Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com
Las voces en la radio. Ese misterio constante. Contra todos los pronósticos de extinción, a favor de la compañía siempre necesaria, allí persisten.
Cambian las programaciones, los gustos, las discusiones. Nada desgasta el hábito de prender la radio: la del auto; la del celular; la de internet; la del minicomponente sobre el modular; la vieja, viejísima, que sigue transmitiendo la misa desde un rincón del aparador en casa de una tía; la de los muchachos de la fotocopiadora; la del verdulero; la de la cuadra de los panaderos; la de los serenos de fábricas y edificios; la que se lleva a la cancha; la chiquita que se prende y se pone debajo de la almohada; la de los peatones con auriculares; la de los goles inolvidables; las de los trágicos comunicados; la de los números de la quiniela; la del precio de los cereales; la de los albañiles y pintores… La de la poesía.
Radio Nacional Córdoba (am 750, fm 100.1) tiene un programa, de lunes a viernes, de 23hs a 1. «El Vagabundo de las Estrellas» es una joya en la grilla local. Es de los programas que se escuchan mejor, tal vez, con la radio chiquita que se pone debajo de la almohada. Todas las noches, una fiesta diferente de la literatura desde la voz irreemplazable de Jorge «Chacho» Marzetti.
De todas las voces inconfundibles de la radiofonía argentina, la voz de Chacho es (lo estamos dictaminando, así, de una forma amigablemente inapelable, como lo han hecho tantos entendidos con los cuales es un gusto estar de acuerdo) la que elegiremos para que nos represente en alguna exposición extraterrestre, cuando haya que mostrar, ante alguna comitiva cósmica, qué tipo de cosas emocionan en la punta sur de ese gran cascote rodeado de azul que se ve desde allá arriba.
Una frase puede resumir lo que hace Chacho Marzetti. Como en tantos programas, desde hace varios años, Chacho lee literatura por radio. Cuando la frase se abre, el tesoro no tiene precio. Desde la selección de textos a su interpretación extraordinaria; desde la música que sobrevuela a los tarareos del conductor, el Vagabundo es una forma de la felicidad.
Desde el estudio de Radio Nacional Córdoba, donde lo imaginamos de pie, bajo la luz tenue de una lámpara, entonando versos como quien pinta escenas de un circo mágico, Marzetti acerca, por lo menos, tres posibilidades: para quienes no han podido descubrir el placer de la literatura, la posibilidad de empezar a disfrutar de una de las cosas buenas de este mundo; para quienes andan con poco y nada de tiempo para leer y reniegan del sueño que sobreviene a la segunda página después de otro día de rutina, la posibilidad de retomar la literatura desde un programa de radio; para quienes no dejan de explorar nuevos placeres en viejos y nuevos autores, y recuerdan textos ya leídos cuando más tarde han sido seleccionados por el Vagabundo, la posibilidad de dimensionar la potencia de un texto cuando interviene el arte de la declamación.
La alegría de este miércoles nos invita a dejar la radio chiquita en el cajón de la mesita de luz y llegarnos al Auditorio de Radio Nacional, convertido en circo mágico, para escuchar y, esta es la razón de nuestra recomendación, «ver» a Chacho Marzetti, el Vagabundo de las Estrellas.
«El Vagabundo de las Estrellas» en el Auditorio de Radio Nacional
Como si fuera poco, además, tres datos, muy a favor:
1- Estará Guadalupe Gómez, cantante irreemplazable para esta celebración, por eso de la magia.
2- Estará Ale Rivero, con su guitarra. Gran músico con largo recorrido por nuestra escena.
3- La entrada es gratis.
Ojalá decida no perdérselo.
