Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com
Una flechita oblicua, mirando al noroeste, llevada por la mano derecha hacia un triángulo diminuto que siempre apunta al este, a la derecha, invitando a reproducir, a avanzar, porque avanzar, en los papeles que nos describen, se avanza de izquierda a derecha.
La historia, ese montón de papeles y pantallas, sigue alineando miradas en renglones que van hacia la derecha y hacia abajo, como las agujas del reloj, que bajan por la derecha, pero suben por la izquierda.
Algún día nos permitiremos desatender puntos cardinales, dar vuelta los manuales y leer de derecha a izquierda, de abajo hacia arriba:
Un cambio de lecturas, pensamientos, prioridades, jerarquías. Una conmoción que nos desordene las miradas. No estaría mal, alguna vez, meterle un patadón de arquero al mapa mundi y sacarle una foto cuando deje de rodar, para contemplar otros mapas. De pronto, Noruega al sur de Italia, México al norte de Canadá, Antofagasta al este de Puerto Montt, y así, hasta que choque China con África…
Sacudirse los hemisferios de ese panal endurecido por el tedio de la repetición; despedazar currículas; poner el carro adelante, desatar el caballo y ver cómo se lo traga el camino ya recorrido, para volver sobre todo eso que el apuro despreció.
Detenerse a escuchar una música al revés de los hábitos. Torcer las formas, «intuir el dolor de las mariposas» sentir una espalda abierta al «don de volar…», como dice una hermosa canción.
Una flechita oblicua, apuntando a un triángulo acostado. Unir otra vez las figuras para desatar el sonido, para trocar minutos regulares por instantes plenos. Arrimarse a dos palabras cercanas, reunidas en un disco inspirador de todo lo que anime a desandar, para avanzar diferente, con matices propios: Enroque – «Cromático».
Un paisaje de alteraciones que podrán abarcarnos, en las manos de cinco músicos. Jorge Alabarces en vientos, Carlos Cánovas en bajo, Amaro Estay Ferraris en percusión y voz, Matías Quevedo en voz y José López en guitarras, charango y voz.
Un disco nuevo, el tercero de un proyecto integrado por músicos queridos y admirados. Veinte momentos repartidos en once canciones propias, compuestas en su mayoría por López, y nueve piezas instrumentales.
Un recorrido
«Cantando abrigos» abriendo horizontes de a dos; «Chaca brava» rompiendo moldes con arreglos de cuerdas; «Un cuadro» y sus cielos cambiantes de voces, colores y tambores; «Como un ave» y un verso a contraluz de himnos que vuelven, entre ademanes de la poesía y más cuerdas sobre cortes geniales; «Perdón che» y una guitarra para decir, con arpegios lentos, entre miniaturas de percusión, «Insistiendo en mirar se hizo aroma tu paz…»
Enroque – «Perdón che»
«Garabato», primera composición de Matías Quevedo en «Crómático» recorrida de historias, encuentros y amores en los violines de Hernán Soria y Germán Gamón, la viola de Rosario Ocampo y el cello de Pablo Doliñski, presentes en varias obras del disco.
Después de «Miércoles», pieza instrumental como un alto de vista panorámica en la mitad del trayecto, el bandoneón de Alejandro Colombatti y la voz de Lucio Mantel para «Muro gris» un tango-rock sobre pobrezas de barrio cerrado.
Podés elegir, la seguridad
te alimenta de nada y protege tu muro gris
y tu soledad.
Una métrica desdoblada en paisajes de sierra y litoral fluye por «Ramón Ayala», celebrado «desde Córdoba a Misiones», con un recitado que sorprende y emociona en boca de Ají Rivarola. «Poeta, el Guaraní de tu voz, Comechingón de mi pago, andan paseando en mis valles o en tus barrancas mojados.»
Un bajo entre armónicos y «Música para dormir osos panda», segunda composición de Quevedo. Versos que enrocan palabras y se quedan a vivir, más allá, entre sueños.
«Chacarera del Monte, ahora» con estrofas compartidas y la voz inconfundible de José Luis Aguirre. «Un hijo y el monte es lo mismo, da igual».
«Espiración» en el final, para agradecer cada detalle de vientos, cada pasaje embellecido por el «Flaco» Alabarces a lo largo y ancho de «Cromático».
Entre composiciones donde cada sensibilidad podrá volver, para encontrar nuevas maravillas, aparecen pequeños momentos instrumentales:
«Neblina», por el cuarteto de cuerdas de José López; «Sepia» I y II por Luis Lewin; «Rayo Luz» por Juanjo Bartolomé; «Amarillo» por Amaro Estay Ferraris; «Transparencia» por Pablo Doliñski; «Tenue» por Alejandro Colombatti; «Verde molle» por José Luis Aguirre.
Enroque – Cromático
Después de «Adiario» (2010) y de «Paisajes de por acá y de un poco más allá», una nueva entrega de Enroque, este fin de semana. Una invitación a dibujar nuestros propios mapas sonoros y quedarnos ahí, más tiempo del esperado, para sentir, cuando ya todos pasaron, que los mejores momentos saben esquivar ansiedades para florecer.
Agendá:
Enroque presenta «Cromático».
Sábado 3 de septiembre – 21 horas.
Salón de Actos – Pabellón Argentina.
Entrada anticipada: $100 en Punta y Hacha (Belgrano 612) – En puerta: $120.
Notas relacionadas
Despedida de Enroque
En nuestro espacio destinado a rescatar publicaciones valiosas de las redes sociales, compartimos el mensaje con el que José López y Matías Quevedo saludan con una última canción a un proyecto entrañable.
Redacción 351 Radio – Programa 81
Compartimos nuestro programa emitido el 2 de junio por radio UTN, con músicas presentadas por sus protagonistas y un especial dedicado a la Caravana del Juicio Final realizada en noviembre de 2000.
