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La Isla Común presenta su primer disco

10-06-2015 / Agenda, Reseñas
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Este sábado 13 de junio desde la medianoche en Casa Babylon, un gran estreno. La banda integrada por Francisco Kreiman en voz y guitarra; Agustín Vivián en bajo y voz y Rodrigo Banegas en guitarra y voz, compartirá las obras de su álbum debut.


La Isla Común presenta su primer disco

Por | redaccion351@gmail.com

Hay nueva música por descubrir, este fin de semana en el Abasto. Se trata del primer trabajo de una formación que nos hace respetar y admirar todavía un poco más al sello Discos del Bosque.

La Isla Común se parece a demasiadas músicas que, después de un poco de atención, se suben a una balsa que le hemos armado con bastante prolijidad, para aguantar las primeras olas, y allá irán, camino del buque de carga que las rescate en alta mar, antes del último suspiro.

Más allá de cualquier referencia, La Isla Común tiene ideas propias. Sus primeras diez canciones descolocan. Al cabo de media hora de música, quedamos con ganas de ir a comprar una pelota de voley, dibujarle una carita y preguntarle si nos quiere acompañar al recital del sábado en Casa Babylon. Porque este sábado, la banda presenta sus primeras diez canciones, recientemente editadas.

Los créditos del disco muestran cosas más que interesantes. Por un lado, tres músicos estables que acompañan al trío Kreiman-Vivián-Banegas, y que antes de ponernos a escuchar, ya generan una sonrisa: Juan Ingaramo en batería, Juan Pablo Toch en bajo y Edu Valdés en guitarras.

Más abajo, leemos: grabado en DesdémonaLatitud SurVerdetodo. Mezcla: Andrés Ordóñez. Master: Daniel Ovie. Arte: Micaela Ventureira.

Cada canción tiene un color diferente en la gráfica. El diseño que acompaña a cada letra nos apura a buscar la flechita, que no es una flechita sino más bien un triangulito acostado o mejor… En fin, el cosito que libera la música, por no decir el «Play», para tratar de usar palabras nuestras, para salir corriendo de los términos de moda como «mainstream». Basta de «mainstream». ¿Qué palabra podría reemplazar «mainstream»? ¿No tiene reemplazo? ¿Suena poco piola cualquier conjugación de palabras que reemplacen «mainstream»? Estamos jodidos. Como cuando estaba de moda la «quenelle» entre los cocineros. «Ahora todos ‘quenellean'» decía el Gato Dumas. Ahora todo es «mainstream» o no es «mainstream». Será así…

Suena La Isla Común.

 

El primer tema, «Los Vampis», incluye al Telescopio Bernardo Ferrón en guitarra y al Explorador Fran Saglietti en bajo. La música aparece casi escondida tras dos voces que son una ternura, y estalla en cámara lenta desde la batería. La letra parodia a los músicos que se pasan mil años estudiando un solo instrumento, «chupándole la sangre al maestro».

«Una bola de mi pelo» dice por ahí: «…Desearía tomar agua sucia de un pozo y que nunca se acabe el momento». Antes y después, los versos remiten a cualquier voluntad que nos lleve de la mano a reírnos de todo. Saglietti se luce de nuevo con su bajo.

Pasados los dos primeros temas, ya es probable una sonrisa ampliada, con patio y asador.

«La alarma» suena con otro tempo. Hay otra vez un bajo hermoso y una historia loca y con L de Lucía Leiva haciendo voces para espantar a un «coso horrible» que arrancó la canción yéndose de su pantano. Otra parte habla de «Piel de colores brillantes». ¡Estamos frente a un ogro pop!

«Miedo» arranca con una base que quita las ganas de seguir escribiendo para mover el culito, los hombros y la cabeza. El dúo de voces, que viene logrando simpatías desde el principio, se monta en un par de guitarras que van al frente en el estribillo. Si hay algo que se pueda usar para tirar manteca al techo en este disco, son los guitarristas, que ayudan a compactar todo en canciones de no más de tres minutos, tres minutos y medio.

Si nos levantamos de la silla para mover el esqueleto con «Miedo», con «Te cansaste», la que sigue, corremos la mesa y los sillones. El bajo es una bola de espejos, la guitarra un corte afro y la letra un despropósito de tarde de mates con una amiga perfecta que cuenta sus problemas en lugar de chapar un poquito, con lo lindo que es chapar, ahí por el Buen Pastor o por cualquier parque.

Te cansaste

 

«Motivacional» empieza así: «Vivo en una película horrible que se llama Robocop». El riff del inicio es un himno descolgado de la próxima perla del cine policial rosa, género alumbrado para darle vida a un personaje que no espera a nadie porque tiene mucho que amar. «Se puede ser normal, común y nada más, ni un extremo ni otro, digan lo que digan las fotos…»

«Aguanta» es un folk de coros lejanos en el comienzo y otra historia chiquita que tal vez arranca con migas de música en un departamento y no se sabe dónde termina. A esta altura del disco, aún sin haber escuchado más de cinco o seis veces cada canción, ya queremos que no se termine. Los primeros días de noviazgo con La Isla Común prometen convivencia. Los presento, La Isla Común, los discos… Los discos, La Isla Común… Este es el baño; acá la pieza… ¿Qué? ¿Que los discos no van al baño? No saben… Otro día les cuento.

«Viaje» es una descripción genial del verdadero embole en que se puede convertir el título dela canción. Si hay una palabra más abarcadora que «embole» para definir lo que la letra describe, se reciben sugerencias con todo gusto; favor de enviarlas a casilla de correo 351 de Shiméil . Escuchamos: «Hace mucho que no estiro las piernas; hace mucho que suena el  mismo disco; hace mucho busco forma en las nubes; hace mucho cuento todos los postes; paremos en una estación de servicio, quiero mear…» Y luego, una genialidad: «Llevo tres pueblos atropellando el mismo venado. Ya está bien muerto y yo también.»

«Empieza de nuevo» es una postal metafísica del hastío con efecto colateral. Hay un acordeón en manos de Clara Presta y una tuba que sopla Andrés Nicolasa. El mundo que cambia pero no cambia; que acaba y recomienza. «Los nombres, las caras, nunca se repite. Pero es siempre igual». Es casi un himno amable, una ranchera para cantar al borde del precipicio, antes de dejarse caer mansamente con la guitarra hecha un paracaídas, rebotar en alguna rama y volver a subir, cantando y brindando con una botella voladora que justo pasaba por ahí.

«La del sabio» cierra el disco. Ahí está el contrabajo de Fede Seimandi. Es una despedida hermosa de coros que se enredan a los arreglitos de piano en una instrumentación diferente a todo lo escuchado.

Y se terminó el disco, que no se terminó. Que todo empieza de nuevo. Que La Isla Común recién arranca y si arranca así, con esta primera media hora de canciones hermosas, vamos al recital de estreno, que hay mucho por disfrutar, sea «mainstream» o no.

Agendá:

La Isla Común presenta su primer disco.

Invitados: Tomás Ferrero y Pedro CabalTelescopios.

Sábado 13 de junio – 23.45 horas.

Casa Babylon – Boulevard Las Heras 48.

Entradas anticipadas: $60 en Disquerías Edén (Obispo Trejo 15) – Patio Olmos (Vélez Sársfield 361, Local 343, segundo piso – Locuras (9 de Julio 451) – Nueva Terminal de Ómnibus (Boulevard Perón 450. local 12) – Paseo Rivera Indarte (Bodereau 7571 – Local 150).