» Coplanacu presenta «Mayu Maman» en el San Martín redaccion 351

Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com

Hubo una noche en que los Coplanacu desordenaron el San Martín. Hay una entrada de recuerdo. Sólo tiene una referencia, impresa en tinta verde por un sello de esos con rueditas para seleccionar una fecha y una hora: «4 AGO 21 30».

Es posible asegurar que fueron ellos quienes se presentaron ese 4 de agosto, por la sencilla precaución de haber escrito «Coplanacu», con lapicera, en el frente de la entrada, hoy mezclada entre tantas de idéntico diseño, apenas selladas, sin registro de año ni artista. Un boleto al paraíso para ver a dos santiagueños de Córdoba, o a dos cordobeses de Santiago.

No le decíamos «paraíso». Le decíamos, y le seguimos diciendo, «gallinero».

Fue un viernes, posiblemente. La combinación viernes – 4 – agosto, da 2006. Un rato largo de Google confirma que no todo es Googleable. Hay dos notas que validan la fecha pero no es seguro. Habrá quien tenga un registro más serio de las presentaciones del dúo como para validar o corregir datos de ese recital en Córdoba. De cualquier manera, hay otra caja que guarda los programas, donde seguro aparece todo lo necesario para ahorrar por lo menos tres párrafos, pero está tan bien guardada debajo del sofá cama, tan repleta de programas y tan abrigada de pelusa, que mejor tres párrafos de hipótesis.

Ese 4 de agosto de 2006, cinco años exactos después de la última misa de los Redondos, justamente en Córdoba, los Copla colmaron el San Martín en la presentación de «Corazón sin tiempo». Sobraron los dedos de una mano para contar los temas antes de ver parejas danzando en los pasillos. Después de tanto infierno encantador desparramado en peñas universitarias, una noche para escucharlos, muy sentaditos todos, cada cual en su butaca… Hasta que la platea se desacomodó, para envidia de quienes, con los antebrazos cruzados sobre la baranda del gallinero, mirábamos hacia abajo, cantábamos, aplaudíamos y gritábamos alguna cosa.

Mucho de todo ese jolgorio se habrá repetido en alguna otra noche de teatro, como la del jueves 15 de diciembre de 2011 en el Real, cuando presentaron «El camino» a sala llena.

Cierto es que hay dos noticias, una mejor que otra. La primera, y la mejor, es que este jueves 6 de agosto de 2015, los Coplanacu vuelven al San Martín para presentar «Mayu Maman», su último disco, luego de la gran noche de celebración de los 30 años, allá por mayo en el Comedor. La segunda, para amantes de las efemérides, es que Google ya tiene varios registros de este evento, de manera que ya no será necesario andar levantando pelusa cuando dentro de algunos años surja la necesidad de buscar referencias.

«Mayu Maman», disco editado en 2015, con arte gráfico a cargo del mismo Julio Paz, tiene 16 obras. Como siempre, hay composiciones de Roberto Cantos que honran el camino del dúo. Por ejemplo la que nombra al disco, o «Nieto», en homenaje a las Abuelas de Plaza de Mayo, o «Menos la luna» (canción de cuna para Julia), o el «Padrenuestro» que reza por el monte, o el huayno «Flor del olvido».

Mayu Maman – Coplanacu junto a Palo y Mano. Comedor Universitario. Viernes 8 de mayo de 2015.

La lista se completa con nombres igualmente importantes: Horacio Banegas, Carlos Carabajal, Sixto Palavecino, los hermanos Simón, Mario Arnedo Gallo, Andrés Chazarreta y siguen las firmas.

Antes de un nuevo encuentro en el entorno natural del dúo, cuyo anuncio sabrá nacer del simple transcurso del año, una posibilidad de disfrutar a dos músicos hermanos, junto a sus compañeros de ruta: Julio Gutiérrez en violín y Omar Peralta en bandoneón. La formación se completará con Mariano Paz en percusión, Emilio Pasquini en bajo y Alejandro Rivero en guitarra. Entre los invitados, el Cuarteto de Cuerdas Magnolia, y Palo y Mano.

Sabrán disfrutar en silencio quienes ocupen sus butacas. Sabrán aguantarse las ganas de danzar en los pasillos cuando detone la primera chacarera. Sabrán pensar que no hay tontería más tonta que aguantarse las ganas y se levantarán a desacomodar la platea. Sabrán agitar el bis de «Peregrinos», aplaudir bastante, volver a casa y escribir con lapicera «lo bien que la pasamos» en el reverso de la entrada, para guardarla por ahí, entre los papelitos de la buena memoria.