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Víctor Garay en vivo

8-06-2016 / Agenda
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Este jueves 9 de junio a las 21.30 horas en L’Ecole, el músico presenta su repertorio de canciones propias y versiones de autores de cualquier tiempo y lugar.


Víctor Garay en vivo

Por | redaccion351@gmail.com

Las canciones de Víctor Garay como un rincón de calidez para regalarnos buenos momentos.

Sus maneras leves de hacer sonar una guitarra, de cantar paisajes de su inspiración, atenta y profunda, y de la memoria de tanta música que anduvo por la vida y supo encontrar una voz, unas manos y nuevos colores.

Una historia crecida en distancias, lecturas, ideas y convicciones como recorridos ineludibles. Un modo de entender la belleza desde lo colectivo. De andar los días para sostener verdades y compartir emociones.

Un tiempo repartido en proyectos que lo han visto de escenario en escenario, desde los inolvidables Diente de León hasta las canciones de su espectáculo «Trasandino», pasando por la Noche despechada y los cruces recientes del ciclo Vivo de la Música.

Una búsqueda para agradecer.

Víctor Garay – «Espera»

 

Una forma de dar testimonio de estos tiempos que no podemos dejar de compartir, como previa a su presentación.

Víctor Garay – Desamparados – Publicado el 29 de abril de 2016.

«A la reafirmación de que Callejeros debe cumplir su pena en la cárcel (que confirma el fallo que declara a los músicos como responsables de las muertes en Cromañón) se le suma la aprobación por parte de la cámara de diputados que ratifica el DNU que modifica la ley de medios y disuelve el AFSCA.

Estos dos hechos sólo confirman la precariedad en la que vivimos los músicos hace décadas en nuestro país, ya que el fallo sienta antecedente de que podemos ser responsables de lo que ocurra cada vez que vamos a presentarnos en un show, como si nosotros tuviéramos la posibilidad de controlar las condiciones edilicias, de seguridad y habilitaciones de los locales en los que nos presentamos; como si tuviéramos el poder para revertir estas situaciones o como si pudiésemos negarnos a tocar resignando la posibilidad de generar nuestros ingresos de subsistencia.

Todo se torna más complejo si además reconocemos que desde hace muchos años el mercado nos llevó a trabajar no sólo como intérpretes sino también como co-productores de nuestras fechas, asociándonos a los locales de música en vivo en clara desventaja, ya que la falta de espacios para el desarrollo artístico y la generación de dinero para vivir nos lleva a tocar en cualquier lado.

El fin de la AFSCA pone en vilo una de las pocas conquistas de éstos últimos años que reconocía y fomentaba la labor de los músicos: el INAMU (Instituto Nacional de la Música), ya que éste se financiaba directamente de la recaudación que realizaba la AFSCA. En estos pocos años de existencia y a pesar de la falta de presupuesto asignado por parte del Estado y errores de funcionamiento, se pudo avanzar mucho en lo que se ve como un inicio de un camino beneficioso y próspero para la producción artística, que no necesariamente intente ingresar al mercado (que recibe y fomenta generalmente producciones vacías y vaciadoras de contenido). Los beneficios obtenidos a través del Instituto son una Herramienta importante para el desarrollo artístico de la música que no tiene lugar en el mercado pero que conforma una parte profunda en nuestra identidad cultural. ¿Cómo piensa el Estado financiar éste Instituto? ¿Desea hacerlo?

Entre los puntos más interesantes de su conformación, el INAMU cuenta con representantes de Asociaciones de Músicos de todo el país, dividido por regiones, que son quienes deciden a quién se le entregan los subsidios y vales de producción generados para promoción de la música, lo que fomenta la participación de base de los artistas y el compromiso con la realidad del medio, lo que es una muy buena práctica democrática que deberíamos multiplicar.

La llamada Ley de Medios tiene (o tenía… La verdad, desconozco qué sucedió después de la aprobación de este DNU), un artículo que obliga a todas las radios del país a emitir un 30% de música local, del cual la mitad debía ser de músicos independientes (artistas que gestionan su propia obra por fuera de discográficas y empresas editoriales). Si bien esta norma nunca se pudo poner en marcha, generaba un derecho muy importante para los artistas, el de tener un espacio más allá de las necesidades del mercado. Llamaba a las «otras voces» de la música, las que no pueden pagar el aire de una radio ya que no están financiados por grandes grupos concentrados de la industria. Además, permitía que los oyentes se acercaran a otro tipo de contenido que generalmente no encuentra espacios tanto en los escenarios como fuera de ellos.

El panorama económico del país hace suponer que bajará el consumo cultural (o de ocio y esparcimiento como dicen los medios de la derecha) lo que supone menos trabajos para los artistas en general y para los músicos en particular.

Sin herramientas de fomento, sin leyes de protección laboral y sin poder adquisitivo que permita que la gente pueda salir a ver música en vivo o comprar discos o audio digital, ¿qué nos queda hacer a los músicos?

Por lo pronto, y hoy más que nunca, juntarnos para exigir nuestros derechos, exigir financiamiento para el INAMU y que se cumpla con el artículo de difusión de la ley de medios. Buscar mejorar las condiciones de trabajo en locales de música en vivo y exigir al Estado programas de fomento amplios para el desarrollo cultural de las propuestas «menos comerciales».

Pero ante todo, reconocer que la única forma de luchar por una vida mejor en un mundo más inclusivo es luchar por la cultura, que no es otra cosa que la construcción de valores, que a mi entender, debe ser el respeto por el otro, el acceso a los recursos y bienes comunes, trabajo, salud y educación publicas y gratuitas y ante todo, el hombre y la tierra por sobre el capital económico.»

 

Este jueves, Víctor Garay y su música, para escuchar, disfrutar y defender la belleza de los que no aflojan.

Agendá:

Víctor Garay en vivo. 

Jueves 9 de junio – 21.30 horas. 

L’Ecole Bon Appetit – Ayacucho 333.

Derecho de espectáculo – $30.