fundamentalmente porque les cree.

En «Volver a Madryn» no hay impostura, los actores gozan y nosotros con su despliegue. Es que los grandes actores conmueven, independientemente de lo que nos cuenten.

La historia tiene todos los condimentos para ser entretenida, sin subestimar algunos guiños dramáticos, pero sosteniéndose esencialmente en un ritmo impecable. Los personajes también tienen sus recovecos, aunque no es su psiquis lo que está en danza, sino sus pliegues. Se trata de tres antihéroes de culto desde el momento en que lo asumen. Los actores se ríen de los personajes, ¿o son los personajes quienes se ríen de los actores? Imposible decidirlo sin desplazarse. La distancia marca el límite.

El mar, las ballenas, la lluvia, el boliche, la universidad, el restaurant, la casa, el exilio. Allí no hay nada, pero está todo. Cuesta ahonda en el núcleo duro del teatro: la evocación.  Y para eso echa mano del replay, cambia de ángulo y ahí está una nueva subjetiva del mismo episodio, una dramatización de la situación narrada. Los actores juegan, los personajes también; pero a la hora de la precisión, no les tiembla el pulso.

La dramaturgia de Rodrigo se construye a partir de los recursos formales, porque lo que realmente importa no es lo que se cuenta, sino el modo. Como la buena literatura, como el arte.

En el teatro cinematográfico de Cuesta conviven lo más antiguo y lo más moderno. El cine está al servicio del teatro y como siempre que los perdedores ganan, nosotros celebramos.

Agendá: 

«Volver a Madryn».

Miércoles de mayo – 21 horas.  

El Cuenco Teatro – Mendoza 2063.

Entradas anticipadas: $160 – En puerta: $180.

Consultar próximas fechas y disponibilidad en El Cuenco. Teléfono: 351 4714847.