Imperdible

Jenny Náger presenta «Estamos»

26-10-2014 / Agenda, Reseñas
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Este miércoles 29 de octubre a las 21 horas en la Sala de las Américas, se presenta un disco que involucra a una cantante y compositora estupenda, a músicos y cantantes notables y a un gran poeta y músico del Brasil. Escucha a primer oído como invitación a un recital imperdible.


Jenny Náger presenta «Estamos»

Por | redaccion351@gmail.com

Cualquier desborde que evidencie el presente escrito es culpa libertaria de Jenny Náger.

¿Así de fácil? Momento. ¿Quién dice que es fácil? ¿Alguien cree realmente que el dogma de la circunspección se ha venido descascarando? ¿Alguien proyecta hacia un poco más allá de pasado mañana el poder de las rebeldías inocuas que permite el recato?

¿Alguien puede pensar que el tablero no se va a morir de risa cuando apenas germine el intento de tomar carrera para patearlo?

En un contexto informativo cercado por la gula feroz de los mismos de siempre, el placer incalculable que proporciona la belleza del arte de algunos artistas sigue operando como amenaza. Habrá algunos miles que seguirán disfrutando mansamente. Para ese rebaño autodidacta, atento a los carteles de calle, apenas un recuadro, una entrevista, dos o tres columnas a cargo de buenos escribas, con toda la furia una tapa de suplemento o un par de minutos de aire.

Desde algunos programas nobles, desde algún espacio microscópico, se hablará y escribirá sobre Jenny Náger, sobre su trabajo notable con la poesía de Arnaldo Antunes, con su hermano Germán como coproductor, con la colaboración de Gastón Sironi como traductor y con una variedad formidable de músicos invitados. Un par de ideas sobre el disco y misión cumplida. Recital informado, seguidores contentos y la cosa no habrá pasado a mayores. Tenemos entonces a una artista inmensa convocando, para un miércoles, con viento a favor, a unas mil, mil y pico de personas, en una ciudad de casi dos millones de habitantes.

Hace nada, este sábado, luego de un admirable trabajo de difusión que abarcó todos los tamaños de visibilidad, la presentación de un disco de dos cantautores talentosos dejó varias butacas vacías.

Como las preguntas son gratis, seguimos haciendo cosquillas a cuestiones carísimas: ¿Qué pasaría si los hambrientos de siempre, y más aún los nuevos (esos que montados en las nuevas formas de comunicación venían a patear el tablero y no pueden sino reproducir el dogma sagrado del recato, con giros informales impresentables, autodefinidos como creativos, por cierto una de las palabras más bastardeadas de este tiempo), dejaran para el suplemento del domingo la necesidad  de mantenernos informados con los datos del tiempo, los últimos afanos, los estúpidos feroces que indignifican la política, las fluctuaciones de las monedas extranjeras y los cuernos de los famosos, y se dedicaran a poner en los titulares de todos los días cosas como que este miércoles 29 de octubre toca Jenny Náger en la Sala de las Américas y que Jenny Náger es una artista que le hace bien al espíritu, que mejora el ánimo y con el ánimo mejorado de muchos habrá mejores vínculos con muchísimos otros que se irán sumando?

¿Qué pasaría si quienes deciden los contenidos de las grandes vidrieras se pusieran de acuerdo un día en mandar al fondo del depósito a tantos miserables? ¿Qué podría suceder si alguien, alguna vez, relegara la mezquindad, como aparente necesidad colectiva diaria a satisfacer, y se interesara por alimentar la sensibilidad a tantas inquietudes del arte y el pensamiento desde los titulares de tapa o desde los títulos de las nueve, las diez, las once y las doce?

¡Qué golazo! ¿No?

Suponer de pronto que el canal de televisión de la Universidad, por ejemplo cercano, descarta un programa diario de chimentos y en su lugar difunde la obra de artistas nuestros que vienen trabajando desde hace mucho tiempo con la poesía, la danza, la pintura, la música, el teatro, la literatura, la fotografía, la escultura y cuanta actividad humana busque activar lo mejor que pueda salir de una cabeza y un corazón. Que hay un directorio que se la juega un poco más y decide que esos espíritus que la vienen peleando desde hace años en espacios semanales subalternos, o sirviendo de relleno en los guiones masivos, desde ahora ocuparán el centro de la grilla diaria; que las declaraciones indignas de tantos indignos tendrán que esperar porque hay que poner al aire el recital de un cantautor o leer una poesía o un ensayo.

Soñar de pronto con un artista que ha emocionado en forma unánime a empresarios y productores de noticieros, al punto de subir las instancias de su obra y presentación al podio de las síntesis cotidianas, en lugar de crímenes aborrecibles y delegados sindicales nefastos.

Imaginar que un día habrá más ciudadanos hablando de una música sublime que de una mujer tirada en una alcantarilla.

Mientras tanto, la revolución que suponen las redes sociales aún no egresó de un estadio más bien lúdico. Un periodista de chimentos suma millones de seguidores en Twitter y artistas como Luis Salinas vienen a Córdoba y no llenan una sala… Suponer que la herramienta nos mejorará por su propia esencia es como sentarse a esperar que una azada cobre vida y haga la quinta. Por otra parte, de quienes ganan prestigio “posteando” tips para torcer algún surco, por ahora, mejor no esperar demasiado.

Mientras las grandes vidrieras reproduzcan el dogma del recato, mientras los títulos de todas las horas de todos los días sigan repitiendo asaltos, chicanas y culebrones, en lugar de un recital como el de Jenny Náger, habrá que contentarse con saber que en Córdoba hay artistas geniales, espacios que se abren para seguir sumando minorías y otros espacios que los celebran desde sus títulos, tan invisibles como dignos.

Introducción posible

 

Jenny Náger tiene talento de sobra para lograr canciones bellísimas. Lograr una canción bellísima implica todo: componer una música bellísima; escribir una letra bellísima, combinar música y letra de manera bellísima e interpretar todo de manera bellísima con una voz y una guitarra.

Su obra tiene entre diez y treinta discos menos de los que podría tener. ¿Por qué? Porque anduvo haciendo otras cosas que de repente encontramos en discos de otros músicos, bajo la forma de participaciones directas o de influencias felices.

Pero ahora hay un disco que tiene su nombre en la tapa. Se lee: “Estamos. Música a primer oído”. Y abajo: “Jenny Náger, sobre textos de Arnaldo Antunes”. La presentación de ese trabajo, este miércoles 29, generó el presente desborde.

Arnaldo Antunes es un músico y poeta brasilero. Muchos lo conocen por “Tribalistas”, un disco maravilloso editado en 2002 junto a Marisa Monte y Carlinhos Brown.

Pero Arnaldo tiene un camino recorrido desde mucho antes, en música y en poesía. Porque Jenny admira su obra, porque encontró en sus versos cosas que la emocionaron y unas melodías que andaban por ahí, tomó la guitarra y fue anotando. Con la colaboración de Germán Náger y la participación de músicos queridos, publicó un disco cantado en portugués que queremos recorrer, canción por canción, porque nos ha emocionado al punto de querer que aparezca en los títulos de todas las horas.

Además del redondel que incluye los temas, viene un libro diferente al esperable que embellece la edición, en el que aparecen las letras de las canciones, en la lengua de Arnaldo y en español. La traducción estuvo a cargo de Gastón Sironi, otro de los protagonistas de esta verdadera joya en la música de Córdoba.

Lo primero que suena en “Estamos” es un cajón y dos voces de madre e hija. Los versos de “Nós” hablan, acaso, de dos almas luminosas que se demoran en la oscuridad, “intactas de aurora”. La voz de Jenny recorre el poema como quien pasea por un parque y en cada vuelta encuentra amigos y amigas que suman sus voces e instrumentos. El trombón de su voz y el cavaquinho de Franco Dall’amore toman lista a un coro integrado por: Lucía Rivarola y Eli Rivarola, Julieta Ghibaudo, Mariela Carrera, Ornela Lanzillotto, Agos Gentili, Rocío Yacobone y Andrés Arias.

Cada palabra pronunciada es una belleza. La vieja idea que explica la alegría del Brasil en el sonido de su lengua, danza de nuevo en “Nos”. Hay palabras hermosas y palabras felices. Cuando nosotros decimos “párpado”, que es una hermosura, ellos dicen “pálpebra”, que es una felicidad, porque se arrima a “palavra”, para que sus poetas jueguen todo lo que quieran con los acentos y los sentidos.

Las voces hijas de Jenny y las de “La Viajerita” se quedan para “O meu tempo”. Hay palmas, acordeón, teclados y juegos de percusión para marcarle terreno a la vida de los otros que a veces nos lleva puestos. También aparece el mismo Arnaldo. “Tu tiempo maneja los eventos, tu tiempo es el tiempo, el mío soy.”

La voz del autor respira grave un fragmento de “Inferno”, poema de cuerdas desoladas y ecos de parches, donde otra dimensión del tiempo se ha detenido para describir imágenes tétricas: “Aquí el ala no sale del capullo, el azul no sale de tinieblas, la tierra no siembra, el semen no sale del escroto, la cloaca no corre, no brota la fuente, el puente devuelve al mismo lado, el gallo calla, no canta la sirena…”

El tiempo se queda a incomodar la mirada en “Direitinho”. Las palabras reposan en pequeñas calmas sobre formas sonoras que las desmienten. Hay un coro final que completa el contraste. En “As coisas”, Jenny reúne a Lucía, Ornella y Mariela en torno a la guitarra de Franco y al bombo de Teby Giordano. El canto modifica el orden original de definiciones acerca de todo lo que nos rodea, sin alterar el sentido final. Más allá de la forma, peso, textura, volumen, precio, contorno, temperatura y más, “las cosas no tienen paz”.

Entre los vaivenes de voces, brillan las “programaciones”, forma curiosa de entender esos ruidos hechos de, justamente, infinitas cosas que, usados por oídos sabios, mejoran todo lo que acompañan, como en “Las Cosas”, o en “Depois do raio”, tema montado en una base de funk, con Tebi ampliando ritmos, Felix Scotto en la guitarra y un coro que encuentra estrellas después de un rayo. “Después del rastro del rayo en la oreja, aún estalla en la leña le lengua que el fuego habla”.

Julieta y Eli acompañan en “Esquecimento”, uno de los momentos instrumentales que piden más repetición, para disfrutar de cada detalle de piano, percusión y voces, pero también para recorrer unos versos que hablan de lo que crece desde adentro, “se propaga, flash, reventando la hora que lo envuelve”.

“Pensamento” suma las voces de Paola Bernal, hermana de la vida, de Arnaldo en los márgenes, y un solo de guitarra eléctrica de Franco como recurso perfecto. La decisión podría haber pasado por una acústica, que ya suena de base. No. De una escucha a primer, segundo y tercer oído, la eléctrica acá es mejor. ¿Por qué? No se sabe. Sin escuchar la alternativa de nylon, optamos por el metal, igualito a como suena. Alcoyana Alcoyana. Coincidencia y regalo: el solo de Franco Dall’amore, para espantar pensamientos.

“O mar” es Antunes viniendo por la ribera de las olas con un poema y un trombón, a develarnos (desvelándonos) un pensamiento que terminará de aparecer cuando entre el cello de Sofía del Moral y la voz a vara de Jenny, suene la de Gastón Sironi recitando: “Es imposible mentirle al mar”. Una melodía que tal vez no encuentre mejores adjetivos que “altísima”, ilustra ese momento de encuentro con la inmensidad. “El mar hace callar”. Carlos Piano lleva la letra entre coros y sonidos que ya no podemos dimensionar. La escucha del disco fue generando esa gran sensación que producen algunos pocos: la que se expresa en el pensamiento de que cada tema es mejor que el anterior, incluso liberando la lista de reproducción al azar. Todo lo que suena en “O mar” le endereza la nave a ese gran momento en que un disco, como el mar, también lleva al silencio.

Pero no podemos callar antes del final. “Outro” cierra el disco con otro juego formidable de sonidos, con las voces de Jenny y Julieta repitiendo “norte en frente” después de versos que expanden los sentidos de las palabras que nombran el tiempo y el espacio con “órbitas de un mismo cuando en cuanto está parado, lado a lado, frente a frente, cuerpo a cuerpo, día a día, de poniente hasta aurora, ante ahora, de repente…”

Para volver a escucharlo:

 

Después de algunos escritos interpretados como presas de un énfasis innecesario, en conversaciones desafortunadamente recurrentes surgieron pedidos velados de objetividad, de una posición relativa y mesurada como distancia validadora del análisis.

Malas noticias: no hubo ni habrá análisis ni crítica. Sobran luminarias de consulta en cualquier otro espacio de lectura. Por aquí, para quienes no agitan los poros, basta y sobra el perfecto silencio.

Para Jenny Náger y su disco, uno de los más hermosos de la música de por acá en varios años, un deseo innecesario de gloria y otro, casi urgente, de visibilidad en todos los títulos y tapas.

Mientras tanto, agendar:

Jenny Náger presenta «Estamos. Música a primer oído». Canciones sobre textos de Arnaldo Antunes. 

Músicos Invitados: Arnaldo Antunes – Germán Náger – Fede Flores – Franco Dall’amore – Tebi Giordano – Rodrigo Díaz – Ornela Lanzillotto – Mariela Carrera – Julieta Ghibaudo – Luci Rivarola – Eli Rivarola – Sofía del Moral.

Miércoles 29 de octubre – 21 horas.

Sala de las Américas – Ciudad Universitaria. 

Anticipadas: $127 en Edén.