Imperdible

Proyecto Pato en Concierto

17-11-2017 / Agenda, Reseñas
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El quinteto integrado por Nadia Larcher, Lucas Pierro, Patricio Gómez Saavedra, Nicolás Fernández y Gustavo Chenu vuelve a Córdoba para compartir su estupenda celebración de la obra de Luis Víctor Gentilini, este viernes 17 de noviembre a las 21.30 horas en el Centro Cultural Graciela Carena.


Proyecto Pato en Concierto

Por | redaccion351@gmail.com

Crecer en un pueblo y abrirse a la ciudad. Esos hallazgos que extienden nuevas raíces, esas formas inesperadas que escriben «aquí me quedo» o «desde aquí será posible». Sensaciones por donde se filtran imágenes y sonidos de la infancia, con sus paisajes de tierra y cielo, ahora tramados por largas avenidas y nuevas sonoridades.

Alguien partió de su Catamarca natal hacia Tucumán, donde la vida y la música fueron y son posibles, en un devenir de acordes encontrados para volver canción la poesía de nombres como Manuel Castilla, Néstor Soria, Pepe Núñez, Luis Franco, Roberto Espinosa y José Moreno, entre tantos. Más de cincuenta años andados con su piano y su guitarra junto a referencias como Rolando Valladares, Lucho Hoyos, Miguelito Ruiz y tantos más. Las melodías de sus días, repartidas en más de 130 obras según su biografía, en voces de Mercedes Sosa, de Buenos Aires Ocho, de Alfredo Ávalos y tantos más.

Luis Víctor Gentilini. El Pato Gentilini. 

Años después, alguien partió de su Andalgalá natal hacia Buenos Aires, donde la vida y la música fueron y son posibles, en un devenir de cruces con nombres como Juan Falú, Liliana Herrero, Teresa Parodi, Aca Seca, Luciana Jury, Carlos Aguirre, Lucho Guedes, DuraTierra, Diego Schissi y tantos más, entre proyectos como cauces por donde fluir y alumbrar con el canto, como el maravilloso Seraarrebol, Don Olimpio y Proyecto Pato, celebración de la obra de Gentilini que tuvo una presentación en Córdoba el año pasado y vuelve este viernes 17 de noviembre. 

Nadia Larcher. La inmensa Nadia Larcher. 

¿Qué será de los adjetivos cuando rebotan en las lecturas? Habrá oficinistas de la escritura que los poden como ligustrines por respeto a una escuela de la austeridad que los tacha de énfasis innecesarios. 

La inmensa Nadia Larcher

¿Por qué adjetivar a una cantora? ¿Qué necesidad de escribir «inmensa» y luego el nombre de una artista que anda compartiendo sus cosas con el perfil más bajo que se pueda concebir?

Un dato de la realidad, de esos que persigue el oficio: casi no se ven podadores de adjetivos en conciertos de artistas como Nadia Larcher. No están. No van. No se ven casi nunca. Los que sí aparecen, aplauden fuerte, gritan «bravo» y retumban las paredes o luego escriben con adjetivos como cabezazos al ángulo y esas crónicas en penumbra son una delicia. 

¿Pero por qué «inmensa» entonces? Cada quien sabrá guardar momentos de gracia frente a una interpretación. Memoria de corto plazo: La versión de «Amor Ausente» de Paola Bernal en la última Trashumante, la versión de «Nostalgias» de Mery Murúa y Horacio Burgos en la celebración de los 10 años, la «Oración a la justicia» en el homenaje a María Elena Walsh, con los coristas entre el público, la noche entera de Luis Lewin en el Centro Cultural Córdoba, las canciones que sonaron a centímetros en el ciclo Canción Contada en Los Siete Locos, las detonaciones de Barro y Lautremont… La noche de Nadia Larcher con la Jam de Folclore, la de Luciana Jury, Pedro Rossi y Nadia Larcher en el Torcuato Tasso de Buenos Aires, la del Trío Flor Sur con Nadia Larcher, Gaby Beltramino, Mery Murúa y Marian Pellegrino en Cocina de Culturas, la de Seraarrebol en el Graciela Carena, y la que está por venir, en horas, con Proyecto Pato

Si fuera necesario pedir permiso para adjetivar con «inmensa» a Nadia Larcher por tantos momentos robados al transcurso del tiempo, pues bien, permiso. ¿Pero cómo dimensionar el arte de quien se adjetiva en la inmensidad? Acaso por los olvidos que justifica a su alrededor, por esos instantes tallados en un cachito de la piedra que se desprendió justo ahí, en una curva de ese camino angosto por la cordillera de naderías que es la vida a veces. En el ir y venir, esos instantes quedarán, resumidos en la escucha de una voz de las más profundas que haya dado nuestra música, en un canto que saldrá de esa voz de Nadia, pero también de sus manos, de su expresividad única. 

Proyecto Pato es un acercamiento a la música de Gentilini a partir de una conversación con el compositor, en todos sus sentidos. Los encuentros en Tucumán, los diálogos sobre las obras, los títulos seleccionados y los músicos para completar un quinteto imperdible: Lucas Pierro en piano y arreglos, Patricio Gómez Saavedra en guitarra, Nicolás Fernández en contrabajo y Gustavo Chenu en batería y percusión.

Proyecto Pato

 

Esas escobillas que suenan en el inicio de la música, con esos acordes lentos del piano y la guitarra y ese silencio que abre al primer verso de «La Secana» con un golpe de bombo, y los respiros del canto entre los graves sostenidos, con el contrabajo entrando en el segundo verso abriendo el paisaje de la vidala; el mismo contrabajo del comienzo de «La Telera», con los agudos del piano volviendo «lana de vicuña el tiempo»; los juegos de la melodía sobre el ritmo del cajón en «La danza de las tinajas»; el tiempo detenido en los acordes de Pierro para la «Canción de cuna de la torcaza»; las cuerdas como agujas lentas de reloj en la «Canción de cuna para el niño de la zafra», con ese fondo de campanitas y la instrumentación que se abre; el pasaje instrumental con el «Gato para el Nene», con su remanso en la guitarra de Gómez Saavedra; la voz del Pato leyendo una carta que le enviara Manuel Castilla en 1969.. «Con el Chivo, estamos a la orilla del río Lavallén, de noche y mirando el fuego…» Y después, unas líneas sobre una letra con «frases flojas, pero si me pongo a corregirlas no te mando nada. Tu música hará la maravilla.» Y entonces «Ojos de Tigre». Cantar «Disculpe que yo les cuente cosas de hachero, cuando yo soy en el monte otro silencio…» así, con ese piano. Todo inmensidad. 

Proyecto Pato – «Ojos de Tigre»

 

La calma de la «Vidala para una tarde», el contrabajo en «La calladita», los arreglos de Lucas en cada estrofa para no saber si ponerse a bailar la chacarera o quedarse escuchando; las cuerdas en el aire de la «Tonada del séptimo día» compartiendo el punteo con el piano; la intro de instrumentos agazapados y voces solapadas en «Lamento del peón curtido», con sus coros de manifiesto en el final; la danza sugerida en cada arreglo de «La Trunca de la gente», con su corte abrupto en el último giro, y la voz y el piano del Pato para el cierre con «Si no te vuelvo a ver»

Proyecto Pato – «La trunca de la gente»

 

Ahí están las obras de Gentilini. Este viernes volverán a sonar desde la sensibilidad de, otra vez, un quinteto imperdible, por cada instante de esa hora de gracia que podemos repetir desde el disco cuantas veces gustemos, pero que podremos disfrutar en vivo, en un espacio hermoso del centro de la ciudad.

Será, de nuevo, todo inmensidad.

Agendá: 

Proyecto Pato en concierto.

Viernes 17 de noviembre – 21.30 horas.

Centro Cultural Graciela Carena – Alvear 157.

Entrada anticipada: $120 – En puerta: $150.