» Viaje a un Minúsculo Planeta en concierto redaccion 351

Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com

Fue en noviembre del año pasado. Contando con los dedos: diciembre, enero, febrero, marzo… Sólo pasaron cuatro meses y parece que hubiera pasado una vida. Entre el final de un año intenso para la música de Córdoba y el regreso definitivo a la actividad que supone marzo, pasó de todo: presentaciones de discos en pleno diciembre; encuentros de montaña; recitales de despedida; festivales de verano; publicaciones de videos; adelantos de nuevos discos; maratones solidarias por las lluvias; conciertos de apertura.

Después de cuatro meses de escuchar muchísimo un disco, mucho más que tantísimos otros, no tiene sentido decir que «Cartografías» es uno de los mejores editados en Córdoba en 2014.

Primero, porque ya estamos en el 2015. El apuro habitual lista «los mejores discos del año» antes del fin de diciembre. Después no le importa a nadie. Antes tampoco, en realidad. La música es otra cosa. En cualquier caso, forzando para el mismo lado, nadie dice hoy que «Canción Animal» fue uno de los mejores discos de 1990. El paso del tiempo suele devolver esas formas y es posible escuchar, con más holgura -porque pasaron veinticinco años- que el disco de los leones haciendo cosas lindas es uno de los mejores del rock nacional.

Segundo, porque cualquier sentencia esconde más de lo que muestra y no se puede escribir sin pensar en un lector varias vueltas más sabio, aburrido de cantar piedra libre antes del final de la primera oración de cada párrafo.

Tercero, porque lo dicho sobre los gustos en ocasión de la presentación en vivo de «Cartografías», allá por noviembre, se reafirma.

Mejor decir otras cosas sobre el segundo disco de Viaje a un Minúsculo Planeta, después de haberlo escuchado mucho, antes de su presentación en el Salón de Actos del Pabellón Argentina, y muchísimo, después de cuatro meses, en los que pasó de todo.

Primero, decir que ocho piezas instrumentales pueden lo mismo que ocho grandes canciones. Si un estribillo pegadizo depende, por lo menos, de la melodía, de la poesía, de la métrica de los versos y de la voz del cantante, una obra instrumental pegadiza depende, por lo menos, de tres grandes músicos pero también de una ceremonia de primera escucha, de la sorpresa que se agranda con varias semanas o meses de seguir escuchando. Aquí, «pegadizo» no significa «pasajero». «Pasajero» significa pegado con cinta de papel, pero hay estribillos que más que pegados, están fundidos en el barrio más feliz de la memoria, ese molde imposible, ese amontonamiento de juergas del alma en que los vaivenes de una suite de Bach se entreveran con «¡No seas tan cruel! ¡No busques más pretextos!», en que los tormentones de bandoneón de cualquier magia de Piazzolla terminan gritando «¡Te has fugado! ¡Me hago humo! ¡Den la alarma!», y todos y cada uno de esos momentos, destinados a compartimentos equiláteros, se ríen de las ataduras y huyen porque aman, como los leones de una tapa de disco.

Segundo, decir que «Nueva Thoven» es una joya de Viaje a un Minúsculo Planeta que compró terreno en el barrio más feliz y ya está construyendo con el Plan Procreatividad; que «Haití en llamas» sale de copas todas las noches y vuelve descalzo enroscado a algún verso del catalán que viene a Córdoba la semana que viene y que la trilogía «De la Religión» – «De la Ciencia» – «De la Música» es un capítulo insólito de la trigonometría, un cómplice de los prófugos de las escuadras.

De la música

Tercero, decir que un disco muy escuchado suele devolvernos a trabajos anteriores. Entonces, «Cartografías» lleva de la mano a su hermano mayor y reaparecen cosas como «Houdini», «Insular» o «El baile – Intimidad», músicas que mueven a una sensación que ya no lo es, porque sacó suficiente valor como para decir que mucho de lo que está sonando en Córdoba no tiene nada, pero nada que envidiarle a lo que viene de afuera. Después de lo que sonó en el verano cordobés con tantas bandas «consagradas», mucho de lo que gira desde Córdoba ya no necesita sacar créditos para hacer ampliaciones donde se nos amontonan los discos.

Cuarto, decir que Viaje a un Minúsculo Planeta toca este jueves en Cocina de Culturas. Que la música que por estos años se viene fundiendo con alegrías indelebles de otras latitudes, nace acá y se toca en vivo acá.

Quinto, decir gracias y salir al encuentro de tres músicos que venimos escuchando y disfrutando muchísimo. Después de tanto párrafo desaforado, algún lector adivinará, en la invitación vehemente, una alarma que suena ante una música bellísima que huye porque ama.