Recomendado

Tangrama presenta «Onírico»

27-10-2016 / Agenda, Reseñas
Etiquetas: ,

Este jueves 27 de octubre a las 22 horas en Cocina de Culturas, la banda estrenará las canciones de su segundo trabajo. Recorremos las canciones


Tangrama presenta «Onírico»

Por | redaccion351@gmail.com

Es una historia que comienza mucho antes de lo que podría tomarse como un comienzo, ahí en la noche del miércoles 26 de octubre por la Achával Rodríguez, con unos cuantos locos que más o menos a ojo suman más de siete.

Hay una pared con dos amontonamientos benditos. El primero es un título hondo como la parte honda de la pileta del club Municipal de Alta Córdoba: «La Nada que Anda». Larga vida a la memoria de Luis Alberto. Montones de historias en cuatro palabras. El segundo se desparrama en fotografías de músicas y músicos de por acá, conectados con hilitos de arpillera. De andar por cada imagen surge la coincidencia. ¡Alta juntada! ¡Alta Córdoba! Desde Güemes.

La noche de la reinauguración de Los 7 Locos deja salir discos nuevos de las mochilas de gentes queridas a punto de subirse a otros escenarios para presentaciones oficiales y así, con más cruces por delante, los hilitos se sueltan de la pared y viajan por canciones nuevas para escuchar.

Y así, «Onírico», segundo registro de Tangramaes decir Airena Ortube en voz, Juan Herrera en flauta traversa, Esteban Gutiérrez en percusión, Agustín Basualdo en trompeta, Masai Méndez en saxo alto, Martín Lenon en saxo soprano, Pablo Cerneux en eufonio, Nicolás Gianfelici en piano, Julián Reynoso en bajo, Mateo Marengo en batería y Pablo Rojas, autor de las ocho piezas, en guitarra. Un invitado: Mauro Ciavattini en vientos andinos, el mismo de Cañaveral, que el sábado presenta su disco, como también lo harán Pelu Mercó la semana que viene, y también Clara Cantore, y Marcos Luc, y Fly Fly Caroline, y más, para que no haya un solo fin de semana donde no sucedan estrenos de trabajos de proyectos de Córdoba. Increíble. O no… ¿Por qué increíble? ¿A quién hay que sorprender? Convencer capaz que sí, a miles, pero despacio, que la nada anda. Sin prisa, pero sin pausa.

Un duende color tierra saluda desde la tapa de «Onírico» y un hada espera a la vuelta, recostada entre notas musicales y tallos recién nacidos. Bellezas de Irupé Roch. Una palabras que se salen de la lámina para que sepamos llevarlas, de mano en mano, de boca en boca, de pared en pared.

«Este disco está dedicado a todos los artistas independientes, los educadores y militantes sciales, que persiguen el sueño de cambiar el mundo a través de la paz, la cultura y la educación como desarrollo sostenible».

Hay que escuchar, con toda la madrugada por delante.

Aunque te lleve lejos

Chacarera voladiza. Después de sacudir la que no se olvida y la del sufrido, uno de los locos de la Achával Rodríguez, hace algunas horas, preguntó mientras tiraba humito en la vereda: «¿Te diste cuenta de que la chacarera es el ritmo más agitador del mundo? No sé cómo no la ponen en una rave… Hay que convencer a los Djs…  ¡El Fede Flores entendió!»

Lo primero que suena en «Onírico» reparte al combo en variaciones instrumentales de una melodía hermosa. ¿Cómo es una melodía hermosa? ¿Hay vida después de la muerte? ¿Por qué el agua hierve a 100 grados? ¿Por qué contagia el bostezo? La melodía es hermosa porque es hermosa la melodía… ¿Qué más se puede decir de una melodía hermosa cuando es hermosa? Es hermosa, como el vino cuando está rico. Está rico… Las notas de arándanos serán pasto de un género menor de la literatura fantástica.

Si «Onírico» suena como suena y aparecen Martín y Sebastián Bergallo en los créditos, alcoyana alcoyana. ¡Alcoyana Alcoyana!

Tangrama – «Aunque te lleve lejos»

 

Flaco

Guiños de la música y la poesía para un señor que solito responde lo de la vida después de la muerte y ya se estudia en las escuelas. ¡Y ya hay escuelas con su nombre, acá mismo, en las sierras! Un solo de bajo y otro de guitarra con fraseos que escriben en el cielo y Airena soltando versos entre las hojas del viento para que siga la melodía. Momento que hay que escuchar de nuevo la última parte. ¡Esas teclas!

Samba Onírico

Esteban, Mateo y Julián en el fondo. Doble cinco de Nicolás y Pablo. Airena de 10 y todos los vientos arriba, metiendo diagonales, entrando al área de todas las formas posibles: gambetas, paredes, sombreritos, tacos, desborde y pase atrás, centro y dos cabezazos, rebote y a romper la red. No hay red. Es un picadito de tarde, sin arquero, en una playa verde-amarela.

Canción de otoño

Imaginar un arpegio lento en una acústica y hojas secas en una poesía de contraluces. Dejar sonar y sonreír. Otro paisaje resumido a dos puntas con bellezas como «Suelto al versar la memoria de la piel, me transformo sin pensar como jugando en el papel», y «Quiero caminar el desierto y el Edén, ser la arena y el milagro de la flor.» Mientras los tonos de abril se tiñen de gris en la poesía, un solo de trompeta, o tal vez de flugel, demora el ocre de esos duendes con manos de abrazar grande, multiplicados en el centro del recorrido.

Tangrama – «Canción de Otoño»

 

Adiós amigo

Huaynito brotando. Apenas unas pezuñas, unos coros y una curva de vientos en altura para solear el horizonte. La sonoridad de cada ratito, los detalles de percusión, el piano, los agudos del saxo, las cañas de Ciavattini y otra curva para recogerse, otra vez, chiquito, en un arpegio de guitarra, antes de la próxima vista. Ocho minutos de lontananza. ¿Por qué se termina? ¿Por qué dura sólo ocho minutos? Sí claro que se puede repetir. ¡Pero vuelve a durar ocho minutos! ¿Cuánto falta para que se invente el cosito que hace que los músicos sigan desdoblando la música de una obra más allá del tiempo que indica el reproductor? Acá el reproductor dice : «7:59». ¡Ahí está! ¡Ese segundo que falta para llegar a los ocho minutos es el cosito! Tiene forma zanahoria que se aleja para el lado del escenario de la presentación, ese coso entablonado que sirve, justamente, para que los músicos desdoblen. ¿Por qué se llamará «Adiós amigo» una pieza que dice «Hola» por todos lados? Vaya uno a saber.

El pico del águila

Ritmos del Perú. Canción plena de imágenes fuertes y líneas melódicas para desafiar a cualquier cantante. Airena canta:

Cuando un fuego ciego haga brillar en sus luciérnagas
hasta las cenizas débiles de la niñez
regaré mi tallo de carbón vertiendo lágrimas
desiertas, sedientas
para germinar el verde de las almas
que recuerda florecer.

Milonga para no volver

Escobillas sobre los platos, el bajo o tal vez un contrabajo, y un arpegio lento como introducción a la melodía en el saxo soprano de Martín. El piano, los vientos y la voz en las alturas. Un corte, otra vez el arpegio, lento, y el piano, el eufonio, la traversa, la trompeta y los saxos llevados por el ride de Mateo hasta un banquito de plaza donde sentarse a escuchar el sonido antiguo y cristalino de la guitarra de Pablo. 40 segundos antes de repetir el tema de la milonga. Hay que agradecer esos cortes. No son frecuentes.

Un fuego eterno

Y hay que seguir agradeciendo. Vuelve el sonido del Rhodes, que ya había asomado por ahí; también la guitarra eléctrica y la voz enredada a los vientos, un solo de bajo, otro de flauta traversa, todo sobre un ritmo de candombe que al ratito apacigua y le tira un centro al bajo desde el piano. Aparecen cosquillas de funky para detonar los parches y que se vaya todo el demonio, qué tanto. Pero hasta ahí… ¡Manso tiempista Rojas! Que la base de candombe se acomode la peluca y vuelva la melodía en los vientos, los coros y qué? ¿Esos rulos y repiques quieren decir que ya terminó?

Terminó sí. Pero como la lluvia, siempre que paró, volvió a llover. Esta muchachada se tocará todo esto, que fue producido por Aarón Nacer, y tal vez más este mismo jueves, en el mismo escenario donde hace menos de un año presentó su primer disco, otra maravilla.

Tangrama – «Huayra»

 

Hay algo que se llama todo y suele moverse por obra y gracia de alguna de sus partes, como el cuerpo cuando le hace caso a las orejas.

Agendá:

Tangrama presenta «Onírico».

Jueves 27 de octubre – 22 horas.

Cocina de Culturas – Julio A. Roca 491. 

Entrada: $60.